IVONNE DÍAZ
VIVIR ES MEJOR QUE SOÑAR
Hoy vale más despertar / que soñar en este juego
Hoy que es tiempo de sanar / las heridas del tiempoMi rebelión (Cuatro pesos de propina)
Sobre sus hombros caían ristras de cabellos castaños con aroma a limón. No era la princesa de un castillo encantado, ni tampoco la bruja en la casita de caramelo. El tenía rastas de pelambre anaranjado con olor a sal. No bajó de un barco pirata. No llegó cabalgando en un blanco corcel. Juntos hicieron la paz, la guerra y el amor. No cambiaron el mundo, ellos siguen siendo los que son, no los registraron los libros de historia ni los nombran en las noticias.
Pero hubo un tiempo en que vivían en un sueño. Sí, en un sueño, a veces hermoso, a veces pesadilla. Los empecé a soñar aquella noche en que mi corazón perdió el rumbo y mi cerebro se dedicó a vagar mientras esperaba que volvieran los latidos. Era un ensueño lúcido y vivo, las sensaciones muy fuertes; los aromas, la tibieza de la piel, el sonido de las voces, muy reales.
Nunca supe sus nombres, ellos eran los que me llamaban para llevarme a ese lugar donde habitan las fantasías. A veces era una pesadilla, en la que el miedo me consumía y el dolor me arrastraba, entonces ellos rodeados de una atmósfera color esmeralda me despertaban. Otras veces vivían en un paraíso, en el interior de mis veintiún gramos de alma, donde el espacio turquesa, fascinante y sugestivo, nos abrigaba.
En la noche del día menos pensado supimos que vivir es mejor que soñar, y se fueron al mundo, a veces hermoso, a veces pesadilla, donde siguen siendo los que fueron.
ANNA RHOGIO
MARDI GRAMILLA / 4 (HACIENDO SOÑAR A LOS NIÑOS)
El bosque mágico.
Los árboles hablan entre ellos con susurros que muy pocos entienden. Son seres prodigiosos que reciben en hojas, ramas, troncos y raíces, iluminados poderes universales que se derraman en la tierra y su misión es trasmitir al mundo esas bienaventuranzas.
Soportan mansamente quietos el hacha del leñador y los incendios, muriendo de pie.
Porque no pueden correr ni pueden volar.
Hoy se visten de risas verdes paladeando el fuerte abrazo del viento: Bosco anda colocando las trampas para Mardi y los árboles festejan que por allí, no habrá más hachas, ni fuegos, ni cazadores.
Esta noche la luna se fue de fiesta. Blizz y Juníperus juegan en la cascada iluminada con luz estelar.
En la frondosidad oscura Ugrus y su ejército eliminan las trampas hiriendo fieramente a duendes y elfos. Los árboles ya no susurran: gritan. Su atormentado aviso llega a Mardi que despierta y se levanta enojadísima:
-¿Será posible? -enciende una vela, agarra sus alfileres y llama a Bosco: -¡Dale! ¡Levantate! ¡Tenemos que salir!
Llegan con el tiempo justo para eliminar unos cuantos enemigos y ver cómo escapan los demás.
-Andá ligero a casa y traé más trampas. Tenemos que reponer las destrozadas.
Bosco se ríe del ceño fruncido de su hermana:
-No puedo, cascarrabias.
-¿Por qué?
-Porque no hay más.
-¿Hiciste tan pocas?
-No, hice muchas y las puse en todo el bosque.
-Tendremos que hacer guardia hasta el amanecer. No entiendo qué pasó aquí. ¿Nadie vino a cuidar estos caminos? ¿Se durmieron o se asustaron? Ya me van a oír esos irresponsables.
-Callate de una vez -dijo alguien: -Buscanos en los matorrales y ayudanos. Estamos muy lastimados y no tenemos ganas de soportar tus rezongos.
Ella iluminó con la vela la hojarasca y encontró algunos duendes y elfos bastante maltrechos.
JOSÉ LUIS MACHADO
UN TEXTO FANTASMAGÓRICO
Mis padres estaban hartos de advertirme que no fuera al sótano, pero nunca me explicaron el porqué. Como soy de naturaleza curiosa, aproveché que no estaban en casa y me dirigí hacia allí algo asustado. Bajé las escaleras, abrí la puerta y sólo vi lo que todo el mundo espera encontrarse en un sótano: muebles viejos y enmohecidos, estanterías llenas de cajones, botellas vacías tiradas al azar y un gran arcón cubierto de polvo. Llamó mi atención, y sin pensar demasiado, lo abrí. Me quedé un poco sorprendido al ver que dentro de él sólo había una pieza de ajedrez sobre un tablero, una reina, ella alzó su mirada y me atrajo hacia el interior del arcón. Desde entonces estamos juntos aquí dentro amándonos, y esperando a treinta curiosos más, para completar el juego.
ANTONIO GARCÍA PINTOS
EL NACIMIENTO DE LOS SENOS
El olvido no existe salvo para olvidar lo que no podemos olvidar.
La búsqueda de la palabra justifica la razón de vivir en un mundo donde abunda un caudal de palabras que solamente intenta justificar la existencia.
La dicha es un momento que se quiere repetir a pesar de que un momento nunca se repite.
El silencio acompaña al alma aunque nos deje sin ella.
Una breve palabra dicha al oído en el momento justo permite seguir con toda una vida.
Cuando los ojos producen el escándalo de gozar, la materia pierde su existencia cotidiana.
Las piernas entreabiertas de una mujer en el pasillo de un ómnibus pueden producir un encontronazo fatal, sin que una lógica aparente lo pueda explicar.
Entrever el nacimiento de los senos en el lugar que sea nos demuestra sin palabras que la vida tiene un destino que se acerca a la felicidad.
El labio brevemente caído de una mujer puede revivir el profundo deseo perdido.
Ver los pies descalzos de una mujer caminando por el patio de la cocina desata todas las hambres.
LUCIO CLAVIJO
REGRESO
Es otro día
donde
un llanto gris
retoma su gemido
regresándote
de entre lápidas
igual que retoños
te veo
nuevamente
otra
y la tierra mojada
es el más poderoso deseo de las tumbas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario