HORACIO HERRERA - LOS PASOS EN LAS HUELLAS

HORACIO HERRERA (Uruguay, 1976) comenzó en 2002 sus estudios de pintura con Gabriel Bruzzone, y entre 2003 y 2006 trabajó en el Taller de Sergio Viera.

En  2006 realizó su primera muestra idividual en el Cabildo de Montevideo, y en 2007 expuso la serie De cuerpo y alma en el hotel Rivendel de Piriápolis y en el Salón del Autor Nacional de AGADU. Estos trabajos también aparecen integrados a los textos del libro Homenaje a mi perra de Hugo Giovanetti Viola (elMontevideano Laboratorio de Artes 2007).

En enero de 2013 participó en la muestra colectiva internacional ARTE PUNTA, obteniendo una mención especial, y en noviembre de 2014 integró la puesta mutimediática LA BESTIA POP, realizada en la Embajada de Venezuela, junto a obras de Guillermo Fernández, Lola Fernández y Álvaro Moure Clouzet.

Este martes 14 de abril se inaugurará su muestra Iconoclásicos en el espacio cultural Gladys-T, BVR España 2840, entre las 17 y las 20:30 hs.

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En tu nueva muestra a realizarse en abril de 2015 confluyen varias vertientes de tu quehacer plástico, aunque estructurándose de una manera totalmente novedosa. ¿Cómo fue surgiendo, por ejemplo, la integración de lo abstracto total con zonas de figuración casi hiperrealista?

Hace bastante que se viene gestando esta propuesta, cuando comencé a trabajar en arte digital en el año 2008. Claro que en aquel momento tal vez no era tan consciente de estar iniciando ese proceso radical de experimentación y búsqueda. Ahora, en esta última serie -que titulé "Iconoclásicos"- es donde la integración de lo abstracto y lo figurativo se manifiesta con mayor intensidad y sistematicidad.

Otro aspecto de fusión que sorprende (aunque no choca) es la naturalidad con que se produce la convivencia entre las texturas digitales y las matéricas. ¿Cómo fundamentarías la necesidad que te llevó a pegar (me imagino que no sin vértigos) ese salto no precisamente al vacío sino a una insólita proliferación que le hubiese encantado a Julio Herrera Reissig, el pater fundacional de una especie de ternura explosiva que llevás en la sangre?

Bueno, agradezco tus palabras y me llenan de orgullo. Es evidente que esa necesidad viene por el lado de mi temperamento inquieto, arriesgado, lo que siempre me exige tratar de autoidentificarme más plenamente a través del manejo de nuevos materiales y medios de expresión. Y yo siento que heredo genéticamente estas características de un antepasado fundacional tan decisivo en el crecimiento artístico hispanoamericano, con quien me siento muy consustanciado desde un punto de vista estético y también espiritual. Siento que lo comprendo y también quiero situarme en esa prospectiva.

Quien visite tu sitio web podrá comprobar que cada nuevo giro de tu espiralamiento demuestra una particular necesidad de renovar en forma casi tajante los planteos investigativos, como sucedió siempre en la trayectoria de Manuel Espínola Gómez, por ejemplo. ¿Te resulta muy costoso dejar madurar en el inconsciente las fases de incubación de esos replanteos cíclicos?

Todo se va gestando poco a poco y tiene un tiempo de maduración muy variable en cada fase expresiva. Y es muy importante respetar esos tiempos donde surgen otras inquietudes que te llevan a nuevas investigaciones y allí ya empezaste el proceso. Creo que es el inconsciente el que nos va guiando, y en mi caso particular trato de dejar fluir al máximo la intuición, que la mayoría de las veces me sorprende positivamente y hace que el proceso prospere.

¿Cómo incide tu religiosidad en este transitar rápido y lentamente (como le gustaba decir a J.D. Salinger) detrás cada nueva iluminatio?

Incide nada menos que en el alcance de la plenitud creativa, porque en mi caso la espiritualidad es sinónimo de religiosidad. Y siempre he sentido que lo que me guía hacia mi ser profundo es la Iluminación.