lunes

ENCUENTRO CON LA SOMBRA (El poder del lado oscuro de la naturaleza humana)

CUADRAGESIMOCTAVA ENTREGA


CUARTA PARTE: EL CUERPO ENAJENADO: ENFERMEDAD, SALUD Y SEXUALIDAD

INTRODUCCIÓN (2)

Pero este escenario futurista en el que el cuerpo brilla por su ausencia no es más que uno de los posibles caminos que se abren ante nosotros. Los defensores de las terapias corporales, por su parte, no devalúan al cuerpo sino que consideran que constituye el vehículo idóneo para llevar a cabo la transformación, el templo sagrado en el que se realiza el trabajo espiritual. En palabras de John P. Conger: “El cuerpo es, al mismo tiempo, la escuela, la lección, el protagonista, el preciado enemigo… y el trampolín que nos permite ascender a los reinos superiores”.

Además, el movimiento que se ocupa de la emergencia de los valores espirituales femeninos también sostiene la idea de encarnar al Yo y existe toda una nueva generación de maestros y terapeutas que integran activamente al cuerpo en los procesos simbólicos utilizando -para amansar a los leones que custodian las puertas de la mente y arrancar al cuerpo del dominio de la sombra- todo tipo de sonidos, imágenes y ritmos curativos.

La mayor parte de nosotros tiende a creer que la sombra es invisible y que se oculta en los rincones de nuestra mente. Sin embargo, quienes trabajan de manera regular con el cuerpo humano y han aprendido su lenguaje son capaces de discernir en él la silueta oscura de la sombra. La sombra se halla esculpida en nuestros músculos, en nuestros tejidos, en nuestra sangre y en nuestros huesos. En nuestro cuerpo, en fin, se halla grabada toda nuestra biografía personal presta a ser leída por quienes hayan aprendido y conozcan aprendido su callado lenguaje.

Quienes tengan una predisposición natural hacia la conciencia kinestésica -como danzarines, atletas y artesanos, por ejemplo- no se extrañarán ante la afirmación de que el cuerpo encierra la clave de nuestro despertar y quienes se hallen inclinados hacia el pensamiento o el sentimiento podrán encontrar en él una estimulante herramienta de trabajo con la sombra.

El objetivo de esta sección es el de aproximarnos a la sombra a través del cuerpo, un camino menos transitado que la ruta simbólica de la mente elegida por Jung y tantos otros que quedaron fascinados por el mundo interno. En el Capítulo 16, el analista bionenergético de Berkeley John P. Conger compara las nociones junguiana y reichiana de inconsciente y su relación con el cuerpo humano. Según Conger, a pesar de sus grandes diferencias -basadas, a su juicio, en sus peculiaridades personales y temperamentales- existen asombrosos paralelismos entre sus concepciones de psique y soma.

En el siguiente capítulo, “La anatomía del Mal”, John C. Pierrakos, discípulo de Reich, expone la idea de que la coraza corporal constituye la causa radical de la maldad del ser humano. En su opinión, el estancamiento de nuestra energía emocional detiene el flujo de nuestra vitalidad, tensa nuestro cuerpo, nos hace insensibles a los sentimientos y nos torna crueles.

A continuación, el médico Larry Dossey, autor de Tiempo, espacio y medicina y Beyond Illnes, examina el papel oculto que desempeña la enfermedad con respecto a la salud. Según Dossey, la enfermedad y la salud, como el blanco y el negro, siempre van juntas y cada una de ellas cumple un objetivo del cual podemos aprender.

La sexualidad constituye un aspecto natural de la vida de nuestro cuerpo y, por consiguiente, también tiene facetas oscuras y facetas luminosas. En el extracto de Marriage Dead or Alive el analista junguiano suizo Adolg Guggenbühl-Craig investiga el atractivo y el poder que despiertan las facetas demoníacas de la sexualidad: masoquismo, sadismo, incesto y relaciones sexuales hipócritas.

El cuerpo, en suma, constituye un universo completo en sí mismo. Como señala Heinrich Zimmer: “Todos los dioses están en nuestro cuerpo” y -como agregarían todos nuestros colaboradores- también lo están todos los demonios.

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