domingo

PARÍS ERA UNA FIESTA - ERNEST HEMINGWAY 31)


XIX

UNA CUESTIÓN DE TAMAÑO (2)

Muchos años después de la segunda guerra mundial, Georges, que ahora es el jefe del bar del Ritz pero que cuando Scott vivía en París era un botones, me preguntó:

-Papa, ¿quién era ese Monsieur Fitzgerald que nombra todo el mundo?

-¿No lo conociste?

-No. Me acuerdo de toda la gente de aquel tiempo. Pero ahora me hacen preguntas nada más que sobre ese señor.

-¿Y qué les decís?

-Cualquier cosa que les guste o les interese. Pero dígame, ¿quién era?

-Fue un escritor americano, que después de la otra guerra vivió un tiempo en París y en el extranjero.

-¿Pero cómo puede ser que me acuerde de él? ¿Era un buen escritor?

-Escribió dos libros muy buenos, y dejó sin terminar otro que según los entendidos hubiera sido el mejor. También escribió algunos buenos cuentos cortos.

-¿Venía mucho al bar?

-Sí, claro.

-Pero usted no venía al bar, cuando terminó la otra guerra. Me dijeron que en esa época usted era pobre y vivía en un barrio apartado.

-Cuando tenía plata iba al Crillon.

-Sí. Y me acuerdo muy bien de la vez que lo conocí.

-Yo también.

-Es raro que no me acuerde de aquel señor -dijo Georges.

-Toda la gente de aquella época está muerta.

-Pero uno no se olvida de una persona por el hecho de que esté muerta, y todo el mundo lo nombra. Me gustaría que me contara algo sobre él, para ponerlo en mis memorias.

-Bueno.

-Me acuerdo de aquella noche cuando usted vino con el barón von Blixen... ¿En qué año sería? -dijo sonriendo.

-El barón también está muerto.

-Sí. Pero yo me acuerdo de él. ¿Me comprende?

-Su primera esposa escribía muy bien -dije. -Escribió posiblemente el mejor libro sobre África que he leido. Por supuesto que sin contar con el libro de Sir Ernest Baker, Los afluentes abisinios del Nilo. Ponelo en tus memorias, ya que ahora te interesan los escritores.

-Gracias -dijo Georges. -De una persona como el barón uno nunca se olvida. ¿Y cómo se llama el libro?

-Memorias de África -dije. -Blickie estaba muy orgulloso de los libros de su esposa. Pero él y yo nos conocimos mucho antes de que ella escribiera ese libro.

-¿Y ese Monsieur Fitzgerald que nombra todo el mundo?

-Fue en los tiempos de Frank.

-Sí. Pero yo era el chasseur. Y usted ya sabe lo que es un chasseur.

-Me prometí a mí mismo que iba a escribir un libro de memorias sobre los primeros tiempos que pasé en París y allí voy a hablar de Scott.

-Buena idea -dijo Georges.

-Y lo voy retratar exactamente como lo recuerdo.

-Buena idea -dijo Georges. -Porque entonces voy a poder acordarme de él. Después de todo, uno no se olvida de la gente.

-¿Ni de los turistas?

-De esos sí, claro. ¿Pero no me dijo usted que él venía mucho al bar?

-Sí. Le gustaba mucho este lugar.

-Estoy seguro de que si usted lo describe exactamente y él venía mucho aquí, cuando lea el libro voy a poder recordarlo.

-Vamos a ver -le dije.

No hay comentarios:

Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...
Google+