viernes

URUGUAY COMO PROBLEMA - ALBERTO METHOL FERRÉ



VIGÉSIMA ENTREGA

5. El Nuevo Uruguay Internacional (6)
Pero, detengámonos un poco, una vez más. El Uruguay Banda Oriental y Provincia Cisplatina, salida paraguaya y boliviana, es decir, funcionando en la Cuenca es en nuestro concepto la mejor hipótesis de la dirección de nuestra historia. Será industrialización, amplio mercado interno, tecnificación, modernización. Es la hipótesis del arraigo. Sin embargo hay otras, en las que no podremos ahora explayarnos, que es imperioso considerar y tomar en cuenta. Para ello conviene formularlas ordenadamente, y de modo exhaustivo. No hay, en nuestro concepto, otras hipótesis posibles, además de las cuatro que planteamos.
A) El Uruguay tiene capacidad de recuperación
1) Con dirección fundamental a la Cuenca del Plata.
2) Con dirección fundamental a Europa (incluyendo Rusia), es decir, la ruta tradicional.

B) El Uruguay no tiene capacidad de recuperación.
3) Se convierte en un protectorado argentino-brasileño o -en su extremo- es dividido entre ellos.
4) Se convierte en protectorado norteamericano, pues aunque Estados Unidos no está interesado en nuestras producciones [con la globalización su interés se ha volcado sobre sus producciones aquí. Ed.], no sólo es el acreedor financiero sino que le conviene instrumentalizarnos como cuña en esta zona vital de América Latina.
Ninguna de las cuatro hipótesis es descartable radicalmente, ni tienen tampoco un plazo demasiado largo para verificarse. Apenas entre diez y quince años.
De la primera hipótesis, ya nos hemos pronunciado. De la segunda hipótesis, la persistencia de la ruta tradicional europea, es menos probable. Es cierto que, aún hoy, el Río de la Plata sigue económicamente infinitamente más ligado a Europa que a Estados Unidos. El Uruguay no ha roto su cordón umbilical ni con Inglaterra ni con Europa. Nuestros barcos siguen la ruta de El Havre, Rótterdam, Amberes, Londres, Hamburgo. Sólo por algún jornal ocasional van a Estados Unidos, pero carece de toda complementariedad económica con éste. El Tío Sam tiene con nosotros una función usurera, de prestamista. Nos permite salvar déficits de hoy, atando más nuestro futuro, en un círculo vicioso: no presta para inversiones que nos permitan devolver y pagar con productos, pues no nos asegura mercado. Finanzas y economía en Uruguay van por cuerda separada y ocasionan epilepsias en nuestro desarrollo económico. Por otra parte, el Mercado Común europeo nos pone trabas y aumenta sus producciones agropecuarias, y tiene al África a su disposición. Sin embargo, es evidente que la recuperación de Europa la pone en condiciones de ser nuevamente banquero y expandirse. Igual se puede decir del Comecon. En ese sentido, no hay duda, el talón de Aquiles del Imperio Yanqui en América Latina es el Río de la Plata. Es el lugar forzoso de la reaparición de competencia no sólo europea sino del área socialista en América Latina. ¿Pero, en proporción, qué mercado de inversiones o comercial ofrece del suyo el Uruguay? Insignificante. El Uruguay sólo puede ser sostenido por Europa, no en función del Uruguay sino de la Cuenca del Plata. De tal modo, la segunda hipótesis renace más bien complementaria con la primera que contradictoria. Uruguay puede ser trampolín del retorno europeo a América Latina.
En el supuesto caso que el Uruguay no tuviere capacidad de recuperación, ello significaría un estado virtual o abierto de guerra civil. Ni Argentina ni Brasil permitirán entonces una mera resolución interna uruguaya, en tanto pudiera afectar sus intereses. Puesto que en realidad los afecta vitalmente. Esto permite prever con certeza que una revolución socialista a corto plazo en el país significaría como consecuencia la destrucción o intervención del país. No hay proceso revolucionario solitario en nuestro país. Podrá haberlo, en la medida que acaezca en Argentina o Brasil, que son lo absolutamente decisivo del Hemisferio Sur latinoamericano. Por otra parte, en caso de intervención-protectorado argentino-brasileño, o en su forma aguda, de partición, pues no puede concebirse la ocupación por uno solo de esos países, significaría nuestra incorporación pasiva, a rastras, al proceso de la Cuenca del Plata, de decisiva importancia para ambos vecinos. Las palabras del contador Iglesias refiriéndose a la Cuenca del Plata, de: “La integración se hará, con nosotros o sin nosotros; sería mejor que se hiciera con nosotros”, adquieren aquí la plenitud de su sentido, que quizá el autor no tuviera expreso, y es que “sin nosotros” es con nosotros a rastras, en lo peor. O nos metemos o nos meten. Así, la tercera hipótesis es la versión negativa de la primera hipótesis, su reverso.
Sin embargo ese peor no es lo peor. La cuarta hipótesis nos propone como el límite absoluto de lo peor, que sería un singular y agravado destino puertorriqueño. Y más grave aún: sería un Puerto Rico peor que Puerto Rico, porque significaría el bloqueo de la Cuenca del Plata por el Imperio Yanqui y el jaque mate al desarrollo del Hemisferio Sur Latinoamericano. Sería una catástrofe no sólo uruguaya, sino argentina, brasileña, paraguaya, boliviana, chilena.
Comprometería de raíz la marcha del “Cono Sur”. Sería amenaza de frustración para el nacionalismo argentino y brasileño, y por ende, para toda América Latina. En nuestras manos está que no sea así. Afortunadamente, en la desgracia, es menos probable que la hipótesis anterior. Pues implica la mayor capitulación argentina y brasileña imaginable. Pero ya en nuestra historia, Montevideo, el de la “Defensa” y la “Nueva Troya”, jugó como un “Saigón Sudamericano”. No se puede desechar el que se nos convierta en el Hong-Kong rioplatense: plaza fuerte de custodia y emplazamiento para banqueros, timba y turistas.
Tales son, a nuestro criterio, las perspectivas fundamentales que nos plantea como posibles el nuevo Uruguay Internacional, y a corto plazo. Se entiende que lo expuesto aquí es como una primera aproximación al asunto. Pero el eje de nuestro pensamiento real es: la Patria Grande empieza para nosotros por la Cuenca del Plata, y la Patria Chica sólo puede sobrevivirse en la Cuenca del Plata. Nuestra primera realización de América Latina es la realización de la Cuenca del Plata. Sin esta estructurada, América Latina no se podrá vertebrar jamás. Porque sus núcleos decisivos, Argentina y Brasil, tampoco se podrían vertebrar jamás, y en su separación histórica está la derrota de América Latina. Lo demás se dará por añadidura.

No hay comentarios:

Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...
Google+