Ayer, martes 13 de marzo de 2012, Ignacio Giovanetti Biagioni, a los 30 años, se graduó como Magister de guitarra en la Universidad de Viena.
Desde los 14 a los 20 dio conciertos orientado por la capitanía del vuelo de Olga Pierri, que hoy, a los 96, sigue preparando alumnos de todas las edades.
Y en la década siguiente se radicó en Austria para estudiar con Álvaro Pierri, que no sólo es el mejor guitarrista clásico del mundo sino de la historia.
Muchos intérpretes de muchos países han emigrado para absorber la maestría de Álvaro, tanto cuando era catedrático en Montreal como ahora.
Nacho es el primer uruguayo que redondea este objetivo.
No se trata sólo de la celeste que hace temblar los estadios de todo el planeta desde 1924, queridos compatriotas. Actualmente debe haber por lo menos 30 guitarristas nacionales de primer nivel dando cátedra en distintos continentes. Pero acá, donde pervive y se multiplica el carnaval más largo que se conoce, la guitarra no es rentable.
“Pena sobre pena y pena / hacen que uno pegue el grito” advirtió hace medio siglo don Atahualpa Yupanqui: “La arena es un puñadito / pero hay montañas de arena”.
Ser culto es entender con cabeza propia quién es uno y su comunidad en este misterioso laberinto cósmico.
Y para eso hay que durar.
Nacho viajó sin beca y sobrevivió sirviendo capuchinos detrás de mostradores pitucos, entre otros tantos oficios.
También sacó la garra antiacadémica y matrera y se dedicó a formar grupos multimedia como Garufa Konzert y a aprender el tango grelero con el gran Ciro Pérez.
Pueden verlo y oírlo en youtube.
Y lo asombroso es que también ayer, a los 3 años y medio, la incontenible floración de su sobrina Emilia Herrera Giovanetti -que lleva la sangre del tan menospreciado como divino Julio- forzó a que la aceptaran en clases de ballet con menos edad de la permitida.
La careta diabólica del martes 13 quedó sonrientemente pintada de celeste.
Festejen, orientales que siguen teniendo fe en una Purificación espiritual no utópica.
Porque los que se conforman con una culturita financiada por la Casa Blanca son de palo.
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