jueves

OSHO / MÁS ALLÁ DE LA PSICOLOGÍA - CHARLAS DADAS EN URUGUAY (PUNTA DEL ESTE)



Capítulo 10


El Argumento del Avestruz

Amado Osho,
Hace poco el Gobierno británico se negó a admitirme en Inglaterra, incluso para pasar una noche, argumentando que tu eclusión del país «favorecía el bien público.»
Pocas semanas después, el jefe del mismo Gobierno autorizó el uso de las bases militares por parte de los bombarderos americanos en su reciente ataque a Libia. El primer ministro justificó su decisión de ayudar a los americanos a bombardear las ciudades de oriente medio diciendo que era su deber «prevenir los males del terrorismo». Las nociones sobre el bien y el mal que expresa el Gobierno británico son muy confusas.
Por favor, comenta.

Uno tiene que entender que todo es relativo, no definitivo. Así, lo que a uno le parece bueno, puede parecerle malo a otro. Y no hay contradicción: ambos pueden tener razón.

Que algo sea bueno depende de tus ideas preconcebidas; y lo mismo pasa con lo malo.

El Gobierno británico piensa que mi entrada en el país, aunque sea para pasar una noche, no favorece el bien público. El mismo Gobierno está dispuesto a admitir que los bombarderos americanos, con sus misiles, usen sus bases para destruir a un pequeño país como Libia; para el Gobierno esto favorece el bien público.

No hay incoherencia. Según su punto de vista, su sociedad, su cultura, su religión, su país, tienen que ser salvados a cualquier precio, porque creen que son los defensores del bien; a pesar de que el Gobierno británico ha torturado a la humanidad más que ningún otro Gobierno del mundo. Durante trescientos años ha sido el mayor terrorista posible; ha matado a millones de personas en todo el mundo para crear el mayor imperio de la historia. Este Gobierno está completamente sintonizado con la ideología imperialista americana.

Se ha visto obligado por la necesidad a dar la libertad a los países de su imperio; pero no lo ha hecho alegremente ni por voluntad propia. Esos países tuvieron que luchar durante casi un siglo, sin armas. Han sido masacrados sin ninguna consideración hacia los valores humanos.

Recuerdo. En India ocurrió un incidente que puede ser considerado como uno de los más inhumanos de la historia. En Amritsar, la ciudad sagrada de los Sikhs, hay un jardín público muy hermoso, una gran superficie que puede albergar por lo menos a un millón de personas para cualquier reunión, encuentro, discurso. El jardín siempre se ha usado para este propósito. Tiene unas paredes muy altas para que no entren los ruidos del tráfico exterior y dispone de una sola puerta, tan pequeña que sólo puede pasar una persona de vez; no caben dos personas juntas.

Estaba celebrándose una reunión silenciosa de casi un millón de personas: niños, mujeres, ancianos. La oración era: «El Gobierno británico debe cambiar de actitud y debe irse de nuestro país.» Eso no es terrorismo; simplemente estaban rezando y pidiendo un cambio de actitud. Pero el coronel Dyer, que estaba al cargo de aquella zona, se presentó con sus tropas, dirigió las ametralladoras hacia la gente, y comen¬zó a disparar. ¡Aquella oración era una revolución contra el imperio!

Sólo había una puerta, y desde aquella puerta estaban disparando a discreción, sin discriminación: niños, mujeres y ancianos. Y nadie podía escapar porque los muros eran muy altos. Dyer mató a toda la muchedumbre; ni un sólo ser humano salió vivo por la puerta. Y esa gente estaba en su país; los británicos eran los terroristas, los que habían estado gobernando su país y explotándolo.

India ha sido rica, ha sido considerada durante miles de años como una gran fuente de riquezas; así la describió Pitágoras, así la describió Alejandro Magno. Tantos invasores...; pero las riquezas de India parecían inagotables. Venían pueblos que invadían el país, se llevaban sus tesoros, se apoderaban de sus hermosas mujeres...

Eso ha estado ocurriendo durante miles de años; los británicos fueron los últimos. Durante trescientos años exprimieron toda la riqueza del suelo indio, hasta la última gota. Y ni siquiera permitían que la gente rezase para que hubiera un cambio de actitud; eso era un crimen contra el imperio. Y no hizo falta ningún magistrado, ni juez; ni siquiera hizo falta un juicio. Simplemente... llega un general y ¡mata a toda esa gente!

El Gobierno británico ha sido uno de los fenómenos más repugnantes del que tengamos conocimiento. Creó el mayor imperio; se decía que en el imperio británico nunca se ponía el sol. Y era verdad, porque el imperio daba la vuelta a la Tierra. El sol podía estar poniéndose en una parte, pero salía en la otra; no había discontinuidad. El sol siempre estaba saliendo en algún lugar del imperio británico.

Estos imperialistas sienten una profunda simpatía y amistad por América. Naturalmente, se permite el paso a las tropas americanas en nombre del bien público; se permite a América usar las bases para destruir un pequeño país.

¿Y por qué destruir Libia? Porque el hombre que gobierna Libia en este momento es uno de los políticos más francos del mundo. Hace unos días, Gadafi dijo que Ronald Reagan es «un segundo Adolf Hitler.» Y yo, comentándolo, digo que Gadafi se equivoca. Y él estará de acuerdo conmigo cuando explique por qué: el mismo Adolf Hitler: ha pasado a ser un número dos. Ahora Ronald Reagan es el Adolf Hitler número uno, porque... ¿qué poder tenía Adolf Hitler? Reagan tiene millones de veces más poder. Adolf Hitler no podría haber destruido el mundo; Reagan puede hacerlo.

Al Gobierno británico le parece que permitir que Reagan use una base en Inglaterra favorece el bien público. Ambos son imperialistas, ambos están de acuerdo en explotar a la gente, ambos están de acuerdo en que ni el comunismo ni nada que se le perezca puede existir en el mundo, ambos están de acuerdo en imponer la cristiandad sobre los pueblos no cristianos: naturalmente Ronald Reagan es un amigo, aunque haga algo inhumano que pueda provocar el estallido de la tercera guerra mundial.

Y yo entiendo a Gadafi. Él no es un hombre que pueda permanecer pasivo. Y no está permaneciendo pasivo. Aunque su país es pequeño, él no es sólo un político, es un guerrero. Preferiría que su país muriera antes de que fuera esclavizado. Y yo le alabo porque es un pionero. Ha respondido bien. Ahora está bombardeando las bases americanas en toda Europa. Ha bombardeado España; va a bombardear otros países, Grecia... Va a bombardear las bases americanas en Europa, donde quiera que estén. Y contará con la simpatía de todos los países aplastados. Se elevará a la categoría de líder mundial.

Ronald Reagan puede tener el poder, pero no cuenta con ninguna simpatía.

El Gobierno imperialista de Gran Bretaña tiene miedo de mí. Simplemente pasar una noche en el aeropuerto -no pedía que me dejaran entrar en el país- y se negaron, contraviniendo sus propias leyes. Dijeron que no era bueno para su gente; mi estancia de una noche habría destruido su moralidad, su religión, ¡todos sus valores más queridos!

Hay algo que tiene que entenderse claramente: estoy en contra del imperialismo. Estoy en contra de la explotación del hombre, de los seres humanos. Estoy en contra de que tortures a los demás para poder tener el poder. Quizá temían que en una noche se pudieran reunir todos mis sannyasins ingleses...; una noche puede ser suficiente para proporcionarles una nueva comprensión, Una nueva vida que vaya en contra de todos los valores tradicionales.

Y es una conspiración. No sólo Gran Bretaña es responsable de ella. Todos los que están viviendo y creciendo según los valores tradicionales sienten mucho miedo; miedo de un hombre que no tiene otro poder que el de mostrar a la gente que su sufrimiento está causado por sus propias ideas equivocadas, y que esas ideas equivocadas están siendo promocionadas por su gobierno, por su iglesia.

Hay una conspiración.

Todos los gobiernos europeos se están poniendo de acuerdo para que no pueda aterrizar en sus aeropuertos. No comprenden que eso es derrotismo, que ya han aceptado su derrota. Están mostrando que no tienen argumentos para salvar su religión, su moralidad, su política; todo está podrido.

Temen que la juventud esté de mi parte y no de la suya. Puedo proponer un desafío abierto a cualquier país: permitidme hablar a los jóvenes, hablad también vosotros con esos mismos jóvenes y dejad que sean ellos los que decidan a quién pertenece el futuro. Los gobiernos saben muy bien que no pueden defender ninguna de sus creencias.

Estos esfuerzos por impedirme el acceso son una buena señal; son buenas noticias. Significan que han aceptado su derrota; si no, ¿de qué tienen miedo?; podrían haberme permitido hablar con su gente. Además, tienen a sus arzobispos, papas y sacerdotes que podrían haber demolido mis argumentos; eso habría sido una vía culta, una vía humana.

Yo estoy solo y ellos tienen millones de sacerdotes. Pero no tienen ni un solo argumento en favor de lo que piensan que son las bases de su sociedad.

Sí, no es favorable para su sociedad podrida. Las campanas podrían tocar a muerto. Pero no pueden evitarme. No soy yo quien va a destruir su podredumbre; el tiempo mismo es el que no está a su favor. Si yo no lo hago, alguien tendrá que hacerlo.

Es imposible proteger esas sociedades, esos gobiernos, esas iglesias. Han perdido las raíces. Y son conscientes de ello, van a caer al primer empujón. No pueden resistir, ni siquiera les queda ese poder. Puedes po¬ner de pie a un cadáver, pero si le das un empujón, no va a poder responder: se caerá al suelo.




Y estos países son cadáveres.

No quieren que su juventud entre en contacto con alguien que pueda mostrarles que lo viejo está muerto y que tienen que buscar otra forma de vida.

No se trata de un país concreto, sino de todo el pasado humano. Existe un profundo apego, un profundo condicionamiento...

En India hay una historia muy hermosa. Shiva es uno de los dioses de la trinidad hindú. No se le llama trinidad, sino trimurti; los tres rostros de Dios. Shiva es uno de ellos. Él se enamoró de una mujer muy hermosa, Parvati, y la quería tanto que cuando murió no aceptó su muerte.

Nadie se atrevía a decirle que ella había muerto y que había llegado el momento de llevarla al crematorio. Él llevaba su cadáver a hombros por toda India en busca de algún médico o curandero que pudiera devolverle la vida. No se puede llevar un cadáver... Le costó doce años dar la vuelta a todo el país; es un país muy grande. E iba de un lugar a otro, allí donde oía que había un médico.




A lo largo de aquellos doce años, la mujer que transportaba fue perdiendo partes de su cuerpo: se le cayeron las manos, las piernas, la cabeza. Pero a Shiva eso no le preocupaba; ni siquiera la miraba, porque tenía miedo de mirar.

Percibe este punto:

Temía mirarla porque en lo profundo de sí sabía que ella había muerto. Pero su mente no lo creía; prefería creer que estaba viva. Ya ni siquiera estaba entera. La cabeza había caído por un lado, las piernas por otro, y las manos habían caído por un tercero.

India es un país de historias que tienen significados tremendos. Ahora bien, para dar a esta historia un aire de realidad, existen doce templos de peregrinación construidos en los puntos donde cayó cada parte de Parvati. Hay doce templos en todo el país que representan como una parte de Parvati cayó allí, ese lugar se convirtió en un lugar sagrado.

Pero Shiva siguió estando completamente ciego, ciego a sabiendas. Ésta es la situación del mundo. Las sociedades están podridas, las religiones están muertas; los políticos se dedican a hacer promesas sabien¬do perfectamente que no pueden cumplirlas.

El futuro es oscuro, pero nadie quiere ver esto: el pasado está muerto y si te sigues aferrando a él, el futuro será cada vez más oscuro.

Se me evitará en todos los países.

Seré perseguido por todos los poderes, por la simple razón de que quiero que vean la realidad. Están manteniendo los ojos cerrados.

En lógica se le llama el «argumento del avestruz». El avestruz tiene una tendencia un tanto peculiar: cuando se encuentra con un enemigo y sabe que su muerte es inminente, entierra la cabeza en la arena. Vive en el desierto, con los ojos cerrados y la cabeza enterrada en la arena. Y es perfectamente feliz porque no puede ver a su enemigo por ninguna parte.

Pero esto no elimina al enemigo; de hecho, lo hace más poderoso. El avestruz no va a hacer nada por escapar, por luchar o por negociar, no se mueve. Ahora no hay duda: simplemente está a disposición de su atacante, es alimento. Y los avestruces son comidos por sus predadores sin presentar batalla, porque viven con la idea de que «no ven a ningún enemigo por allí.»

Este «argumento del avestruz» está muy extendido en el mundo. Nadie quiere ver la realidad: que te estás hundiendo, que tus valores son falsos, que toda tu civilización es una hipocresía, que todas tus sonrisas sólo son ejercicios de labios, que no pones sentimiento en lo que haces; que te has olvidado de vivir, de amar, de reír, que no sabes en absoluto lo que significa vivir.

Y sigues aferrándote porque no hay nada más, no hay alternativa; y a mí se me ponen impedimentos porque puedo darte la alternativa.

Yo puedo mostrarte que ésta no es la única forma que puede adoptar la sociedad, no es el único tipo de matrimonio que puede existir, no es la única forma de criar a los niños, no es la única forma posible de funcionamiento estatal. Existen formas alternativas.




Pero tienen miedo incluso de oír hablar de las alternativas. El mensaje no debe llegar a los jóvenes, porque a los jóvenes les va a impactar la noticia de que hay una alternativa, de que no hay por qué conformarse con seguir en esta miseria, luchando continuamente, matando a seres humanos sin ninguna necesidad.

Ahora Libia está destruyendo las bases americanas. América no puede permanecer en silencio: comenzará a destruir Libia, no sólo sus bases militares, sino también su población civil. Es un país pequeño, pero, Libia sabe que si América empieza a destruir su poblac1ón civil, todo Oriente -en particular Oriente medio- estará de su lado. Y entre bastidores está la Unión Soviética.

Por eso, si América es valiente, no comenzará una guerra con Libia; sería muy desigual: Libia no tiene nada con lo que pueda combatir a uno de los mayores poderes nucleares. Pero Libia tiene la garantía de la Unión Soviética: «No os preocupéis. Libia sólo es una fachada.» Y una vez que estos dos poderes comiencen a luchar, no podrán resistirse al empleo de las armas nucleares; es imposible.

Pero el Gobierno inglés no teme esta posibilidad. El Gobierno inglés debería haber advertido al americano: «Este no es un buen principio; eso no favorece el bien público. Esto nos va a llevar a la guerra cada vez más. No deis el primer paso; si lo dais, el último paso no quedará muy lejos.» Pero prefieren tener una tercera guerra mundial que cambiar la mente humana.

¿Por qué? Porque cambiar la mente humana significa admitir que te has estado comportando estúpidamente durante millones de años, que todos tus antepasados no han sido más que unos necios. No sabían nada de la consciencia humana; eran inconscientes, eran ciegos. Y unos ciegos han guiado a otros ciegos hacia la luz. Parece difícil aceptar que todo nuestro pasado esté equivocado. Es mejor empeñarse en afirmar que el pasado ha estado bien aunque se destruya el futuro: salva tu ego, aunque muera la gente.

Todo ello te da una pista de por qué soy un peligro aunque sólo quiera pasar una noche, y los misiles nucleares norteamericanos no son peligrosos. Piensan parecido; sus matemáticas son las mismas.

Para ellos soy peligroso porque no me enorgullezco del pasado. Soy peligroso porque considero que el ser humano no ha vivido inteligentemente durante miles de años; de otro modo, ¿cómo se explica tanta ansiedad, tanta miseria, tanta angustia? El fruto muestra la calidad del árbol. Y el fruto que hemos obtenido nos muestra que todo el pasado humano ha ido mal por algo, y que por puro ego se ha seguido avanzando en la dirección equivocada.

Estoy muy dispuesto a cambiar mis ideas si alguien me demuestra que están equivocadas, que no conducen al bien de la gente. Pero nadie está dispuesto a mantener un debate; simplemente aceptan. No necesitan discutir, no necesitan argumentar.

El Gobierno español se estuvo planteando la posibilidad de concederme el acceso durante todo un mes. Tienen bases nucleares del ejército americano; son miembros de la OTAN, y el primer ministro llegó a ese puesto prometiendo a los españoles que les sacaría de la OTAN y que ordenaría la retirada de las bases americanas. Los españoles no quieren... porque han conocido a Franco, que gobernó durante cuarenta años en una dictadura absoluta; destruyó toda la libertad de pensa¬miento y mató a cualquiera que dijera algo contra él. Después de cuarenta años de esta experiencia, de esta pesadilla, no quieren entrar en ninguna otra.

Votaron a este hombre por una sola causa: había prometido sacar a España de la OTAN y obligar a los americanos a salir del país. Después de dos años la gente se pregunta: «¿Qué ha pasado? No nos has sacado de la OTAN y tampoco se están retirando las bases americanas.»

En estos dos años, el hombre..., cuando llegó al poder no era un político, pero estos dos años han hecho de él un político. Dijo: «Mi experiencia de dos años en el poder me ha hecho cambiar de idea: vamos a quedarnos en la OTAN y las bases americanas van a seguir en España.»

Fue una traición tal que la gente pidió un referendum para decidir esta cuestión. Actualmente el primer ministro, toda la burocracia, todo el Gobierno, está a favor de las bases americanas y de ser miembros de la OTAN. Pero no tienen una amplia mayoría. La gente joven sigue votando en su contra: el cuarenta y cinco por ciento de la gente ha votado en contra de la OTAN. Pero el Gobierno, con todo su poder, se las ha arreglado para conseguir un número de votos ligeramente mayor.

Si este hombre tuviera algo de dignidad habría dimitido, porque fue elegido con motivo de un programa. No le eligieron a él, sino al programa; como ha abandonado el programa debería dimitir inmediatamente. Pero estos políticos son tan desvergonzados, no tienen dignidad, ni honor, ni respeto por sí mismos.

Él quería que me quedara en España, pero el problema era la presión americana. Siguió posponiéndolo durante un mes. Me informó de que no filtrara la noticia de que España me había invitado, porque la familia real, el primer ministro, el presidente del gabinete, todos irían al aeropuerto a recibirme. Iba a ser su invitado, ellos fijarían la fecha y me informarían.

Pero poco a poco fue viendo que si el cuarenta y cinco por ciento de la gente vota contra él, entonces dejar entrar en el país a un hombre como yo sería peligroso porque sin duda influiría en la juventud.

El parlamento decidió darme la bienvenida, el gabinete decidió darme la bienvenida, pero finalmente el presidente me informó de que no seda posible; políticamente era complicado.

Yo sé cuál era la dificultad; la dificultad vino después del referéndum. Yo le repetía todos los días a John que si se iba a tomar una decisión, debía tomarse antes del referéndum. Después del referéndum no veía ninguna esperanza, porque una vez que el presidente vea cuánta gente vota contra él, no tendrá el valor de invitar a una persona que pueda influir en la gente.

Ese era el miedo y este miedo se extiende ahora a casi todo el mundo, a cada país; son temores extraños. En este pequeño y hermoso país me han dicho que no mencione que tenemos un millón de sannya¬sins en todo el mundo y tres millones de simpatizantes, porque eso puede darles miedo; este país sólo tiene tres millones de habitantes, y no les gustaría convivir con un hombre tan poderoso que cuenta con el amor de cuatro millones de personas.








El país debería estar orgulloso de tener a alguien... Y no soy un político, no voy a competir con nadie a nivel político; pero el miedo sigue siendo miedo. Toda esta gente poderosa, por dentro se sienten inferiores y tienen mucho miedo.

Siguen pensando...; lo único que tienen en mente es el poder, qué es lo que puede aumentar su poder y qué puede destruirlo. Y ponen condiciones...

El presidente de Grecia estaba dispuesto a que yo tuviera una comuna allí, de hecho, quería que fuera así. Por sus propias razones: atraería a miles de turistas y daría un empujón a su economía. De hecho, gracias a él me dieron un visado de cuatro semanas para Grecia.

Pero después llegaron las condiciones; si quería quedarme allí y hacer una comuna, debía recordar algunas cosas: «La iglesia ortodoxa griega es respetada por nuestra constitución, no puedes criticarla. La familia es nuestro fundamento, no puedes criticarla. Nuestro código moral, no puedes criticarlo. Creemos en la virginidad, no puedes criticarlo.»

Es cierto que creen en la virginidad, pero es difícil encontrar una sola virgen en toda Grecia. Eso está bien, pero no debería criticarse. Puedes ver la forma de pensar de los políticos: se puede tolerar la realidad, pero sin sacarla a la luz.

Yo no puedo aceptar condiciones de nadie.

Pase lo que pase, sean cuales sean las consecuencias..., pero aceptar condiciones, y encima por un trocito de tierra...

¿Cuánta tierra necesita un hombre? Quizá me guste vivir sin país, ser un nómada en el verdadero sentido de la palabra. Ha habido nómadas antes, pero tenían un hogar base. Yo seré un verdadero nómada, sin hogar base, siendo rechazado de un país a otro. Pero el hecho de que me rechacen no es más que una aceptación de su derrota, de su impotencia. Antes o después tendrán que pagar por ello, y pagar un alto precio, porque en todos los países hay personas inteligentes. ¿Hasta cuándo va a poder tolerar esto la gente inteligente? Antes o después se convertirá en una revolución. Encontraré amigos en muchos países sin haber estado en ellos.

No puedo perder la esperanza porque no veo que la inteligencia haya muerto. Está reprimida, pero está viva. Se ha convertido en una corriente subterránea, pero mi rechazo va a provocar que salga a la superficie. Pronto habrá protestas en todos los países que me niegan la entrada.

En Italia han estado posponiendo durante tres meses darme un simple visado de turista de tres semanas. Y el presidente, el primer ministro y el ministro de asuntos exteriores dicen: «Se lo vamos a dar, mañana...» Los sannyasins están yendo cada día; se sientan en sus oficinas y les dicen: «Estamos preparados, cuando vosotros queráis. Pero, ¿cuándo va a llegar vuestro mañana?». Y después de tres meses se sienten muy frustrados, porque el papa lo está reteniendo. No pueden decir que no a los sannyasins porque no tienen ninguna razón para ello.

Y saben de mi impacto en Italia. Hace unos días, una entrevista televisada de hora y media fue vista por treinta y cuatro millones de espectadores; es algo sin precedentes. El director me informó: «No podíamos creer que interesarías a tanta gente. Nunca has venido a nuestro país.» Ningún otro programa en toda su vida había atraído a tanta gente. Y no fue sólo el programa -que acabó en hora y media-, sino que la gente estaba discutiendo de cada uno de los puntos en el mercado, en la universidad; en todas partes. Unos a favor, otros en contra, pero todo el mundo estaba muy implicado.

Así pues, el Gobierno no puede decir que no, porque eso podría acarrear problemas. Y el papa insiste en que no se me permita entrar en Italia, por eso lo van posponiendo. Finalmente los sannyasins se han sentido tan frustrados que han organizado una protesta; Fellini, uno de los directores italianos más famosos, ha sido el primero en firmar su petición. Ya tienen la firma de treinta y seis personalidades mundialmente famosas y están recogiendo más nombres; y eso que nunca he estado allí. Estés o no estés de acuerdo conmigo, hay una cosa cierta: no pueden impedir que presente mi visión a la gente, mi punto de vista. Y lo que, está ocurriendo allí, ocurrirá también en Alemania, ocurrirá en Grecia, ocurrirá en Inglaterra, ocurrirá en España, ocurrirá en todas partes. Los sannyasins tienen que crear una cadena de protesta en todo el mundo, firmada por todos los artistas creativos importantes, novelistas, músicos, escultores, bailarines, actores, directores: gente de todas las dimensiones que haya tenido un impacto en el mundo.

En primer lugar recoger todos los nombres de los que están a favor de la protesta, en cada país, y después enviar una protesta final a las Naciones Unidas que las incluya a todas; porque ahora no se trata de un país; si el Parlamento Europeo decide que no puedo aterrizar en sus aeropuertos, no puedes considerarme únicamente como un individuo.

Me he convertido en representante de la inteligencia al nivel mundial, de la gente creativa y con talento.

Ese es mi país.

Y mis sannyasins tienen que ir a la ONU porque lo que está pasando es simplemente repugnante.

Pero como he dicho al principio, es relativo.

Para mí es repugnante. Y para todos los que pueden entenderlo es repugnante. Pero para los que creen en la lógica del avestruz, es bueno, ya que es «por el bien público.»

¡Mostraremos al mundo lo que es bueno para el bien público y lo que es malo para el público!

Amado Osho,
Yo fui uno de los que se hizo un buen viaje cuando se publicó la lista de iluminados porque pensé: «Si Osho dice que estoy iluminado ¿por qué no probarlo?».
Me gustó: Di una fiesta para unos cien amigos y durante los siguientes seis meses -hasta que volví a oscurecerme-, intenté utilizar lo que consideraba que era una situación con mucho potencial.




De lo que he visto, lo más importante ha sido comprobar que realmente me siento bien. ¿Me estoy engañando a mí mismo con esta experiencia?

Si la entiendes, no puedes estar engañándote.

En primer lugar déjame explicarte algunas otras cosas.

Declaré que había varios iluminados y Santosh era uno de ellos. Él me escribió una carta diciendo: «Tu declaración de que estoy iluminado no me alegra, pero ser aceptado como miembro del comité de iluminados me hace sentirme muy bien.»

Yo le envié un mensaje: «¿Por qué no te alegra estar iluminado? Es porque piensas que ya estás iluminado, y eso no es verdad. Por eso te sientes muy bien al ser parte del comité de iluminados: por fin se reconoce tu iluminación. Para ti no es una declaración, sino un reconocimiento de que llevas mucho tiempo iluminado.

»Pero si estar iluminado no te alegra, ¿cómo puede ser genial ser parte del grupo, o del comité, de personas iluminadas? Si la iluminación misma no tiene sentido para ti, entonces ser miembro del comité no puede tener ningún sentido excepto éste: que satisface tu ego.

»Estabas iluminado y nadie lo estaba percibiendo. Finalmente yo lo he reconocido, y ahora eres parte del comité de iluminados, así la cosa queda sellada. Pero te equivocas ¡porque todo era un chiste! El comité era un chiste, la declaración era un chiste. Y era una estratagema.»

Somendra envió inmediatamente un telegrama a Teertha diciendo: «Ya lo tengo, ¿y tú?» Él competía constantemente, ese era su problema; quería estar por encima de Teertha y ésta era una buena oportunidad.

Ha dejado el sannyas, ya no mantiene ningún contacto con nosotros; pero sí que acepta mi declaración de que está iluminado. Ha dejado el sannyas, ya no es parte de mi familia, pero la iluminación...; inmedia¬tamente un telegrama: «Ya lo tengo, ¿y tú?».

Era una estrategia para ver cómo reaccionaba la gente. Tu respuesta fue muy hermosa.

Tu respuesta fue: «Si Osho dice que estoy iluminado, así será.»

Simplemente muestra confianza, amor. No tiene nada que ver con el ego y el hecho de que dieras una fiesta y te divirtieras con tus amigos también fue perfectamente correcto.

Y cuando dije que era chiste no te enfadaste. Te lo tomaste de la misma forma: «Si Osho dice que no estoy iluminado y que era un chiste, tal vez no esté iluminado y realmente sea un chiste.» Y los seis meses que viviste como iluminado, la alegría, la paz y la serenidad que sentiste no provenían de la iluminación, sino de la confianza y del amor.

Ha sido una buena experiencia para ti.

Pero a distinta gente le ocurren experiencias diferentes.

Sólo había dos indios en el grupo de los que declaré iluminados y ellos entienden por tradición lo que significa la iluminación. Uno era Vinod Bharti. Se puso muy nervioso, estaba llorando, y vino a hablar con Vivek para darme el mensaje: «Osho, no estoy iluminado. Me has creado un problema: No puedo decir que estés equivocado y se perfectamente que no estoy iluminado. ¿Qué se supone que tengo que hacer? Estoy destrozado. ¡Simplemente dime la verdad!».

Él conoce el tema de la iluminación. Sabe que en India, durante siglos, la iluminación ha sido la cumbre más alta de la búsqueda espiritual. En Occidente la idea misma no ha existido. Así es que no podía concebirse como Gautama Buda y tampoco podía negarme porque me ama y confía en mí. Por eso pude ver su problema y le envié un mensaje: «No te preocupes, sólo era un chiste. No estás iluminado, ¡relájate!».

Hasta que oyó que no estaba iluminado, no pudo dormir durante dos días. Después se relajó, no está iluminado; no hay problema.

El otro hombre era Swami Anand Maitreya, que fue el único que entendió el chiste inmediatamente, porque al salir de la habitación dijo: «¡Este Osho es un pícaro! ¡El hecho de que diga que estoy iluminado lo prueba!».

Pero viene de Bihar, de donde proceden la mayoría de los iluminados de India: Gautama Buda, Mahavira, Parsunatha, Naminatha, Adinatha..., una larga serie de iluminados. Los veinticuatro maestros ilu¬minados de los jainas... Gautama Buda; todos se iluminaron en Bihar. Bihar tiene el entendimiento y la experiencia más profundos de la iluminación. Naturalmente él dijo: «Osho es un pícaro.» Pero eso también indica su amor.

No se sintió alterado, porque cuando sabes que es un chiste, no tienes ningún problema con ello.
Algunos simplemente se quedaron en silencio: no reaccionaron en ningún sentido. Eso también es bueno. No les afectó; siguieron siendo ellos mismos, tal cual. «Si Osho dice que estoy iluminado, puede ser; si dice que no lo estoy, pues no lo estaré.» Pero no suponía ninguna diferencia para ellos; permanecieron serenos y desapegados.

Y ha sido una buena experiencia ver que la gente reacciona de distintas formas ante la misma idea. Los que no estaban incluidos en el comité se enfadaron. Recibí algunas cartas que decían: «¿Si esta gente se ha iluminado, por qué yo no me he iluminado?». Como si fuera algo... «Se los has dado a ellos. ¿Por qué no me lo das a mí?».

Alguien escribió: «Yo he estado contigo más tiempo que ellos y aún no estoy iluminado. ¿Te has olvidado de mí o qué?». Es bueno ver cómo reacciona la gente.

Tu reacción ha sido muy hermosa en ambos extremos. «Si Osho dice que estoy iluminado, así debe ser»; eso es confiar. «Y si dice que no...» no ves ninguna contradicción o inconsistencia, simplemente lo aceptas: «Si dice que no, entonces será que no.» Has transcendido el mundo de lo consistente, de lo inconsistente.

Para el amor no hay contradicción.

No compara. Está disponible a cada momento.

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