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PEDAGOGÍA DEL OPRIMIDO - PAULO FREIRE (4)


DUODÉCIMA ENTREGA

Vale decir que el reconocerse limitados por la situación concreta de opresión, de la cual el falso sujeto, el falso “ser para si”, es el opresor, no significa aun haber logrado la liberación. Como contradicción del opresor, que en ellos tiene su verdad, como señalara Hegel, solamente superan la contradicción en que se encuentran cuando el hecho de reconocerse como oprimidos los compromete en la lucha por liberarse. (8)

No basta saberse EN una relación dialéctica con el opresor -su contrario antagónico- descubriendo, por ejemplo, que sin ellos el opresor no existiría (Hegel) para estar de hecho liberados.

Es preciso, recalquémoslo, que se entreguen a la praxis liberadora.

Lo mismo se puede decir o afirmar en relación con el opresor, considerado individualmente, como persona. Descubrirse en la posición del opresor aunque ello signifique sufrimiento no equivale aun a solidarizarse con los oprimidos. Solidarizarse con estos es algo más que prestarle asistencia a 30 o a 100, manteniéndolos atados a la misma situación de dependencia. Solidarizarse no es tener conciencia del que explota y “racionalizar” su culpa paternalistaente. La solidaridad, que exige de quien se solidariza que “asuma” a situación de aquel con quien se solidarizó es una actitud radical.

Si lo que caracteriza a los oprimidos, como “conciencia servil”, en relación con la conciencia del señor, es hacerse “objeto”, es transformarse, como señala Hegel, en “conciencia para otro” (9), la verdadera solidaridad con ellos está en luchar con ellos para la transformación de la realidad objetiva que los hace “ser para otro”.

El opresor sólo se solidariza con los oprimidos cuando su gesto deja de ser un gesto ingenuo y sentimental de carácter individual; y pasa a ser un acto de amor hacia aquellos; cuando, para él, los oprimidos dejan de ser un designación abstracta y devienen hombres concretos, despojados y en una situación de injusticia: despojados de su palabra, y por esto comprados en su trabajo, lo que significa la venta de la persona misma. Sólo en la plenitud de este acto de amar, en dar la vida, en su praxis, se construye la solidaridad verdadera.

Decir que los hombres son personas, y como personas son libres, y no hacer nada para lograr concretamente que esta afirmación sea objetiva, es una farsa.

Del mismo modo que en una situación concreta -la de la opresión- se instaura la contradicción opresor-oprimidos, la superación de esta contradicción sólo puede verificarse objetivamente.


Notas

8) Discutiendo las relaciones entre la conciencia independiente y la servil, dice Hegel: la verdad de laconciencia independiente es por lo tanto la conciencia servil” La fenomenología del espíritu, FCE, p. 119.
9) Una es la conciencia independiente que tiene por esencia el ser para sí, otra la conciencia dependiente cuya esencia es la vida o el ser para otro. La primera es el señor, la segunda es el señor siervo"; Hegel, Op. Cit; Hegel, Op Cit, p. 112.

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