Luis Eduardo Aute (Manila, 1942) está dispuesto a tocar seis o siete horas si es necesario en el concierto que el próximo sábado ofrece en el marco del Europa Sur. Arranca una gira en la que pretende complacer a todo su público y tocar todas las canciones que le piden una y otra vez. Las imprescindibles. Las necesarias. Las que pulsen el instante. Las que la gente quiera. «Hace años que me lo piden, en los últimos años he presentado discos y canciones nuevas y a la gente le cuesta escucharlas».
Todo surge a raíz de 'Giralunas' el disco homenaje que «los niños» le han brindado. Se trata de artistas en su mayoría treintañeros como Estopa, Leiva, Xoel López, Soleá Morente y Miguel Poveda, entre otros, que reconstruyen los temas del veterano cantautor multitarea. Porque Aute es versátil a más no poder. Pintor, músico y poeta, ha buceado también en las aguas de la filosofía y de la música . Más de treinta discos, libros, bandas sonoras, cortos y un largo pertrechan su cargamento vital. En el concierto de pasado mañana presentará su cortometraje de animación de 30 minutos titulado 'Vicent y el Giraluna', que se incluye en este disco. Aute responde a las preguntas de este diario por teléfono, un teléfono fijo que es su único contacto con la tecnología. No hay romanticismo en el hecho de que pase de redes sociales, móviles y demás dispositivos. Solamente el afán de «no perder el tiempo».
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¿Qué canciones le piden más en sus conciertos? Al alba seguro que es una de ellas...
Al alba me la piden mucho, pero también otras. Depende del sitio, es una selección muy aleatoria.
¿Cómo surgió la idea de que este grupo de músicos grabara sus canciones?
La idea surgió hace cuatro años, pero se retomó este año. No conozco a todos, pero puse unas condiciones, una era que no iba a hacer duetos, y también quería que los músicos que estuvieran en el disco sintieran algún tipo de afecto por mis canciones, no quería un disco de marketing ni de juntar nombres. Me he enterado de que Estopa aprendió a tocar la guitarra con una canción mía. Quería que cada cual hiciera lo que quisiera con la canción, incluso destrozarla.
La experiencia de ir a su concierto y ver la proyección de un cortometraje también es algo inédito. ¿Cómo es el trabajo?
Son 30 minutos de dibujos hechos a lápiz por mí. Son dibujos realistas y con una animación muy primitiva, a la antigua usanza. El tema es un pequeño cuento que relato antes de la canción Giralunas. Es la primera vez, en Cáceres, que se proyecta en pantalla grande.
¿Cómo lleva eso de ponerse en carretera después de haber dado tantos conciertos en su vida?
Me compensa después de tantos días de encierro en casa trabajando. Hacer carretera es muy gratificante, y sobre todo conectar con el público que siente interés por mis canciones y poder intercambiar reflexiones y emociones.
De Aute se espera que, además de cantar, también sea una especie de faro de ideas.
Sí, es una reunión donde con la justificación de un concierto se establece una comunicación muy variada: puede ser emotiva, reflexiva, divertida, triste, toda la amplitud de las emociones del ser humano. Hay canciones de humor, más críticas, más transgresoras, como en la vida.
En 2011 hablaba le preguntaba por la situación de España y usted aseguraba que era como el Titanic. ¿Qué piensa ahora?
En estos cuatro años han pasado muchas cosas. Todo este tsunami de corrupción se veía venir. Por lo menos este hundimiento del Titanic está echando por la borda toda la porquería que se estaba respirando. Se apuntan tiempos distintos, espero que se inicie una etapa más higiénica. Se están abriendo otras formas de entender la política, otra política es posible, porque la que teníamos hasta ahora es un fracaso absoluto, con una desigualdad enorme. Vivimos un momento esperanzador, aunque cada vez tengo menos fe en los políticos, no en la política.
¿Cosas como las que está viviendo Grecia nos desconciertan o nos esperanzan?
Lo que está sucediendo en Grecia es muy importante, se está haciendo un pulso histórico tremendo entre seguir agachados obedeciendo las órdenes de los bancos o que la gente decida lo que de verdad debe ser su supervivencia y su soberanía. La Unión Europea ha perdido su soberanía en aras de los bancos y de los lobbies financieros.
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