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URUGUAY COMO PROBLEMA - ALBERTO METHOL FERRÉ



DECIMOSEXTA ENTREGA

5. El Nuevo Uruguay Internacional (3)
¿Cuál es entonces el contexto mundial actual? Más que la lucha entre el mundo capitalista y el de las burocracias socialistas, es la división entre las naciones industriales –que los unifica, salvo China– y las naciones proletarias, subdesarrolladas, agroexportadoras del Tercer Mundo, entre las que se encuentra la balcanizada nación latinoamericana.
No en vano ahora se ha sustituido el calificativo y se llama latinoamericanizar a la reciente atomización del África en un pulular de estados sin posibilidades de desarrollo propio, condenados de suyo a la dependencia. Así, hoy es común aceptar la evidencia que el conflicto fundamental ya no toma la forma visible de “Oeste y Este”, sino de “Norte y Sur” del planeta. Ya en 1942, Spykman escribía: “El hecho que las mayores masas terrestres se encuentran en el hemisferio norte y que la mayor parte del hemisferio sur pertenezcan a zonas tropicales, da lugar a ciertas determinaciones clarísimas. La mitad norte del mundo será más importante, desde los puntos de vista económico, político y militar, y las relaciones existentes entre los diversos continentes de la mitad norte ejercerán mayor influencia en la historia universal que las que se entablan dentro de un mismo continente a través del Ecuador. La importancia política de un Estado, la naturaleza de sus relaciones internacionales y los problemas de su política exterior vienen en gran parte determinados por la situación que ocupe al norte o al sur del Ecuador”.[24] Aunque es claro que en el propio Norte está ya en su “propio Sur”, de tal modo que el Sur político, más poblado e inmenso que el propio sur geográfico, abarca a la mayoría de la humanidad. Hasta nuestro canciller, en la Conferencia de Punta del Este, pedía a las naciones industriales “Nord-Atlánticas” que no olvidaran al “proletariado exterior”. Lo importante es que ese “proletariado exterior” no se olvide de sí mismo y sólo confíe en sí mismo.
Y bien, ¿qué pasa con nosotros? Si América Latina está dividida en dos grandes zonas por el infierno verde que anula su arteria principal, la Cuenca Amazónica, si sus comunicaciones son aún extrovertidas, marítimas y no terrestres, en la gigantesca Cuenca del Plata, base fundamental del Cono Sur, está el ámbito de despegue más portentoso de América Latina. Tapón y salida, allí está el Uruguay. Lo sabemos, pero es difusa cosa a nuestras espaldas, aunque sea desde ya nuestro ineludible futuro. La vuelta a la cuenca es retorno, en un nivel superior, a la visión geopolítica de Artigas,  al que hemos achicado a nuestra mera estatura, convirtiéndolo en exclusivo héroe local. Pues Artigas es mucho más que nosotros, y nosotros su fracaso histórico. El Uruguay es la negación de Artigas, y su futuro será su reafirmación. El camino está señalado desde lo hondo, y cumple con la altura de nuestro tiempo.
¿Qué es la Cuenca del Plata? El Hemisferio Sur está dominado por los océanos, y sólo hay tres dispersos centros terrestres, insulares respecto a las áreas humanas más densas del planeta: uno Australia y Nueva Zelandia, otro África del Sur (separada del resto por el Sahara), y, finalmente, nosotros, el Cono Sur Latinoamericano. No somos así zona de tránsito, estamos como a contramano del comercio mundial y de las áreas de tensión bélica entre los grandes poderes. Esta posición relativamente marginal es sin embargo la zona óptima de América Latina. Abarca a Bolivia, Paraguay, Argentina, Brasil y Uruguay y puede proyectarse también sobre el Pacífico por Chile; comprende en su ámbito, literalmente considerado, una superficie mayor de cuatro millones de kilómetros cuadrados, alcanza ya una población de sesenta millones de personas; en crecimiento vertiginoso, singularmente brasileño, tiene las posibilidades hidroeléctricas más grandes del mundo, ofrece maravillosas facilidades de comunicación prolongables para la conexión interna con la Cuenca Amazónica. Este portentoso abanico hidrográfico, hoy totalmente desaprovechado, es la base energética más formidable para el desarrollo industrial y agrario, y comprende una inaudita variedad de recursos minerales, hierro, tungsteno, manganeso, etc., condición de los “polos” de desarrollo, con sus industrias pesadas. Paraguay sabe ya que está en el corazón de la cuenca y que será su máximo beneficiario, Bolivia rompe su aislamiento mortífero, Argentina y Brasil están dando e impulsando los pasos para su cooperación, semiconscientes que en su coordinación está el destino industrial más importante de América Latina. ¿Y nosotros?
Notas
[24]  Op. cit., pág. 48.

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