lunes

ENCUENTRO CON LA SOMBRA (El poder del lado oscuro de la naturaleza humana)


TERCERA PARTE: (10) LA SOMBRA PARTIDA POR LOS HERMANOS (2)


Christine Dowing

El papel que desempeña nuestra hermana difiere mucho del rol que juega nuestra mejor amiga (aunque tal amiga suela servir a menudo como hermana sustituta) porque la fraternidad no la elegimos. Nuestra hermana nos confunde como jamás lo podría hacer una amiga. En opinión de John Bowlby el aspecto más importante de los hermanos es su familiaridad ya que con frecuencia suelen transformarse en modelos de identificación secundarios a quienes recurrimos cuando nos hallamos cansados, hambrientos, enfermos, asustados o inseguros. Los hermanos también pueden servir como compañeros de juegos pero el papel que desempeñan es diferente porque a los amigos sólo nos dirigimos cuando estamos de buen humor y confiados y lo que queremos es jugar. La relación entre hermanos, sin embargo, persiste durante toda la vida y jamás podremos liberarnos por completo de ella. (Podemos divorciarnos de nuestra pareja pero jamás podremos desembarazarnos completamente de un hermano.) Es precisamente esa persistencia la que la convierte a la relación entre hermanos en la relación más segura -más segura incuso que la relación que nos une a nuestros padres porque no hay relación más dependiente que la que sostenemos en nuestra infancia con estos- para expresar la hostilidad y la agresividad. La relación que mantenemos con nuestros hermanos del mismo sexo constituye, pues, el vínculo más tenso, escurridizo y ambivalente que existe.

Creo que hasta las mujeres que carecen de hermana biológica anhelan durante toda su vida una relación fraterna que las lleva a buscar hermanas sustitutas.

A diferencia de lo que ocurre con el arquetipo de la Madre y el Padre, los arquetipos de la Hermana y el Hermano están presentes en nuestra vida psicológica al margen de nuestra experiencia vital concreta. La Hermana, como todos los arquetipos, reaparece en forma de proyección o “transferencia” y tiene un aspecto interno. Si quisiéramos clasificar de algún modo el significado de las relaciones entre hermanas deberíamos hablar de la existencia de tres modalidades de relación distintas: la hermana(s) reale(s), la hermana sustituta y la hermana interna, el arquetipo.

Yo soy la que ella no es. La figura de la hermana interna -ideal y, al mismo, tiempo, oscura- tiene tanta importancia para el proceso de individuación que existe tanto en el caso de que tengamos una hermana biológica como en el caso de que carezcamos de ella. Pero, como ocurre con todos los arquetipos, la figura de a Hermana debe actualizarse y singularizarse en el mundo de las imágenes externas. Cuando carecemos de una hermana biológica recurrimos a una hermana imaginaria o a una hermana sustituta e incluso en el caso de que exista una hermana real esta no siempre personifica adecuadamente el arquetipo y suelen aparecer figuras o sustitutos fantásticos. La Hermana asume entonces el rostro concreto de una amiga, de una figura onírica, de un personaje literario o de una heroína mitológica.

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