TRIGESIMOSEXTA ENTREGA
CAPÍTULO 6
Mercosur, significado y posibilidades (2)
Partamos de lo más elemental. La nueva bipolaridad nafta-Mercosur, propia de los años 1990, pone a la luz, como nunca antes, las dos partes básicas en que se divide geopolíticamente América Latina.
En efecto, son dos ámbitos profundamente distintos. Está la zona norte de América Latina, que comprende México, Centroamérica y las Antillas. Bajo la gestión del Imperio Hispánico, su centro estuvo en el Virreinato de México y las Capitanías Generales de Centroamérica y Cuba. Durante el proceso de la Independencia, en el siglo xix, sus movimientos no tuvieron una conexión orgánica con los de América del Sur. Desde entonces, esa zona fue el teatro de la expansión continental de los Estados Unidos de Norte América (Florida, Texas, California, etc.) y también en Centroamérica y el Caribe, abriendo en nuestro siglo la interconexión oceánica del Canal de Panamá. Fue el escenario principal de las “políticas del garrote” y las más directamente beneficiarias de la “buena vecindad”. En resumen, esa zona norte de América Latina es la gran frontera con el mayor Estado Continental, el más poderoso del siglo xx, y probablemente, al menos, de la primera mitad del siglo xxi. Actualmente es la zona más afectada e involucrada en la expansión del nafta, Tratado de Libre Comercio vigente desde 1994 entre Estados Unidos, Canadá y México. Este es el país hispanoamericano más importante, pero en la frontera en que está no tiene mayor maniobrabilidad ante el poder norteamericano, pues está sólo rodeado de muy pequeños Estados hispanoamericanos (y el latinoamericano de Haití).
La otra gran zona de América Latina es la isla continental de América del Sur (si consideramos el corte del Canal de Panamá). Esta es la zona más importante de América Latina en extensión, población y recursos. Inicialmente se dividió en dos partes, el Virreinato del Perú y Brasil. Luego la parte hispanoamericana se fue subdividiendo, hasta ser hoy nueve países hispano-mestizos y el gran país luso-mestizo brasileño. En total diez países latinoamericanos. América del Sur es la zona más decisiva de América Latina. En rigor, como nunca se han sacado las debidas conclusiones de esto, no hay todavía pensamiento político latinoamericano.
Pero hay más. Nuestro círculo histórico-cultural se llama, todo el mundo lo reconoce como América Latina. Se llama así porque intenta abarcar los dos rostros básicos que la constituyen: el luso-mestizo brasileño y el hispano-mestizo. Es el sello del origen bifronte principal. Sólo la unidad bifronte es “latinoamericana”. Sin Brasil no habría América Latina, sólo habría Hispanoamérica. México, Centroamérica y el Caribe solos, la Comunidad Andina sola, serían Hispanoamericanos, no latinoamericanos (salvo la pequeña gota haitiana). Pero no hay destino solo hispanoamericano, sino latinoamericano. El colombiano bolivariano Joaquín Torres Caicedo acuñó la expresión “América Latina” a mediados del siglo xix para incluir a Brasil y Haití. Brasil es de lejos el principal. Y Brasil es sudamericano. Esto acrecienta lo decisivo de América del Sur. América del Sur ya es América Latina. Lo más consistente de América Latina. Donde se gana o se pierde América Latina. El Mercosur es ya de suyo latinoamericano desde su nacimiento mismo.
¿Cómo ha surgido el planteo que desemboca en el Mercosur? Esto nos lleva a aquilatar el significado del Mercosur en América Latina. La pregunta que le sigue sería: ¿Qué papel puede tener el Mercosur en el concierto mundial que organizará la globalización en el siglo xxi? Pasamos a esbozar las respuestas a estas dos preguntas.
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