TRIGESIMOCTAVA ENTREGA
STEPHEN M. HART / ALGUNOS APUNTES SOBRE LOS AUTÓGRAFOS DE POEMAS HUMANOS Y ESPAÑA, APARTA DE MÍ ESTE CÁLIZ (2)
Poemas humanos (16)
‘La cólera que rompe al hombre en niños’ (26 de octubre, 1937) (21)
Este poema es un maravilloso palimsesto en que es posible estudiar los estratos sucesivos del poema antes de que se llegue a la versión definitiva. El autógrafo demuestra que, en su primer estado, el poema se dedicaba a la cólera en términos generales. Es solamente a partir de una corrección a esta primera versión del poema -cuando insertó el vocablo ‘pobre’ (V1 re., v. 5)- que el poema se convierte en un discurso elocuente, y además político, centrado en la cólera del pobre. (85) En la versión definitiva del poema (ahora con el nuevo título de ‘La cólera que quiebra al hombre en niños…’) el cuarto verso de cada estrofa indica que la cólera descrita en el hombre es efectivamente ‘del pobre’ (V3, v. 4; Silva-Santisteban, III, 211). ‘La cólera que rompe al hombre en niños…’ es un poema político en ese sentido en que emplea el término Ricardo González Vigil: ‘Lo político adquiere significado universal y permanente, con más hondura y consistencia artística que en cualquier otro poeta de esta centuria; en eso Vallejo admite la comparación con la rica y perenne dimensión política de la Biblia, la Eneida, la Divina Comedia, y el Quijote.’ (86)
La consulta del autógrafo revela otro hecho valioso. Vallejo usaba el estado original del poema como un esquema vital cual añadía imágenes cada vez más atrevidas y que, a veces, rayaban en el surrealismo. Pero no por eso pierde el poema su estructura ‘perfectamente sistemática y simétrica’. (87) El primer verso del poema en el estado original, por ejemplo, se refería a la cólera que ‘rompe en dos sus cuatro’ (V1, v. 3), que después se convirtió en cólera que ‘rompe en dos su alfalfa’ (V1, rev., v. 3). Posteriormente Vallejo revisó la segunda parte del verso, para producir una tercera versión: ‘La cólera que rompe al hombre en perros…’ (V1 rev., v. 3). Este verso luego se rehízo para producir un verso mucho más elocuente: ‘La cólera que rompe al hombre en niños’ (V2, v. 1; Silva-Santisteban, III, 210), antes de llegar a su quinta y definitiva forma: ‘La cólera que quiebra al hombre en niños’ (V3, v. 1). Según se ve, las imágenes son cada vez más atrevidas. La sucesión de estas cinco fases del mismo verso prueba el gran cuidado que Vallejo pone en corregir sus poesías. También demuestra que no tiene miedo en ensayar su poema varias veces antes de llegar a una forma definitiva. Por ejemplo, la idea de que la cólera pueda convertir al hombre en ‘perros’ o en ‘alfalfa’ es chocante, pero estas no son imágenes innovadoras en un sentido lírico. La selección de ‘niños’, por su parte, en la imagen ‘la cólera que rompe al hombre en niños’, sí es innovadora por dos razones. Primero porque es una imagen chocante que va en contra de las leyes del universo (el hombre no puede convertirse en niños en un sentido empírico). Segundo porque así se crea una imagen poéticamente justa; en efecto el hombre sí puede procrear y, de esta manera (hablando metafóricamente), convertirse en niños. Así que el poema demuestra que la cólera está relacionada no solamente con la destrucción de la naturaleza sino también con la procreación.
Algunas de las imágenes más densas en un sentido semántico -la cólera del pobre ‘tiene un aceite para dos vinagres’ (V3, v. 5)- se añadieron después de la primera redacción del poema con el fin de extraer todos aquellos elementos que carecían de conexión con el motivo central del poema. Por eso la alusión a la cólera que ‘tiene unos aplausos arriba de un lago’ (V1, v. 12) se eliminó. El autógrafo demuestra que Vallejo revisó bastante la primera parte y la sección central del poema pero no tuvo que cambiar la última sección; sugiere que, después de dar con el ‘tono’ del poema en su tercera estrofa, Vallejo no tuvo que hacer muchas correcciones en el resto del poema. (88) El poema ya había encontrado su ‘voz’.
Notas
(85) Hay que tener en cuenta que Vallejo mismo rechazaba el panfletarismo. En un artículo, ‘Los artistas ante la política’, por ejemplo, Vallejo critica a Diego Rivera por prostituir el rol político del artista, ‘convirtiéndolo en un barato medio didáctico de propaganda económica’. Según Vallejo, la acción del artista ‘no es didáctica, trasmisora o enseñatriz de emociones e ideas cívicas, ya cuajadas en el aire. Ella consiste, sobre todo, en remover, de modo oscuro, subconsciente y casi animal, la anatomía política del hombre despertando en él la aptitud de engendrar y aflorar a su piel nuevas inquietudes y emociones cívicas’; Artículos y Crónicas (1918-1939), 363-65 (363-64). Esta teoría es muy relevante para un análisis del poema vallejiano.
(86) Ricardo González Vigil, César Vallejo, 112.
(87) Ferrari, El universo político de César Vallejo, 307. Para una excelente discusión de la simetría en este poema, véase Ferrari, 307-9.
(88) El ‘tono’ de un poema tenía una significación especial para Vallejo: ‘Lo que importa principalmente en un poema es el tono con que se dice una cosa y, secundariamente, lo que se dice. Lo que se dice es, en efecto, susceptible de pasar a otro idioma, pero el tono con que se dice, no. El tono queda inamovible en las palabras del idioma original en que fue concebido y creado’; ‘Electrones de la obra de arte’, El arte y la revolución (Lima: Mosca Azul, 1973), 69-71 (69).
No hay comentarios:
Publicar un comentario