martes

LA NEGRA JEFA (Sexo, Momo & Yemanjá) - HUGO GIOVANETTI VIOLA



TERCERA ENTREGA


UNO: LOS BORRACHOS VAN AL CIELO (2)

2 / LUZ

SIXTO PARABA en la casa riverense de D’Artagnan hasta que volviera a Tacuarembó donde su mujer estaba a punto de parir y caminaron una cuadra y tras la flexión doliente de cada rengueo el muchacho de veinticinco años alzaba la cabeza como para soñar con la atajada cumbre entre los fogonazos de la Vía Láctea: Vamos bebé le dije Que reviento de frío y él me volvió a mirar con ojos de Ratón Mickey y me explicó que apenas le alcanzaba para pagar un taxi y un hotel en La Línea y le tiré de la barbita y le dije De eso hablamos después y mientras nos llevaban le apoyé la cabeza en un hombro y me sentí más papafrita que la Cenicienta: la calefacción era aceptable pero lo primero que hiciste fue sacarle las medias a Sixto y ponerlas sobre el radiador y te sacaste el astrakán y quedaste vestida de vedette y él se tiró en la cama con las manos entrelazadas detrás de la nuca y el oro de sus ojos se humedeció en silencio cuando te desnudaste con la sencillez y la humildad y la eficacia con las que resplandecen las cataratas del Iguazú: pero no podía más de frío y me acerqué a pelarle el chaleco el pantalón la corbata la camisa y la tricota de golero que usaba en lugar de camiseta aunque no me animé a tocarle el calzoncillo y cuando vi la rodillera mugrienta le pedí permiso para sacársela y le lamí los huesos lastimados y él se puso a llorar a chorros: Ahora no se me para dijo Hoy estuve en palo desde que empezaste a bailar hasta que entramos al hotel y chau ya me jodí porque ya estoy jodido para siempre Sixto Juárez no existe Tranquilito bebé murmuraste que ahora vas a existir: y le abrí el calzoncillo y me pareció ver una garza de cabeza roja como las que pasaban por la fazenda en escuadrones cuando yo era guría yo nunca vi una verga tan blanca y tan roja y pensé Vas volar corazón vas a volar y me olvidé de todo lo que sabía y le hice respiración artificial y la sentí colear y sacudir las plumas y levantar el pico y subirme la cabeza: y entonces te montaste y durante unos minutos te sentiste una bandera flameando sobre un mástil que te chocaba contra el corazón y el tiempo fue hacia atrás y Sixto dijo cerrando los ojos Sos una cancha verde mi amor con todo el mundo adentro: estuvieron encamados tres días aunque de noche bajabas a La Taberna donde pediste un pago por adelantado que D’Artagnan te otorgó sin problemas porque batiste todos los récords de público posible y Sixto se emborrachaba mansa o furibundamente y se amaban como tigres o como picaflores: y él empezó a decir que se quería venir a vivir conmigo después que naciera el gurí y a mí se me volaba la bata y soñaba con hijos casita y todas esas cosas que siempre me dieron tanto asco pero no le creía: era como emborracharse con un trago de semen que parecía endulzar tanta cachaza pura a Sixto le gustaba hacer el amor empapado en caña y se masajeaban horas y una madrugada le pediste que te dejara montarte en su rodilla lastimada y él puso cara de odio: Para qué preguntó Para curarte dije y él se sentó en el borde de la cama y dijo Así que me querés curar la rodilla con tu concha No me grites grité y él revoleó los ojos y largó un alarido Sabés quién me rompió la rótula jetona un negro como vos entendés yo no fui campeón en Maracaná por un negro hijo de puta sabés: y se paró y dio vuelta alrededor de la cama haciendo eses rengas y no atinaste a nada porque veías cómo sus córneas se enrojecían del todo y me pegó un tortazo y traté de rodar hasta la otra mesa de luz aunque tuvo tiempo para calzarme con un talonazo que casi me destripa y agarré una botella y le rompí el pico y le apunté a los quimbos pensando Chau bebé: y mientras Sixto vomitaba arrodillado te vestiste empacaste pagaste el hotel y te gastaste lo último que tenías en un pasaje de ferrocarril a Montevideo: al llegar agarré trabajo enseguida en un cabaret y además me enganché con Cirilo y las hermanas para armar una comparsa de candombe puro y nato como decían ellos porque Cirilo era la marica más grande que conocí en mi vida pero tenía más huevos que el David: y te envalentonaste y revolucionaste el vestuario de punta a punta y las chiquilinas salían todas con taquito y pollera corta y algún brazo desnudo y en las coreografías mezclaste todo lo que habías hecho con los Chihuahuas: Nada de África macho le dije un día a Cirilo y él retrucó Macho será tu madre y me hizo una guiñada y dijo ni África ni negrada colonial Lucecita y si tenés que zapatear zapateás y la Pocha y la Herminia eran mejores candomberas que yo pero no se enchincharon cuando se me ocurrió salir sola adelante y una de ellas me dijo Y que la pitucada se acostumbre a llamarte vedette porque eso es lo que sos: el primer lío se armó cuando se les ocurrió ponerla a la comparsa Los Negros de Artigas y las autoridades carnavaleras discutieron semanas y la prensa desplegó el escándalo correspondiente hasta que un ministro más valiente que ilustrado les permitió tamaño atrevimiento: pero en el desfile oficial lo del nombre fue un poroto al lado del relajo que se armó apenas arrancamos y allí pensé Una cosa es un teatro porteño por más Buenos Aires que sea y otra cosa es la calle y los tambores pelados y hoy te la estás jugando como en Maracaná aunque nadie se dé cuenta: y había quien te gritaba Andá a un quilombo y había quien te gritaba Corazón pero vos te sentías un transatlántico ocupado en no irse a pique en la noche barrosa y la única referencia que te importó a lo largo de la travesía fue el titilar formado por los ojos redondos de los niños que te acariciaban sin desmayar con papelitos y serpentinas y a la altura de Ejido se me cruzó una sombra de ojazos amarillos y no precisé esquivarla porque bailaba igual o mejor que yo: y gritaste Carajita cuando Dedé volvió a mirarte igual que Zully desde el vientre entreabierto de la tierra y corrió hacia una vereda donde viste relampaguear el orgullo y el odio de Malú y te fueron a buscar al terminar el corso y las llevaste a festejar y después al conventillo: yo alquilaba una pieza al lado de la de Cirilo y la tenía bastante linda porque dos por tres me gustaba dejar pasar a alguien que tuviera más hambre o más bronca que yo y me supiera calentar fuera macho o lo que fuera: y Malú te contó que habían pedido plata prestada para venir a verte debutar porque ella y sus compañeros de círculo leyeron con muchísima atención la polémica sobre Los Negros de Artigas Y qué te pareció el bailongo preguntaste bocarriba en la penumbra malva donde se arremolinaban reflujos de belleza cansancio alcohol y humo: y ella me contestó Un batallón de Hollywood y yo me la banqué callada y tanteé la cartera para fumarme el último y Malú dijo Con negros payasos además de esclavos Artigas no hubiera llegado ni a la esquina: y te mordiste la trompa y fumaste asqueadamente sintiéndote más sola que un soñador de confederaciones y de golpe escuchaste comentar a Dedé Artigas era negrazo No mija murmuraste Sí porfió la criatura Y si no fijate en la estatua de la Plaza Independencia que hoy me mostró Malú y entonces se rieron hasta la rendición y te dormiste en paz y soñaste con Ghiggia.

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