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primera edición 2007: Caracol al Galope / elMontevideano Laboratorio de Artes
TRIGESIMOSEXTA ENTREGA
36
Isabelino Pena prendió varias lámparas y puso a calentar agua para prepararse un mate y lavar los platos cuando Sara desnudó las pequeñas paletas sobresalientes y azuladas como el pino del Carmelo:
-Tengo algo que pedirte.
-Plata no tengo.
Ahora parece vestida para posarle a Leonardo y pienso que hace unas horas hubiéramos festejado el exorcismo con un botijo.
-¿No te animás a traerme el mosaico del Rabuní? Pero primero tomá el té.
-No, mija. Las milicias de la redención velamos por Nuestra Señora la celeste a toda hora.
-Estás loco.
-Estoy enamoradísimo de lo horrible que fue llegar a mi preciosa vida. La cruz negra es de oro.
-Pero ir a la cabaña a esta hora es peligroso.
-Je sais bien.
-Llevate una de las antorchas de la Dedicación.
-No. La luna todavía no sale tan tarde. Y avisale a los sicarios que no pregunto cuántos son sino que vayan sacándolo.
-¿Me enseñás a tomar ese té? ¿No lleva miel?
-Los uruguayos somos más amargos que la estirpe de Abraham, cosita.
ALMÁ 18: Y el sábado te dejaron entrar en lo de Marcos y supiste dónde estaba enterrado el maestro y apenas aparecieron María y la Magdalena oliendo a nardo triste hubo una discusión entre los discípulos y Tomás el Gemelo se fue a Betania y Pedro siguió gritando que quería morirse aunque a mediodía Juan propuso conmemorar al Rabuní y nadie protestó: y fue la primera vez que probaste un poso y volviste a mojar para darle a Nazareno y los discípulos se acordaron del escándalo que hubo al otro día de la multiplicación de los panes cuando se encontraron al este del Tiberíades y Jesús les habló de la nueva alianza y la mayoría lo quiso abandonar y la Virgen retrucó que en Nazaret había sido peor y Juan abrió un papiro y anunció Tengo escrito lo que dijo y lo quiero leer para que no se tema tanto ya que este poema existe: Les aseguro que si ustedes no comen el cuerpo del Hijo del Hombre y no beben su sangre no tendrán vida El que come mi cuerpo y bebe mi sangre tiene vida eterna y yo lo resucitaré en el día último Porque mi cuerpo es verdadera comida y mi sangre es verdadera bebida El que come mi cuerpo y bebe mi sangre vive unido a mí y yo vivo unido a él El Padre que me ha enviado tiene vida y yo vivo por él De la misma manera el que se alimenta de mí vivirá por mí Hablo del pan que ha bajado del cielo Este pan no es como el maná que comieron los antepasados de ustedes que a pesar de haberlo comido murieron El que come de este pan vivirá para siempre: y entonces sentiste que el corazón y la melena de aire de luna te giraban mucho más que en las plazas y le contaste en secreto a María que habías visto a Jesús cargándola en la mitad del terremoto.
Isabelino Pena empezó a tropezarse continuamente apenas cruzó el puente de los Olivos y llegó a la cabaña escupiendo sin parar:
-Al final las mujeres siempre tienen razón.
Y me dan ganas de arriesgarme a encontrar el mosaico a tientas y salir rajando pero después de taponearme una salva de estornudos-misiles me decido a prender la lamparita y esperar el amanecer ovoide de la luna.
-Padre mío para ti todo es posible -se agarró la cabeza de pájaro el detective. -Líbrame de este trago pero que no se haga mi voluntad sino la tuya.
Y cuando siento los golpes en la parte baja de la puerta sé quién es pero no grito que pasa ni se me ocurre agarrar un formón o un hacha y le abro al travestido con la llama en la mano.
-Hola, español -se sacó la capucha de llorona Esteban el Valiente y la calva se le incendió como un ojazo de hidra.
Entonces me caigo sentado y trato de concentrarme en la defensa de la madera santa.
-Hola, Judas -se paró al mismo tiempo que el otro el detective.
-¿Desde cuándo sabías quién soy?
-Desde ahora.
-¿Y pensás que te voy a creer?
-No. Vos nunca creíste en nada, Satanás.
-Hijo de Satanás que no es lo mismo, español.
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