jueves

ALBERTO METHOL FERRÉ - LOS ESTADOS CONTINENTALES Y EL MERCOSUR

TRIGÉSIMA ENTREGA


CAPÍTULO 5



Las tres épocas de la globalización (1)


Al abrirse el siglo xx, el geógrafo, político y parlamentario inglés Halford Mackinder señalaba en su memorable conferencia de enero 1904, “El pivote geográfico de la historia”, que la exploración geográfica estaba virtualmente terminada. Era el fin de una gran época histórica, de cuatro siglos, a la que llamaba la época colombina. La era de la formación unificada de la globalización, abierta por Castilla y Portugal cuando iniciaron la navegación de altura, oceánica. Ahora se necesitaban otros caminos para la geografía, más intensivos e incluso de “síntesis filosófica”: caminos, digamos, geopolíticos, geoculturales, geoeconómicos, etc.; la geografía descriptiva ya no alcanzaba.

La primera fase de la globalización, la era colombina, había terminado. Le había precedido la Cristiandad medieval, acorralada en una pequeña región; en cambio, la época colombina fue la expansión mundial de Europa, contra una resistencia casi despreciable:

De aquí en adelante, en la era poscolombina, nuevamente nos hallaremos con un sistema político cerrado, y lo que no tiene menos importancia, la esfera de acción del mismo será el mundo entero. Todas las explosiones de fuerzas sociales que se produzcan, en vez de disiparse en un circuito circunvecino de espacio desconocido en el que dominan la barbarie y el caos, serán fielmente reflejadas desde los más lejanos rincones del globo, y debido a ello, los elementos débiles del organismo político y económico del mundo serán destrozados.[1]

De ahí, para Mackinder, que en adelante la lucha se traslada de la expansión territorial a la eficiencia. Y agregaba:

Considero, en consecuencia, que en la década actual nos encontramos por primera vez en condiciones de intentar la determinación más o menos completa, de la correlación que existe entre las más amplias generalizaciones geográficas e históricas. Por primera vez podemos percibir algo de las verdaderas proporciones que tienen los acontecimientos y las características cuando se muestran en el escenario de todo el mundo (p. 66).

Desde 1900 el mundo es un solo sistema. Es la segunda fase de la globalización. En adelante hay definitivamente una sola historia, donde todo repercute en todo. De tal modo, lo que ante todo importa es determinar las fases principales del único sistema mundial en proceso, del que todos somos parte. Y donde no hay más comprensión de sí mismo sin el horizonte de la situación específica del sistema mundial. Esta es la originalidad que inaugura el siglo xx, que puede hablar así de guerras “mundiales”.

Donde mejor se ven los panoramas de la Tierra es desde las alturas. Por eso las águilas son símbolo tradicional del poder. Tienen la mirada abarcadora del conjunto. Pero las alturas no son las mismas, tienen distintos ángulos y no implican los mismos contenidos. Geopolítica es perspectiva global de la historia en la dinámica de los espacios. Hoy nadie puede pensarse a sí mismo sin ubicarse en relación a la Ecúmene. Quienes han pensado más el conjunto de la Tierra son las grandes potencias. La Geopolítica es propia de las grandes potencias, ya que está ligada a su proyección en la Tierra. Pero no se reduce a ellas. Toda política es geopolítica.

Las cosas obvias, de tan evidentes, ni se las ve. Si la política es relación del hombre con el hombre tomado en sus conjuntos, es siempre relación localizada en espacios concretos. El hombre es animal terrestre y político, por lo que hace naturalmente geopolítica, aunque sea de modo ingenuo, no explícito. No hay historia sino espacializándose. Lo que no impide que haya gentes que cuentan la historia con una gran desatención de sus espacios. Pues la historia no es tiempo, sino espacio-tiempo. El espacio humano está siempre cualificado políticamente. No hay Estado sin territorialidad. El espacio solo es neutro en tanto no dominado por el hombre, apenas dominado se politiza. Las luchas y conflictos humanos implican siempre conflictos y desplazamientos espaciales. En todas las dimensiones: desde la casa, pasando por la fábrica, hasta el Estado. De modo sencillo, decía el doctor Fausto de la geopolítica, Karl Haushofer: “Geopolítica es la ciencia de la vinculación geográfica de los acontecimientos políticos”. Un análisis geográfico de la política y un análisis político de la geografía.

Las geopolíticas son de corto o largo alcance. Lo común es que Estados poco poderosos (es decir, que inciden poco en los otros) tengan geopolíticas de corto alcance. Vivan el día a día, que es recibir más la política de otros, que hacerla. Pero en realidad, solo hay política propia si se logra una mirada de largo alcance. Entonces, si quienes han pensado más el conjunto de la Tierra son las grandes potencias, se nos vuelve indispensable atravesar sus pensamientos para poder vernos mejor. Por mediación del saber de las grandes geopolíticas, es que los Estados pequeños podrán elaborar la propia.

En rigor, la geopolítica como pensamiento político que pretende abarcar orgánicamente el conjunto de la Tierra, puede darse por iniciada en Alemania, Inglaterra y Estados Unidos en los años de tránsito del siglo xix al xx. Es decir, por Friedrich Ratzel, Halford Mackinder y Alfred Mahan. Lógico que fuera un hombre del Imperio Británico en su apogeo quien diera la conferencia deslumbrante, por su capacidad de visión sintética mundial, sobre “El pivote geográfico de la historia”. Por primera vez teníamos los perfiles totales y los itinerarios espaciales de pueblos y culturas.

Notas

[1]Halford Mackinder, “El pivote geográfico de la historia”. En Antología Geopolítica, Buenos Aires, Pleamar, 1975, p. 66. Los números entre paréntesis en las citas siguientes corresponden a esta edición.

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