miércoles

MAÑANA NOS CUELGAN (2) - ANDREA MOREIRA


primera edición WEB


SEGUNDA ENTREGA


TRES: cadáveres


1

tengo mariposas en las alas
dormidas
desalándose
tengo árboles prohibidos en los ojos
que miran entre sí
indiferentes
espinas perfectas en los pies
camalotes en los labios

tengo rosas azules en las axilas
y cuervos blancos
que forman este cuerpo
mojadamente mío


2

mañana nos cuelgan
seguro que otros árboles sudan
maderas
y las madres lloran
los padres grita con soles en las manos
cuando la carne
se les mete por las orejas sucias
y entre las espinas nadie llora
ni por ellos
o por mí
o por mi cuerda


3

caen en este tiempo roto
los cadáveres de octubre
que separan al hombre del cuarto vacío
donde llora ese niño con los ojos vendados
y donde la madre desnuda de vino
tiembla
como una puta esquina en invierno
y el hombre costilla y cañería
besa su vaso amarillo
mojando los cadáveres que bailan en la cocina


4

a veces miro sus ojos
mojada
calladamente humanos
y dejo de creer en su mirada eterna
me doblo en el arroyo que asoma de sus labios
para enredarme en el pedazo de voz
que manoseó la muerte
y a veces le miro los hombros
lloviéndose
con las esquinas rotas
y dejo de creer
en su revolución arrugada
para mezclarme con la boca
que mastica la muerte

entonces
me voy
lejos de ella
tomo de él
esa mirada eternamente enferma
y me voy
a enredar los pájaros
a pisar la masa
y  a emborracharme
me voy a creer
a doler lejos
a lamer las horas de mañana
cpn sus hombros en las manos
me voy
a fumármela
a reventar sin ella


5

y los hombres parados
desnudos
visitan cada día más
la tierra de los pájaros
y los muertos que succionan
el cordón negro de una plaza
caminan
bestias amargas
las horas de los soles de las catedrales
el sueño intranquilo de los amantes
y se llueven los techos de aquellos templos
y se llueve el límite entre la arena y el barco
despìertan inviernos llenos de almas inseguras
y baja el tiempo hacia una playa
donde se queman huesos de hombres
y se llena la luna
y ahorcan a uno más
otro árbol que emigra


6

si acaso entra el frío
a las costillas rotas de este cuarto
o la muerte le robe los huesos de a uno
si acaso entra el silencio
y besa el aliento del que duerme
o se funden en un sol herido
acaso sombras tan largas
acaricien la blancura de estos huesos
inmortales
erectos
sumergidos en el vientre erizado del hombre perseguido
y entonces se destierre
la agonía de las almas deshojadas
o el sonido de sus flores
al caer
sobre el pecho desnudo del poeta


CUATRO: maderas


1

I

es ella
veinte tardes después

aunque ya no baile tangos entre mis cejas
ni coma de las lunas que le envío

aunque esconda sus días en otros países

es la misma
que metió con sus dedos
pájaros en mis bigotes
que caminó azul entre mis maderas
mientras mi corazón
moría en su ombligo


II

es él
aunque ya no duerma en mi ombligo
ni beba los hilos que asoman de mi boca

aunque su corazón se moje en otra tierra

sus dedos ahora
ponen huevos en mi cara

mientras yo

entretejo caminos más azules
de maderas y tangos


2

si te digo que siento
por el mal derretido
lo mismo que todo un invierno del alma
me creerías madre
si dentro de cuarenta años
me siento en la ventana y siento
amaneceres distintos
me creés madre
si te digo que tengo
las mismas lunas oxidadas en los labios
que tus pasos perfectos de ayer
que llevo la sombra de lámparas azules
mientras me tras-siento y pienso
esperando no sé qué en la ventana
fumando un café
y abrazándome con la negrura de las paredes
de tus muros de yeso y baba
mejor no me creas madre
tengo miedo
que sea así
que te des cuenta
desde adentro
y no salgas a decirme la verdad

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