viernes

LA ALEGRÍA DE QUERER / JAIRO ANÍBAL NIÑO



TERCERA ENTREGA


Me contaron

Me contaron que ayer cortaron el árbol
que crecía frente a tu casa
para poner, en cambio,
un aparato de la empresa de teléfonos.
Creo que los alambres se hubieran podido colocar
en las fuertes ramas de tu acacia,
pero parece que no quisieron correr el riesgo
de que alguien, al levantar el auricular,
escuchara la voz de un gorrión triste
que averigua por una flor que desapareció hace días
y que vestía pétalos morados, cáliz del color de la luna,
y que se adornaba con un dorado sombrero de polen.
El gorrión ofrece recompensa.


Desde el día

Desde el día en que conocí a Helena
puedo hablar con los animales y las cosas.
Claro que ellos sólo entienden el helenañol,
ya que de lo único que saben y comprenden
es del amor que siento por ella.
Mi perro me ha dado muchos consejos,
lo mismo ha hecho una mesa antigua
y una jarra de porcelana
y un libro de cuentos
y una navaja suiza
y un ratón blanco
y un balón número cinco
y un disco de Manzanero y otro de Diana Ross.
Desde ayer no sé qué hacer con un dolor que siento
en lo que debe ser el alma,
porque cuando le pregunté a la jaula
si Helena me querría para siempre,
no dijo nada,
permaneció en silencio largo rato,
hasta que de manera extraña abrió su puerta
y dejó escapar al ruiseñor.


Tres nubes grises

Tres nubes grises
-una tras otra-
al ser heridas por un tigre de viento,
cayeron
-una tras otra-
sobre los manzanos en flor
y sobre tu recuerdo.


La imagen

La imagen más clara que tengo de un hermoso cielo
-cielo amado por pilotos y gorriones
es la de tus manos.
Son tan bellas que parecen
de aire suave
con dos o tres nubes oscuras
que son tus dedos manchados de tinta.


Es medianoche

Es medianoche.
Mi ventana está abierta de par en par.
Desde el fondo de la oscuridad de mi cuarto
veo cómo el marco de la ventana
es la boca de una caja de cartón
que poco a poco se va
llenando de estrellas
mientras pienso en ti.


Tu cabello es una bandada de chupaflores

Tu cabello es una bandada
de chupaflores,
tu cara es un espejo mágico,
tu sonrisa es un gol olímpico,
tu mirada es un 5 en álgebra,
tus manos son un par de mariposas,
y tus pies dos caballitos blancos.
Serías perfecta si tu corazón no fuera de piedra.


Estabas bajo el árbol

Estabas bajo el árbol,
y un golpe de viento hizo caer una lluvia de hojas
que produjeron unas sombras de color perla
sobre tu cuerpo.
Estabas bajo el árbol,
y como las hojas produjeron una lluvia de sombras sobre ti
y en ese momento
caíste suavemente de rodillas sobre el pasto
pensé que una bandada de pájaros de color perla
te había derribado.


El día de tu santo

El día de tu santo
te hicieron regalos muy valiosos:
un perfume extranjero, una sortija,
un lapicero de oro,
unos patines,
unos tenis Nike y una bicicleta.
Yo solamente te pude traer,
en una caja antigua de color rapé,
un montón de semillas de naranjo,
de pino, de cedro, de araucaria,
de bellísima, de caobo y de amarillo.
Esas semillas son pacientes
y esperan su lugar y su tiempo.
Yo no tenía dinero para comprarte algo lujoso.
Yo simplemente quise
regalarte un bosque.

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