martes

SUPLEMENTO DEL TALLER LITERARIO DE LIVERPOOL F.C. (37)



IVONNE DÍAZ

EN EL OSCURO RINCÓN DEL RADIANTE UNIVERSO

Dios femenino, eterna creación, naturaleza multiplicadora
condenada a desaparecer y existir para siempre.

Dios femenino generador de materia y espíritu,
proporción áurea, antimateria, volcán en implosión.

Dios femenino, energía incontrolada, fusión, fisión, infinito omnipresente,
procreador engendrado, fecundador fructificado.

Dios femenino encerrado en mi centro, en el oscuro rincón del radiante universo
que crece y se expande en la tranquila soledad de mi alma. (Si es que tengo alma.)


ANNA RHOGIO
                                                 
LA LEYENDA DE OSO BLANCO (HACIENDO SOÑAR A LOS NIÑOS)
                                                 
En los días en que Ox era un verde planeta, los animales de los casquetes polares se adaptaron a las gélidas temperaturas y se vistieron de nieve. Así les era muy fácil esconderse de un predador o atrapar una presa.

Oso Blanco era curioso y quiso saber qué había más allá. Caminó hasta donde terminaban los hielos y encontró una pradera.

Divisó en la lejanía el perfil zafiro del bosque desdibujado por la neblina. Lo atrajeron las sombras de lo que nunca viera y llegó a la floresta.

Ya era de noche.

Las dos lunas brillaban en el firmamento iluminando los senderos de la arboleda, las ramas y las hojas. Por gracia de la luz, las gotas de rocío eran perlas en los pétalos de las flores.

Voces misteriosas murmuraban hechizos en la espesura y la magia reinaba en los perfumados remolinos del aire.

La corpulenta silueta de Oso se destacaba nítida en el sortilegio lunar y su pelaje flameaba con el andar acompasado.

Sintió calor, entró en el río y se quedó tan quieto como una roca.

Los seres de la naturaleza salieron del follaje: unos volaban en rondas brillantes, incendiándolas o apagándolas y otros se deslizaban por la superficie azul para llamar a las criaturas del agua que vinieron a la fiesta vestidas de nácar. Aquellos enhebraban diamantes en sedosos hilos  y los colgaban de los juncos para hamacarse.

Oso se mantenía inmóvil en la deslumbrante fluorescencia escuchando música, cascabeleras risas de oro y silbos de flautines en la brisa. También oía el tenue repicar de invisibles, diminutos tambores.

Uno de los duendes lo confundió con una gran isla y saltó en su lomo tañendo un laúd llamando a sus hermanos y a las hadas que bailaron en su lomo provocándole muchas cosquillas.

Entonces, se levantó de repente sacudiendo los pelos que formaron a su alrededor una arcoirisada lluvia de plata.

Las dos lunas lo vieron.

Era tan bello que quisieron tenerlo y antes de convertirlo en una constelación, él les rogó que le permitieran llevarse la música y las risas eternas para no sentirse solo en la infinitud del espacio.

Concedido el deseo, las guardó en un baulito y se las llevó al cielo.

Y allá está Oso Blanco perfectamente delineado por un millón de estrellas, teniendo a su lado el baulito.

Dice la leyenda que si alguna vez, alguien pudiera llegar a su lado y abrirlo, la sinfonía de hadas y duendes, se derramará en el universo.


JOSÉ LUIS MACHADO

UN TEXTO FANTASMAGÓRICO

Hubo una vez un gran escritor que se hizo famoso después de muerto. Vagó por su biblioteca y no sin mucho esfuerzo logró tomar su viejo lápiz. Se maravilló de saber que dentro de su carboncillo había un sinfín de palabras para escribir. Por tanto se tomó su tiempo, pensó y pensó antes de trazar cada letra, signo, palabra o pensamiento. Entonces se maravilló aún más con el silencio, pues desde ahí nacía todo lo que le quedaba por decir.


ANTONIO GARCÍA PINTOS

ÚLTIMO MONTEVIDEO

Caminaré solo por las calles.
Haré la esgrima de no saber quién soy.
Buscaré la bella mujer que nunca estuvo.
Seré decadente en mi parecer y ser.

Seré la nostalgia de la dicha que no fue.
Seré esa estatua que muda puede mirar.
No tendré el valor de la palabra que no dice.

Econtraré tu belleza y mi paz y en la tranquilidad de tus ojos
que aparecerán mientras camino y no los imagino.



LUCIO CLAVIJO

MUJER EN MARCO DE ENERO (RETRATO)

Soñarte
en la mañana
después del vuelo
o del polvo
resume
todas tus regiones de fuego
en la extensión deseada
de tu doble claridad.

Bajo la luna feroz
que esconde tu perfil
de inimaginable desnudez
soñarte
diluye un cansancio azul
en la semiluz
de tu pecho.

Soñarte
solamente soñarte
opone
a los reflejos de enero
el abismado centro
de todos tus caminos.



FERNANDO ITALIANO

EL HUECO

Mi hueco llegó a su fin
Bien construido por mí
Ya no llego más de ahí
Y te busco en ese hueco
No tan desesperadamente
Como si buscara mi vida
Eternamente
Ya no puedo preguntarle más
A las palomas
Ellas me callan
Y no quieren cagar la verdad

No hay comentarios:

Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...
Google+