VIGESIMOCUARTA ENTREGA
TRADUCCIÓN DEL
TAI I GIN HUA DSUNG DSCHÏ
1
LA CONCIENCIA (CORAZÓN) CELESTIAL
El Maestro Lü Dsu dijo: Lo que es por sí mismo se llama Sentido (Tao). El Sentido no tiene nombre ni figura. Es la vida una, el espíritu primordial uno. No se pueden ver esencia y vida. Están contenidas en la Luz del Cielo. No se puede ver la Luz del Cielo, está contenida en ambos ojos. Seré hoy vuestro acompañante, y os revelaré primero el secreto de la Flor de Oro del Gran Uno, para explicar en detalle el resto a partir de ahí.
El Gran Uno es la designación de aquello que nada tiene por encima de sí. El secreto de la magia de la vida consiste en utilizar la acción para llegar a la no-acción. No se debe querer saltar por sobre todo y penetrar directamente. La máxima trasmitida es tomar entre manos el Trabajo sobre la esencia. Al hacerlo lo que importa es no caer en falsos caminos.
La Flor de Oro es la Luz. ¿Qué color tiene la Luz? Se toma la Flor de Oro como alegoría. Ésta es la verdadera fuerza del Gran Uno trascendente. La frase: "El plomo de la región del agua tiene sólo un sabor", lo indica.
En el Libro de las Mutaciones se dice: "El cielo engendra el agua por medio del Uno". Esto es justamente la verdadera fuerza del Gran Uno. Si el hombre alcanza ese Uno se vivifica; si lo pierde, muere. Pero aunque el hombre viva en la fuerza (aire, prana) no ve la fuerza (aire), así como los peces viven en el agua pero no ven el agua. El hombre muere cuando no tiene ningún aire de vida, así como los peces perecen sin agua. Por lo tanto, los adeptos han enseñado a la gente a tener firme lo primordial y a preservar el Uno: ése es el curso circular de la luz y la preservación del Centro.
Si se preserva esta legítima fuerza, puede uno alargar su tiempo de vida y aplicar luego el método para crear un cuerpo inmortal "fundiendo y mezclando".
El Trabajo del curso circular de la Luz reposa enteramente sobre el movimiento retrógrado, de modo que se concentre los pensamientos (el lugar de la Conciencia Celestial, el Corazón Celestial). El Corazón Celestial se halla entre el Sol y Luna (es decir entre ambos ojos).
El Libro del Castillo Amarillo dice: "En el campo de una pulgada, de la casa de un pie, se puede ordenar la vida". La casa de un pie es el rostro. En el rostro, el campo de una pulgada: ¿qué podría ser sino el Corazón Celestial? En medio de la pulgada cuadrada mora la magnificencia.
En la sala purpúrea de la Ciudad de jade mora el dios del vacío y la vitalidad extremos. Los confucianistas lo llaman: centro del vacío; los budistas: terraza de la vitalidad; los taoístas: la tierra de los Antepasados o Castillo Amarillo u oscuro desfiladero o espacio del Cielo anterior, El corazón celestial es igual a la morada, la Luz es el amo de la morada.
Por lo tanto, así que la Luz vaya en curso circular, comparecen ante su trono las fuerzas del cuerpo íntegro, como cuando un santo rey ha tomado la ciudad capital e instituido la ordenanza básica todos los estados se aproximan con dones tributarios, o como cuando el señor está tranquilo y claro, siervos y criadas obedecen por sí mismos sus mandatos y cada cual hace su trabajo.
Por lo tanto, necesitáis sólo poner la Luz en curso circular; éste es el secreto más alto y prodigioso. La Luz es fácil de mover, pero difícil de fijar. Si se la deja correr en círculo suficiente tiempo, se cristaliza: éste es el cuerpo-espíritu natural. Este espíritu cristalizado se forma más allá de los nueve Cielos. Éste es el estado del que se dice, en el Libro del Sello del Corazón: "Silente vuelas durante la mañana hacia arriba".
En la ejecución de esa máxima no necesitáis buscar ningún otro método, sino simplemente concentrar vuestros pensamientos sobre eso.
El Libro Leng Yen dice: "Mediante la concentración de los pensamientos se puede volar y se nacerá en el Cielo". El Cielo no es el extenso cielo azul, sino el lugar donde la corporeidad es engendrada en la casa de lo Creativo. Si se continúa en ello mucho tiempo, nace de manera enteramente natural, aparte del cuerpo, otro cuerpo de espíritu.
La Flor de Oro es el Elixir de Vida (Gin Dan, literalmente Bola de Oro, Píldora de Oro). Todas las mutaciones de la conciencia espiritual dependen del corazón. Hay aquí un secreto hechizo que si bien concuerda de manera por entero exacta, es sin embargo tan fluente que tiene necesidad de extrema inteligencia y claridad, y extrema absorción y tranquilidad. Sin esa extrema inteligencia y entendimiento máximo los hombres no hallan el camino de la aplicación del hechizo, sin esa sumersión y tranquilidad extremas no pueden tenerlo firme.
Esta sección explica el origen del Gran Sentido del mundo (Tao). El Corazón Celestial es la raíz germinal del Gran Sentido. Si se es capaz de estar enteramente tranquilo, el Corazón Celestial se hará manifiesto por sí mismo. Si el sentimiento se agita y se exterioriza en forma directa, nace el hombre como ser viviente primordial. Ese ser viviente permanece desde la concepción hasta el nacimiento en el verdadero espacio. Cuando el tono Uno de la individuación entra en el nacimiento, la esencia y la vida son divididas en dos. A partir de ese momento, si la tranquilidad máxima no es alcanzada, esencia y vida no se vuelven a ver la una a la otra.
Por lo tanto se dice en el plan del Gran Polo: el Gran Uno abarca en sí la verdadera fuerza (prana), la simiente, el espíritu, el animus y el anima. Si los pensamientes están enteramente tranquilos, de modo que se vea el Corazón Celestial, la inteligencia espiritual alcanza por sí misma el origen. Esa esencia mora por cierto en el verdadero espacio, pero el brillo de la Luz mora en ambos ojos. Por eso el Maestro enseña el curso circular de la Luz, para alcanzar la verdadera esencia. El espíritu primordial es justamente esencia y vida, y cuando se acepta lo real en él, es justamente la fuerza primordial. Y el Gran Sentido es justamente eso.
El Maestro se encuentra de aquí en adelante preocupado por que la gente no equivoque el camino que conduce del obrar consciente al no-obrar inconsciente. Por lo tanto, dice: La magia del Elixir de Vida se sirve del obrar consciente para llegar al no-obrar inconsciente.
El obrar consciente consiste en poner la Luz en curso circular mediante la reflexión, para que se haga manifiesta la liberación del Cielo. Si nace entonces la verdadera simiente, y se aplica el método correcto para fundirla y mezclarla y crear así el Elixir de vida, entonces pasa uno a través del desfiladero; se forma el embrión, que debe ser desarrollado mediante el Trabajo de calentar, nutrir, bañar y lavar. Eso pasa al campo del no-obrar inconsciente. Todo un año de ese período de fuego es necesario antes de que nazca el embrión, se deshaga de la cáscara y pase del mundo común al santo.
Este método es enteramente simple y fácil. Pero hay en él tantos estados mutantes y cambiantes que se dice: No se puede llegar ahí de repente con un salto. Quien busca la vida eterna debe buscar el lugar donde surge originalmente la esencia y la vida.
No hay comentarios:
Publicar un comentario