CAPÍTULO 5
CUADRAGESIMOSEGUNDA ENTREGA
La caza: Cuando el corazón es un cazador solitario
Las primeras fases del amor
La entrega de la lágrima
Mientras el pescador duerme, una lágrima le asoma por el ángulo del ojo. La Mujer Esqueleto, muerta de sed, lo ve y se arrastra torpemente hacia él para beber de la copa de su ojo. ¿Qué estaría soñando el pescador, nos preguntamos, para que una lágrima haya asomado a su ojo?
Las lágrimas encierran un poder creador. En los mitos, las lágrimas Producen una inmensa creación y una sincera reunión. En el folclore herbario, las lágrimas se utilizan como sustancia aglutinante para asegurarlos elementos, unir las ideas y juntar las almas. Cuando se derraman lágrimas en los cuentos de hadas, éstas alejan a los ladrones o provocan el desbordamiento de los ríos.
Cuando se rocían, evocan los espíritus. Cuando se derraman sobre el cuerpo, curan las laceraciones y devuelven la vista. Cuando se tocan, dan lugar a la concepción. Cuando alguien se ha adentrado hasta este extremo en su relación con la naturaleza de la Vida / Muerte / Vida, la lágrima que se derrama es la lágrima de la pasión y de la compasión por la propia persona y por la del otro. Es la lágrima que más cuesta derramar, sobre todo para ciertos hombres y para cierta clase de mujeres "endurecidas por la vida".
Esta lágrima de pasión y compasión se suele derramar después del hallazgo accidental del tesoro, después de la horrible persecución, después del desenredo de la Mujer Esqueleto, pues la combinación de todas estas cosas es la causante del agotamiento, del desmontaje de las defensas, del enfrentamiento con uno mismo, del quedarse desnudo hasta los huesos, del deseo no sólo de conocimiento sino también de alivio. Todo ello da lugar a que el alma examine qué es lo que desea realmente y llore por la pérdida y el amor del conocimiento y el alivio.
De la misma manera que la Mujer Esqueleto fue sacada a la superficie, ahora esta lágrima, este sentimiento del hombre, también es sacado a la superficie. Es una lección de amor tanto al propio yo como a otra persona. Despojado ahora de todas las púas, los ganchos y los estremecimientos del mundo diurno, el hombre deja que la Mujer Esqueleto se tienda a su lado, beba y se alimente de su más hondo sentimiento. En su nueva forma, puede alimentar a la sedienta. El espectro de la Mujer Esqueleto ha sido evocado por el llanto del hombre, las ideas y las facultades de un lugar muy lejano del mundo psíquico se unen gracias al calor de su lágrima. La historia del símbolo del agua como creadora y como camino es muy larga y variada. La primavera llega con una lluvia de lágrimas. La entrada al mundo subterráneo se produce con una cascada de lágrimas. Una lágrima, oída por alguien que tenga corazón se interpreta como una invitación a acercarse. Eso es lo que hace el llanto del pescador y entonces ella se acerca. Sin la lágrima del pescador, ella seguiría siendo un montón de huesos. Y, sin su propia lágrima, él jamás podría despertar al amor.
La lágrima del soñador se produce cuando un amante en ciernes se deja llevar por el sentimiento y venda sus propias heridas, cuando se atreve a contemplar la autodestrucción que él mismo ha provocado mediante la pérdida de confianza en la bondad del yo, cuando se siente separado del nutritivo y revitalizante ciclo de la naturaleza de la Vida / Muerte / Vida. Entonces llora porque percibe su soledad, su profunda añoranza de aquel lugar psíquico, de aquella sabiduría salvaje.
Así sana el hombre, así aumenta su comprensión. Él mismo se prepara la medicina, él mismo asume la tarea de alimentar a la "otra persona borrada". Con sus lágrimas, empieza a crear.
Amar a otra persona no es suficiente, el hecho de "no ser un obstáculo" en la vida de otra persona no es suficiente. No basta con mostrarse "comprensivo", "estar disponible" y otras cosas por el estilo. El objetivo es convertirse en un entendido en las cosas de la vida y la muerte, en los asuntos de la propia vida y el panorama general. Y la única manera de convertirse en un hombre entendido consiste en aprender en los huesos de la Mujer Esqueleto. Ella está esperando la señal del sentimiento profundo, la solitaria lágrima que dice "confieso que estoy herido".
Esta confesión alimenta la naturaleza de la Vida / Muerte / Vida, crea el vínculo y la profunda sabiduría del hombre. Todos hemos cometido el error de pensar que otra persona nos puede curar, emocionar o llenar. Se tarda mucho tiempo en averiguar que no es así, sobre todo porque proyectamos la herida fuera de nosotros en lugar de curarla dentro de nosotros.
Probablemente, lo que más desea una mujer de un hombre es que disuelva sus proyecciones y se enfrente con su propia herida. Cuando un hombre se enfrenta con su herida, la lágrima asoma con naturalidad a su ojo y sus lealtades exteriores e interiores se aclaran y se fortalecen. Entonces se convierte en su propio sanador; ya no es un solitario para el Yo profundo. Ya no recurre a la mujer para que sea su analgésico.
Existe un relato que lo describe muy bien. En la mitología griega, había un hombre llamado Filoctetes. Dicen que heredó el arco y la flecha mágicos de Heracles. Filoctetes resultó herido en un pie durante la batalla. Pero la herida no sanaba, despedía un olor tan nauseabundo y sus gritos de dolor eran tan espantosos que sus compañeros lo abandonaron en la isla de Lemnos y allí lo dejaron solo para que se muriera.
Filoctetes evitó morirse de hambre utilizando el arco de Heracles para cobrar pequeñas piezas de caza. Pero la herida se le enconó Y el hedor era tan desagradable que cualquier marinero que se acercara a la isla tenía que desviarse rápidamente. Sin embargo, un grupo de hombres decidió enfrentarse con el hedor de la herida de Filoctetes para robarle el arco y la flecha mágicos.
Los hombres lo echaron a suertes y la tarea le tocó al más joven (7). Los mayores lo animaron a darse prisa y a viajar al amparo de la noche. Así pues, el más joven se hizo a la mar. Pero, sobre el trasfondo del olor del mar, el viento le llevó otro olor tan horrible que el joven tuvo que cubrirse el rostro con un lienzo empapado con agua de mar para poder respirar. Nada, sin embargo, podía proteger sus oídos de los desgarradores gritos de Filoctetes.
La luna estaba cubierta por una nube. Muy bien, pensó él mientras amarraba su embarcación y se acercaba sigilosamente al atormentado Filoctetes. En el momento en que alargaba la mano hacia los ansiados arco y flecha, la luna derramó súbitamente su luz sobre el macilento rostro del anciano moribundo. Y algo en el joven -éste no supo qué- lo indujo repentinamente a echarse a llorar y entonces se sintió invadido por una profunda compasión.
En lugar de robar el arco y la flecha, el joven limpió la herida de Filoctetes, se la vendó y permaneció a su lado, dándole de comer, lavándolo, encendiendo hogueras y cuidando de él hasta que pudiera llevárselo a Troya, donde lo podría curar el semidivino médico Asclepio. Y así termina la historia.
La lágrima de compasión se derrama en respuesta a la contemplación de la maloliente herida. La maloliente herida tiene distintas configuraciones y orígenes en cada persona. Para algunos significa pasarse la vida escalando sin descanso y con gran esfuerzo la montaña, para descubrir demasiado tarde que han estado escalando la montaña que no debían. Para otros son las cuestiones no resueltas y no curadas de los malos tratos sufridos en la infancia. Para otros es una dolorosa pérdida en la vida o en el amor. Un joven sufrió la pérdida de su primer amor, no tuvo apoyo de nadie y no supo cómo curarse. Durante años anduvo destrozado por la vida, por más que él insistiera en afirmar que no estaba herido. Otro era un jugador novato de un equipo profesional de fútbol americano. Un día se produjo accidentalmente una lesión permanente en la pierna y su sueño de toda la vida se esfumó de la noche a la mañana. La maloliente herida no fue sólo la tragedia o la lesión sino el hecho de que, durante veinte años, sólo aplicara a la herida la medicina de la amargura, el abuso de estupefacientes y las juergas. Cuando los hombres sufren heridas de este tipo, se les huele desde lejos. Ninguna mujer, ningún amor, ningún cuidado es capaz de sanar semejante herida, sólo la compasión que uno siente de sí mismo y los cuidados que prodiga a su herida.
Cuando el hombre derrama la lágrima, significa que ha llegado a su dolor y se percata de ello cuando lo toca. Se da cuenta de que ha vivido una existencia a la defensiva por culpa de la herida. Se da cuenta de las cosas que se ha perdido en la vida por este motivo y de lo paralizado que está su amor por la vida, por su propia persona y por los demás.
En los cuentos de hadas las lágrimas cambian a las personas, les recuerdan qué es lo más importante y salvan sus almas. Sólo la dureza del corazón impide el llanto y la unión. Hay un dicho que yo traduje del sufí hace tiempo y que es más bien una plegaria, en la que el orante le pide a Dios que le rompa el corazón:
"Destroza mi corazón de tal forma que quede espacio libre para el Amor Infinito."
El sentimiento interior de ternura que induce al pescador a desenredar a la Mujer Esqueleto le permite también experimentar otros anhelos largo tiempo olvidados y resucitar la compasión por sí mismo. Puesto que se encuentra en un estado de inocencia en el que piensa que todo es posible, no teme expresar los deseos de su alma. No teme desear, pues cree que su necesidad será satisfecha.
Es para él un gran alivio creer que su alma se verá colmada. Cuando el pescador manifiesta lo que verdaderamente siente, favorece su reunión con la naturaleza de la Vida / Muerte / Vida.
La lágrima del pescador atrae a la Mujer Esqueleto; le provoca sed y un deseo de unirse más estrechamente a él. Como en los cuentos de hadas, las lágrimas atraen cosas hacia nosotros, corrigen cosas y proporcionan la parte o la pieza que falta. En el cuento africano "Las Cataratas de Oro", un mago da cobijo a una esclava fugitiva derramando tantas lágrimas que, al final, crea una cascada de agua bajo la cual se refugia la esclava. En el cuento africano "El sonajero de hueso", se evocan las almas de los curanderos muertos rociando la tierra con lágrimas de niño. Las lágrimas poseen poder de atracción y la lágrima contiene en su interior unas poderosas imágenes que nos guían. Las lágrimas no sólo representan el sentimiento sino que, además, son unas lentes a través de las cuales adquirimos una visión alternativa y otro punto de vista.
En el cuento, el pescador deja que se le rompa el corazón... pero no que se le rompa de debilidad sino que se le parta. No es el amor de la teta, la leche materna, lo que él quiere; no es el afán de lucro ni de poder ni de fama ni de sexualidad. Es un amor que lo inunda, un amor que él siempre ha llevado dentro, pero cuya existencia jamás había reconocido anteriormente. Cuando comprende esta relación, el alma del hombre se asienta más profundamente y con más claridad. La lágrima brota. Ella se la bebe. Ahora se desarrollará y renacerá en el interior del hombre algo distinto, algo que éste le podrá
regalar a la Mujer: un corazón tan inmenso como el océano.
Notas
(7) La inclusión del más joven que venda la herida del más viejo pertenece al cuento de mi familia "La herida que apestaba".
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