CUARTA ENTREGA
LA CONFUSIÓN CONTEMPORÁNEA EN TORNO AL CONCEPTO DE ESTADO-NACIÓN (3)
J. Ramiro Podetti
En su conjunto, Los Estados-Continentales y el Mercosur ofrece una muy argumentada distinción entre Estado-Nación industrial y Estado continental industrial, que Methol escribe con mayúsculas en el esfuerzo de precisar su carácter de realidades diferentes, a la vez que resultados de una misma evolución histórica. Pero esta escolástica manera de trabajar (distinguir para unir), necesaria para comprender el mundo actual y sus complejas y asimétricas relaciones, no se agota en una suerte de taxonomía geográfico-política. Para un intelectual político como Methol, esta distinción es condición para la formulación de cualquier política que pretenda sostener intereses y satisfacer necesidades, en cualquier parte del mundo:
Lo que sí es claro es que el babelismo secundario y multiforme del Estado-Nación, en la medida que no se esclarezca, implica renunciar a todo verdadero pensamiento político. Pues renuncia a la percepción de las realidades básicas, en función de un formalismo vacío, que incapacita para toda política real, que sabe lo que quiere y lo que puede. Qué difícil es llamar a las cosas por su nombre, condición de toda acción eficaz.
La precisión es importante. Por ejemplo, desde esta perspectiva el recurso a la etnicidad como base de reivindicaciones nacionalistas representa para él una verdadera regresión, que aleja la posibilidad de alcanzar el “principio del umbral”, esto es, la escala para tener capacidad de decisión mundial.
En definitiva, la tesis central de este trabajo puede desbrozarse en dos pasos: (1) el concepto de “Estado-Nación” encierra ambiguamente tres especies distintas de Estado: el Estado-Nación, el Estado-Nación Industrial y el Estado-Continental Industrial; y (2) el Estado-Continental Industrial es el nuevo y último paradigma del Estado-Nación, y del mismo modo que ya sucedió, va a desplazar a los anteriores. Aunque las primeras “víctimas” del nuevo paradigma fueron los imperios coloniales, que sucumbieron tras las dos guerras mundiales, ya que los vencedores. EE.UU y la URSS, justamente consolidaron con su triunfo el nuevo paradigma del Estado-Continental Industrial.
A modo de conclusión, el texto analiza los antecedentes remotos y los recientes (las dos oleadas integracionistas de los sesenta y los noventa del siglo XX) de la posibilidad de un Estado-Continental en América Latina, que debiera sumarse a los cinco existentes en la actualidad (Estados Unidos, China, Rusia, Unión Europea e India). Y concluye sin pronósticos pero con una advertencia: si no surge en América Latina un Estado Continental se va a consolidar, tal vez definitivamente, su rol secundario en la política mundial:
Dejaría a América Latina definitivamente fuera de todo protagonismo directo en la historia mundial del siglo XXI. Permanecería en suburbio quizá para siempre. Suburbio en el sentido de más pasividad que capacidad de creación. Quedaríamos instalados en nuestra marginalidad tan habitual como secular.
Este libro aparece en un momento en el que el Mercosur recibe fuertes cuestionamiento en Uruguay Paraguay. En algunos de sus últimos escritos, Methol se hizo cargo de la crisis del Mercosur, cosa que naturalmente en este texto, por el momento de su redacción, no pudo hacer. Fue muy crítico con relación a algunos aspectos de la política exterior en la región, sin que por ello abandonara en ningún momento su convicción de que la alianza argentino-brasileña era condición para el inicio de un Estado Continental suramericano. En los términos en que lo planteó Perón en su conocido discurso de 1953, ese era el “núcleo básico de aglutinación”.
El tema de esta obra fue objeto de estudios por parte del autor a lo largo de décadas. En cierto sentido, puede considerarse la versión más acabada en cuanto a sus ideas de geopolítica. Cabe entonces una somera presentación de sus ideas al respecto, a través de su expresión en libros y artículos desde la década de 1960.
No hay comentarios:
Publicar un comentario