domingo

PATTI SMITH “¡YO NO SOY NINGÚN PERSONAJE! SOY UNA ARTISTA”


Por Quico Alsedo

Tiene 65 años y está sentada en un sofá de un hotel madrileño de lujo. Lleva cuatro horas dando entrevistas y la que va a conceder ahora a ROLLING STONE es la última. Familiares de Federico García Lorca la aguardan para cenar. Patti se levanta y saluda muy educada. El periodista comprende de repente por qué sale siempre en las fotos con los pelos por la cara, en plan bruja: tiene un ojo mirando para Cuenca y el otro para Estrasburgo. Pero es Patti Smith.
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Debo pedirle disculpas porque no he podido escuchar ‘Banga’, su nuevo disco, pero que…

Un momento, ¿cómo es posible?

Creo que ha habido un problema con el ‘streaming’.

Pero, ¿cómo es posible esto? [se dirige a la gente de su discográfica]. ¿Qué ha pasado entonces?

Pues… ha sido todo demasiado rápido, quizás.

¿Rápido como hoy?

Rápido como ayer.

Es ridículo. ¡Tú no has hecho bien tu trabajo! ¿Y qué pensabas preguntarme?

Yo había pensado más en… una entrevista de personaje [acierto a murmurar].

¡Pero yo no soy ningún personaje! Yo soy una artista. En fin, está bien, venga, empieza. 

¿Ha disfrutado grabando con sus hijos? 

Muy profesional [risas forzadas]. Ha sido fantástico. Como madre… Pero, un momento, ¿qué está pasando aquí? [Se levanta y se dirige al fotógrafo, que prepara unos focos]. ¡Se supone que iba a ser una foto casual, nada demasiado… grande! [El fotógrafo para su actividad inmediatamente].

¿Qué ves de ti en tus hijos?

La mayor influencia musical ha sido su padre, sin duda [Fred Sonic Smith, el mítico guitarrista de MC5]. Yo les he influenciado en cómo estar en escena. Jackson es muy natural, no posa, no va de estrella del rock. Mi hija es como yo, siente las cosas como vienen. En directo, cometo muchos errores, hago cosas divertidas, pequeños desastres…
¿Como en aquel concierto en Tampa, Florida, en los 70? [Se cayó en escena, se rompió dos vértebras, le dieron 22 puntos y fue un punto de inflexión en su carrera]


Oh, no, ese es un tema distinto. Me refiero a joder una canción, olvidar las letras, o responderle al público algo… 

El tiempo, ¿crea o destruye?

El tiempo es una ilusión creada por el hombre. La existencia para mí va hacia adelante y hacia atrás, como la mente humana.

¿Cuándo fue la última vez que escuchaste su primer disco, Horses (1975)?

Lo escucho de cuando en cuando: entro en un restaurante y lo ponen. Hice el mejor trabajo que podía hacer en ese momento, di todo lo que tenía.

La música tenía un gran papel social entonces, pero, ¿ahora?

Bueno, yo crecí en los últimos 50 y en los 60, así que el rock creció conmigo como algo muy visceral: Little Richard, James Brown, Elvis. Pasó de ser una cosa revolucionaria, energética y sexual, a una cultura real, porque el hombre es un ser social: Dylan, Lennon… El rock evolucionó hasta ser nuestra voz cultural, mezclado con los movimientos pacifistas y por los derechos civiles. Nosotros no teníamos televisión, no hablábamos nunca por teléfono, teníamos que buscar a uno cuando lo necesitábamos. Teníamos la radio y los discos. Las canciones y las voces de estos iconos eran muy importantes para inspirarnos, comunicarnos… Ahora hay muchas formas de comunicarse e informarse, y el rock no es la esencial.

Sin embargo…

Sin embargo ha evolucionado de la manera que se esperaba. Siempre he pensado que el rock pertenece a la gente: es fácil de hacer, todo el mundo puede tocar, y ahora tienes a millones de personas haciendo sus propios discos. Uno de los periodistas de hoy me ha traído el suyo, eso antes era imposible. Necesitabas a alguien que te pusiera el dinero. Es otra forma de revolución, un uso diferente del rock. Pero a mí no me mires, yo soy de los de antes: pienso en vinilos, en la cara A y la B…

Siempre has estado rodeada de gente, a partir de la cual has construido tu música. ¿El arte nace del autor, o flota por ahí?

Mi definición de arte es muy elevada y espiritual. Es una cuestión divina: mucha gente puede dejarse el pelo largo e irse al desierto a hablar con dios, pero eso no les convierte en profetas. El arte es parte de la sangre de uno, como un hijo. Es un aliento divino.
¿Cuál es tu relación actual con la religión?

La misma que tenía a los 13: ninguna. No me interesan los dogmas.

Tu música es, a su manera, muy religiosa.

Es una forma de verlo. Cuando escribes, estás en contacto con lo más profundo de ti, y cuando lo sacas afuera deja de ser tuyo, pertenece a quien escucha. Por cierto, perdona si me he enfadado un poco, pero espero que escuches el disco, ¿eh?

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