miércoles

MUJERES QUE CORREN CON LOS LOBOS - CLARISSA PINKOLA ESTÉS


DECIMONOVENA ENTREGA

CAPÍTULO 2 (11)

El hombre oscuro de los sueños de las mujeres (1)

El depredador natural de la psique no sólo está presente en los cuentos de hadas sino también en la psique. Existe entre las mujeres un sueño de iniciación universal tan frecuente que rara es la mujer que a  los veinticinco años no lo ha tenido. El sueño suele dar lugar a que las mujeres se despierten de golpe, ansiosas y angustiadas.

El esquema del sueño es el siguiente: La mujer está sola, a menudo en su casa. En la oscuridad del exterior hay uno o más merodeadores. Muerta de miedo, la mujer marca (7) el número de emergencia de la policía para pedir ayuda. De repente, se da cuenta de que el merodeador está con ella en la casa, muy cerca de ella, incluso le parece percibir su aliento... a lo mejor, hasta llega a tocarla... y ella no puede marcar el número. La mujer se despierta de golpe, respirando afanosamente y con el corazón latiendo en su pecho como un tambor.

El sueño acerca del hombre oscuro posee un aspecto marcadamente físico. El sueño se acompaña a menudo de sudoración, forcejeos, respiración afanosa, aceleración de los latidos del corazón y, a menudo, gritos y gemidos de terror. Podríamos decir que el causante del sueño ha transmitido sutiles mensajes a la mujer y ahora le envía imágenes que hacen estremecer su sistema nervioso autónomo para que comprenda la urgencia del asunto.

El / los antagonista(s) de este sueño del "hombre oscuro" suelen ser, en palabras de las propias mujeres, "terroristas, violadores, malhechores, nazis de campos de concentración, merodeadores, asesinos, criminales, gente rara, hombres malos, ladrones". La interpretación del sueño tiene varios niveles según las circunstancias vitales y los dramas interiores de la mujer.

Por ejemplo, este sueño es a menudo un indicador fidedigno de que la conciencia de una mujer, tal como suele ocurrir en el caso de una mujer muy joven, está empezando a percatarse de la existencia del depredador psíquico. En otros casos el sueño es un heraldo; la mujer acaba de descubrir o está a punto de descubrir una olvidada función de su psique que la tenía atrapada y de la que puede empezar a liberarse. En otras circunstancias el sueño puede referirse a una situación cada vez más intolerable de la cultura que rodea la vida personal de la soñadora, en la que ésta se ve obligada a luchar o bien a huir.

Primero vamos a intentar comprender las ideas subjetivas de este tema aplicadas a la vida personal e interior de la soñadora. El sueño del hombre oscuro revela a la mujer la apurada situación en la que se encuentra. El sueño le habla de un comportamiento cruel para con ella, personificado en el malhechor.

Como la esposa de Barba Azul, si la mujer puede hacer concientemente la pregunta "clave" acerca de la cuestión y contestarla con sinceridad, conseguirá salvarse. Entonces los atacantes, los merodeadores y los depredadores de la psique ejercerán mucha menos presión sobre ella y se esconderán en un lejano estrato del inconciente. Allí la mujer podrá enfrentarse con ellos con más tranquilidad en lugar de tener que hacerlo en una situación de crisis.

El hombre oscuro de los sueños de las mujeres aparece cuando es inminente una iniciación, es decir, un cambio psíquico desde un nivel de conocimiento y comportamiento a otro nivel más maduro y enérgico de conocimiento y acción.

El sueño lo tienen las todavía no iniciadas y las que ya son veteranas de varios ritos de paso, pues siempre hay nuevas iniciaciones. Por vieja que sea una mujer y por muchos años que transcurran, siempre la esperan edades, fases y "primeras veces". En eso consiste la iniciación: en la creación de un arco que una mujer tiene que cruzar para pasar a una nueva modalidad de conocimiento y existencia.

Los sueños son portales, preparaciones y prácticas para la siguiente fase de la conciencia, la del "día siguiente" del proceso de individuación. Por consiguiente, la mujer puede tener el sueño del depredador cuando sus circunstancias psíquicas son demasiado quiescentes o complacientes. Podríamos decir que el sueño se produce para provocar en la psique una tormenta que permita llevar a cabo una tarea un poco más enérgica. Pero un sueño de este tipo también puede significar que la vida de la mujer tiene que cambiar, que la mujer está atascada y no sabe qué hacer en presencia de una elección difícil, que se muestra reacia a dar el siguiente paso o a tomarse una molestia, que se arredra ante la necesidad de luchar para arrancarle su poder al depredador, que no está acostumbrada a ser / actuar /esforzarse a tope y en toda la medida de su capacidad.

Los sueños acerca del hombre oscuro son también unas advertencias. Dicen: ¡Presta atención! Ha ocurrido algo muy grave en el mundo exterior, en la vida personal o en la cultura colectiva exterior. La teoría psicológica clásica tiende, por absoluta omisión, a establecer una división entre la psique humana y la tierra en la que viven los seres humanos y entre aquélla y el conocimiento de las etiologías culturales del malestar y la inquietud, y a separar la psique de la política y de las actuaciones que configuran las vidas interiores y exteriores de los seres humanos, como si el mundo exterior no fuera tan irreal, no estuviera tan cargado de símbolos y no causara tanto impacto ni se impusiera en la vida espiritual del individuo con la misma fuerza con que lo hace el ensordecedor ruido interior.

La tierra, la cultura y la política en las que vive una persona influyen tanto en su paisaje psíquico y son tan inmerecedoras de consideración en este sentido como su propio ambiente subjetivo.

Cuando el mundo exterior se ha introducido en la vida espiritual básica de un individuo o de muchos, los sueños del hombre oscuro se intensifican. Para mí ha sido una tarea fascinante haber recogido sueños de mujeres trastornadas por algún acontecimiento de la cultura exterior, como los de las que viven cerca de las emanaciones tóxicas de la fundición de York City (8 0, Idaho, los de algunas mujeres extremadamente concienciadas y activamente comprometidas en la acción social y la protección ambiental de las compañeras guerrilleras de las áridas llanuras desérticas de la Quebrada de Centroamérica (9), de las mujeres de las Cofradías de los Santuarios (10) de Estados Unidos y de las defensoras de los derechos civiles en el condado de Latino (11). Todas ellas suelen soñar a menudo con el hombre oscuro.

Se puede pensar en general que, para las soñadoras ingenuas o no informadas, los sueños son unas llamadas de atención: "¡Hola! Ten cuidado, estás en peligro." Para las mujeres concienciadas y comprometidas en labores sociales, el sueño del hombre oscuro casi podría ser un tónico que le recuerda a la mujer aquello a lo que se enfrenta y la anima a mantenerse fuerte y en actitud vigilante y a seguir adelante con la tarea que tiene entre manos.

Por consiguiente, cuando las mujeres sueñan con el depredador natural, no se trata siempre ni exclusivamente de un mensaje acerca de la vida interior. A veces es un mensaje acerca de los aspectos amenazadores de la cultura en la que una vive, tanto si es la pequeña pero brutal cultura del despacho, de su propia familia o de su barrio como si es la más amplia cultura de su religión o de su país.

Como se ve, cada grupo y cada cultura tiene su propio depredador psíquico natural y sabemos por la historia que en las culturas hay algunas épocas con las cuales el depredador se identifica y en cuyo ámbito ejerce una soberanía absoluta hasta que el número de los que no creen en él se hace tan grande que obliga a cambiar el curso de los acontecimientos.

Aunque buena parte de la psicología subraye la importancia de las causas familiares de la ansiedad en los seres humanos, el componente cultural ejerce tanta influencia como éstas, pues la cultura es la familia de la familia. Si la familia de la familia padece varias enfermedades, todas las familias de esta cultura tendrán que luchar contra las mismas dolencias. En mi herencia familiar se dice que la cultura cura. Si la cultura sana, las familias aprenden a sanar, discuten menos, son más restauradoras, mucho menos ofensivas y mucho más benévolas y afectuosas. En una cultura dominada por el depredador, toda vida nueva que tiene que renacer y toda vida vieja que tiene que desaparecer no pueden moverse y las vidas espirituales de los ciudadanos están paralizadas tanto por el temor como por el hambre espiritual.

Nadie sabe a ciencia cierta por qué razón este intruso, que en los sueños femeninos suele asumir la apariencia de un varón, intenta atacar la psique instintiva y, más concretamente, sus capacidades salvajes de conocimiento. Decimos que es algo de carácter intrínseco. Pero vemos que este proceso destructor se intensifica cuando la cultura que rodea a una mujer fomenta, alimenta y protege las actitudes destructivas contra la naturaleza instintiva y espiritual más profunda.

De este modo, estos valores culturales destructivos -con los cuales el depredador se muestra ávidamente de acuerdo- se va fortaleciendo en el interior de la psique colectiva de todos sus miembros. Cuando una sociedad exhorta a la gente a desconfiar y huir de la profunda vida instintiva, se refuerza e intensifica un elemento autodepredador en cada psique individual.

Sin embargo, hasta en una cultura opresiva, cualesquiera que sean las mujeres en las que la Mujer Salvaje siga viviendo, prosperando e incluso resplandeciendo, se harán preguntas "clave", no sólo las que consideramos útiles para conocernos mejor sino también las que se refieren a nuestra cultura. "¿Qué hay detrás de estos destierros que yo veo en el mundo exterior? ¿Qué bondad o utilidad del individuo, de la cultura, de la tierra, de la naturaleza humana se ha matado o yace moribunda?" Cuando se analizan estas cuestiones, la mujer puede actuar de acuerdo con sus propias aptitudes y cualidades. Abrazar el mundo y comportarse con él de una manera sentimental y fortalecedora del sentimiento es una poderosa manifestación del espíritu salvaje.


Notas

7. La llamada con el teléfono que no funciona como es debido es uno de los veinte argumentos más comunes de los sueños humanos. En el caso más típico, el teléfono no funciona o la persona que sueña no consigue comprender cómo funciona. Los hilos del teléfono están cortados, los números del disco están desordenados, la línea está ocupada, el número de emergencia no se recuerda o no contesta. Esta clase de situaciones telefónicas en los sueños están estrechamente emparentadas con los mensajes erróneos o engañosamente cambiados como los del cuento La doncella manca en que el demonio cambia un jubiloso mensaje por otro de carácter malévolo.
8. Para proteger la identidad de los interesados, el nombre y la localización del grupo se han modificado.
9. Para proteger la identidad de los interesados, el nombre y la localización del grupo se han modificado.
10. Para proteger la identidad de los interesados, el nombre y la localización del grupo se han modificado.
11. Para proteger la identidad de los interesados, el nombre y la localización del grupo se han modificado.

No hay comentarios:

Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...
Google+