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EL AMOR EN LOS TIEMPOS DE LECOR / UNA HISTORIA DE ADORACIÓN


por HUGO GIOVANETTI VIOLA

un webguión seccionado en 40 episodios y escrito como base para una miniserie televisiva que producirá elMontevideano / Laboratorio de Artes

CUARTA ENTREGA

EPISODIO IV

Juan Mendoza y Magdalena se pelean en el dormitorio de la mujer mientras Paloma, Julia y Pandora visitan a la esposa y a la suegra de Pepe Artigas. Juan Mendoza termina por latiguear en el establo a su esclavo Baltasar.

PRIMERA HISTORIA 1 / INT. DÍA

Juan Mendoza entra al cuarto de su esposa, que tiene la cabeza tapada con una sábana abajo del mosquitero.

Juan Mendoza: Me imagino que no pensarás ir al baile del Fuerte.

Magdalena: Yo no pienso bailar nunca más en mi vida.

Juan Mendoza: Y yo no pienso matar nunca más en mi vida. Aunque los mariscales portugos te rapten en mis narices y se den corte paseándote del brazo como a una amante borracha en las misas de nuestra sacratísima catedral.

Magdalena: Hoy hubo dos hombres que me miraron igual que mi hijito Jesusito.

Juan Mendoza: De resultas que Diogo Porto es un santo además de un adúltero.

Magdalena: ¿No escuchaste que dije dos hombres, cabronzuelo?

Juan Mendoza: ¿Y se puede saber cuál fue el otro? No te olvides que los borrachos ven doble, mujerzuela.

Magdalena: Lástima que una no pueda saber cuándo los celos son de amor o de honor.

Juan Mendoza: La verdadera lástima es que esté condenado a quererte toda la vida. Y que estés emperrada en que no te quiera más.

Magdalena: Yo me conformaría con que no te babearas por Paloma igual que cualquier padrillo. Y vételo sabiendo que la que embrujó a Porto fue ella y no yo, agua sucia.

SEGUNDA HISTORIA 1 / INT. DÍA

Paloma, Julia y Pandora toman mate con Francisca Artigas de Villagrán y Rosalía Villagrán de Artigas (Rafaela) en un pequeño cuarto enladrillado. José María las mira desde una puerta interior.

Rafaela (señalando la guitarra que está afinando Julia): La que toca las nanas canarias es Martina.

Julia: ¿Querés que toque Sor?

Rafaela (canta): En un caballito gris / Fernando se fue a París. Y Pepe lo va a matar a Napoleón porque nos mandó a los portugos a Río.

Doña Pancha: Callate, Rafaela.

Rafaela (arrodillándose y embozándose con una pañoleta): Callate, Rosalía. El que va a matar a Napoleón es Dios. Tuvimos que ayunar los viernes y rezar tres Padrenuestros y tres Avemarías para poder casarnos. Porque el obispo supo que venían los ingleses.

Julia toca unos compases de una obra de Sor y Rafaela la interrumpe.

Rafaela: Pero el que le pidió a Sobremonte que hicieran las fogatas en el Cerro de los Toros y en Piedras de Afilar fue Pepe. Y yo solicito el retiro de este mundo por incurables padecimientos.

Julia sigue tocando.

Rafaela: Sor le hizo guerra de recursos al diablo. Y París debe ser más gris que mi desgracia.

PRIMERA HISTORIA 2 / INT. DÍA

Juan Mendoza: Yo lo que hago es envolver a Paloma con la capa de mi alma.

Magdalena: Pues dicho así tan poético no suena menos baboso.

Juan Mendoza: ¿Y si te confesara que Paloma es la única hornacina en donde veo relumbrar a la Inmaculada? Desde que era una cría.

Magdalena (carcajeando): Todos los engualichados balan en rebaño, Juanito. Hoy el bobo de Porto me confesó lo mismo en nuestra sacratísima catedral.

Juan Mendoza: No me digas Juanito.

Magdalena: Entonces voy a decirte que el otro hombre que me miró como mi hijito Jesús fue Baltasar.

Juan Mendoza (carcajeando): ¿Baltasar? Bonita borrachera te pescaste, mujer.

Magdalena (descubriéndose la cabeza): Pero me la pesqué con él. Porque las noches de aniversario ni siquiera me aplaca contar los zumbidos de los bayoneteros. Y entonces se me ocurrió que el reyuno me trajera y lo obligué a tomarse unas cuantas tazas y después le mostré las ciruelas más tristes de esta Banda. Y él me tuvo piedad.

Juan Mendoza: Yo me voy.

Magdalena: ¿Y tu honor? ¿Y tus celos? ¿No vas a castigarlo?

Juan Mendoza: Honor ya ni me queda.

SEGUNDA HISTORIA 2 / INT. DÍA

José María: Venga una coplilla, Julia. ¿No te sabes alguna de Bartolomé Hidalgo?

Julia (empieza a valsear): Anduve por todas partes / Y vi un grande caserón / Que llaman de las Comedias, / Que hace que se principió / Muchos años, y no pasa / De un eterno corralón, / Y dicen los hombres viejos / Que allí un caudal se gastó.

Paloma: ¿Y la que recitaban el año pasado en Sentimientos de un patriota? Aquella donde le ponían cuchillos a las varas del árbol.

Pandora: ¿Y si me oye algún portugo?

Paloma: A ningún portugo le va a importar lo que cante una bonitiña cisplatina. Si nos echan las bolas como a las avestruces y después se enloquecen por casarnos con la letra s, conga. Parecemos terneras despachadas en la Recoba.

Julia: Mas no sólo el valor y la constancia / Presidir deben hoy nuestros derechos, / Otras virtudes hay, otras virtudes / Que nuestro nombre heroico hagan eterno: / Unión, sin ambición, filantropía, / Dulce fraternidad: mirad guerreros / Cuáles son los canales que derraman / El alma bien a nuestro patrio suelo! / ¿Qué males no ha causado la discordia? / Unión amigos, la amistad sagrada, / De laureles nos ciña y de trofeos!

Rafaela (parándose y corriendo hasta la ventana): ¿Volvió Pepe?

Doña Pancha: Más fácil es que vuelva el cometa.

Rafaela (como si acariciara lomos de pájaros): No. Son Petronila y Eulalia, mamá. Qué alas tan bien peinadas. ¿Tanto les gustó la música? Entonces vamos a pedirle a Julia que nos traiga trovitas todas las tardes. Como las migas para las palomas.

PRIMERA HISTORIA 3 / INT. DÍA

Juan Mendoza
: A la que tendría que mandar azotar es a vos, putarraca.

Magdalena: Vale. Y que el oficial se ponga a noticiar el bando en los postes de la plaza, como les placía hacer a los godos.

Juan Mendoza: A los godos y a Alvear y al artiguense que arrasó con los canteros.

Magdalena: ¿Y cuál es mi delito?

Juan Mendoza (arrancándole el mosquitero y la sábana a la mujer): Refocilarse con un molembo en el lecho marital.

Magdalena: Esto ya no es marital hace años, agua sucia.

Juan Mendoza: El que te tendría que azotar soy yo.

Magdalena: Y entonces el mariscalote al que vas a ofertarle a tu Inmaculada me vería mostrar los verdugones de la espalda frente a la catedral. ¿Qué diría Larrañaga?

Juan Mendoza: Yo soy un buen cristiano.

Magdalena: Pero te hacés tirar los buzios y ainda mais por Yemanjá del Mar Dulce.

Juan Mendoza: Pues en mi casa hay hambre de cariño.

Magdalena: Miseria, querrás decir.

SEGUNDA HISTORIA 3 / INT. DÍA

Doña Pancha: Sentate, Rafaela.

Rafaela (saludando con un brazo hacia la ventana): Las hiciste volar, mamá.

Julia: Yo prometo venir a tocar todas las tardes para que puedas verlas a gusto, Rafaela.

José María: Todas menos los domingos.

Rafaela (imitando un galope con las rodillas): En un caballito azul / Eulalia se fue a Parul. Lástima que desde París nos mandaron la peste. A la peste hay que matarla en Purificación.

Doña Pancha: Ahora en Purificación se florean los piratas ingleses.

Rafaela (a Julia): ¿Y no te sabés las nanas que les cantaba Martina? Son de la Gran Canaria.

Julia: No. Tendría que aprenderlas. A Martina no la veo desde que íbamos a los bailes de la Aguada.

Doña Pancha: Y Pepe que se las pelaba por volver a vestirse de cajetilla como en las mocedades, pero ya era Oficial de Resguardo.

Rafaela: Y a mí me daba bromas en la Noche de San Juan cuando todavía era párvula. Hasta que un día me trajo cedulilla de novio.

Doña Pancha: Qué pena.

PRIMERA HISTORIA 4 / INT. DÍA

Juan Mendoza entra el establo con una fusta y encuentra a Baltasar sentado con la cabeza entre las manos.

Juan Mendoza: ¿Qué te hiciste, reyuno?

El negro muestra la cara llena de bosta aunque no abre los ojos.

Juan Mendoza (después de apartarse para vomitar): No me digas que la putarraca también te ordenó que te maquillaras con bosta.

El negro abre los ojos mojados y niega con la cabeza.

Juan Mendoza: ¿A vos alguna vez se te pasó por la cabeza que ser cristiano es lo más difícil del mundo?

El negro se descuelga el mameluco y se pone de espaldas.

Juan Mendoza (agarrando bosta y pasándosela por la espalda a Baltasar): Así va a doler menos. Y te pido perdón, aunque no sirva para nada. Pero vos sos mi esclavo y yo soy esclavo de ella. No la puedo dejar de querer.

El negro se arrodilla.

Juan Mendoza (levantando la fusta): Desde ahora en adelante le tenés que seguir llevando el cognac cuando a ella se le ocurra y hacer lo que te pida. Y yo tengo que rajarte la espalda y rezarle a Jesucristo para que me ponga unos cojones y unos ojos como los tuyos.

SEGUNDA HISTORIA 4 / INT. DÍA

Rafaela: Pepe se casó con Rosalía por pena. Él siempre me quiso a mí. Traé las cartas del Polanco, Josef.

Julia: Me acuerdo que yo vi una que le mandó a doña Pancha en el 10.

Doña Pancha: No traigas nada, mandinguita.

Rafaela: Él siempre habla de Rafaela en las cartas. Con Rosalía se casó como por pena de pucho.

Pandora (parándose y mirando desorbitadamente a Paloma y a Julia): ¿Y por qué no llevamos a Josef a la cancha y se come un alfajor y un rosquete? La romería ya enfila para el Cubo.

Rafaela: ¿Volvió Pepe?

Doña Pancha: No. Los negros de Pepe bailan otro tan-tan.

Julia: Antes del cañonazo volvemos con Josef y les traemos rosquetes.

Rafaela: Mejor traigan fritanga de huevo con chorizos.

Doña Pancha (haciendo una seña espantamoscas para que no le presten atención): Vasimbora, muchachas. Limosna ni en la misa.

Josef: A mí me entran la fritanga, los alfajores, los rosquetes y la horchata.

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