una blognovela de
HUGO GIOVANETTI VIOLA
adaptada para el cine por
ÁLVARO MOURE CLOUZET
HUGO GIOVANETTI VIOLA
adaptada para el cine por
ÁLVARO MOURE CLOUZET
VIGESIMONOVENA ENTREGA
113 / ASTILLA
-Parece mentira -subió la escalera del quilombo Naná con la solera pegoteada por manchones de lluvia. -Hoy aprendí que las ratas también se escapan de los hospitales. ¿Pero cómo? ¿Todavía no bajaron al pub?
Los muchachos de la banda señalaron a Paco, que explicó imitando la perentoriedad abismal de Zitarrosa:
-Abajo se inundó.
Naná y Juana habían tenido que rastrear a los músicos en los bolichitos y rebañarlos apelotonados en la camioneta para después salir a buscar a Ojos de Plata, que ya estaba durmiendo.
-La verdad es que nosotros preferiríamos no tocar -desembuchó el bajista. -Aunque nos llamen ratas.
-Tenés razón. Porque hasta esos pobres bichos deben tener fe. Apagá la cumbia y llamá a las muchachas, Paco. ¿Hay muchas ocupadas?
-Hay dos fiestitas arriba.
-Que vengan las que puedan.
Juana y Ojos de Plata se habían quedado paradas al final de la escalera y la muchacha ciega murmuró:
-Nosotras dos podríamos cantar algo a capella.
-¿Saben lo que le dijo el Flaco Jefe a la negra antes de salir para el country? Con Dios no ofendo ni temo. ¿Por qué no suben los instrumentos, chiquilines?
-Yo ya estaba por subirlos -levantó un dedo el barman, que ahora imitaba a Zitarrosa hasta en los ataques de locura. -Pero si me ayudan es mejor.
-No. Que los traigan ellos.
Y mientras los muchachos cargaban las cajas y los estuches con desgano de caballos, las putas desocupadas se arracimaron fluoreciendo en el pórtico del corredor grande y Juana le propuso a Lucía:
-Podríamos cantar La astilla al unísono. Pero primero quisiera gritar algo.
Y subió los puños hacia el retumbar relampagueante de la claraboya y los pechos se le afilaron como pirámides:
-Yo te excomulgo, Ananké.
Entonces los músicos enchufaron y se fueron sumando de a uno a la circularidad del collage melodizado por Leonardo Regusci:
-Aquí se está llamando a las criaturas / hoy nos ha entrado una astilla. / Ya va a venir el día ponte el saco / levantemos el corazón. / Un no sé qué que que me está llamando. / A la tarde te examinarán en amor / todo para ti nada para mí. / Ya va a venir el día ponte el alma / la lavandera piensa en ti. / Ya va a venir el día ponte el sueño / la panadera piensa en ti. / Ya va a venir el día pone el cuerpo. / Ya va a venir el día ponte el sol / la llavera piensa en ti. / Un no sé qué que que me está llevando.
Y recién al final de la canción notaron que Mariana venía terminando de subir en cámara lenta y con el cráneo completamente plateado.
114 / INFORMATIVO
Antes de que empezara el velorio Naná y Juana fueron a hablar con Uriel Murro, el informativista de Canal 6. El muchacho-hombre cuarentón había visto El alma de Alfredo y les sirvió un café sin poner cara de circunstancias, aunque los grandes bigotes se le entristecieron y dulcificaron al mismo tiempo cuando murmuró:
-Esto es un asesinato disfrazado de accidente pero lo quiso Dios. Yo soy muy mal católico, pero les aseguro que esto es cosa de Dios.
-Nosotras no somos católicas y pensamos lo mismo -aclaró la muchacha. -Y yo me tomé la libertad de escribir la noticia sin retórica de obituario. Y preferiríamos que salga así o no salga.
-Todo bien. Pero no tengo más remedio que revisarla.
-Por favor.
Murro leyó varias veces las seis líneas y al final murmuró:
-Se me acaba de romper un matrimonio de veinte años.
Naná y Juana se alarmaron de reojo, y el comunicador-galán que usaba camisa encorbatada y vaqueros desteñidos al mismo tiempo se siguió confesando:
-¿Ustedes saben que en la parte más importante de la misa el cura pide Levantemos el corazón y nosotros contestamos Lo tenemos levantado hacia el Señor?
-Yo no -sonrió la muchacha. -Aunque la primera frase la canto en cada actuación, porque Leonardo la puso en un collage. Y él tampoco era católico.
-No era católico pero se confesó con el padre Fidel muy poco rato antes de que lo mataran -puntualizó Naná.
-Es verdad.
-Bueno, lo que quería decirles es que si todas las noticias estuviesen redactadas así el mundo andaría mejor. Porque esto es la verdad.
-Muchas gracias.
-Pero dejame que te explique por qué es la verdad. Yo había estado tratando durante un año de salvar mi matrimonio. Mi ex-mujer y yo. Terapia de pareja, terapia de familia, terapia personal. Y ya no tenía arreglo. Porque yo siempre fui un mujeriego vicioso como mi viejo y hasta que no me cure no voy a poder tener una pareja como la gente. Lo increíble es que recién la noche que vi El alma de Alfredo entendí que tener levantado el corazón es vivir con vuelo. Y punto. Y los que nos traicionamos nos caemos. ¿Qué les parece si primero ensayamos la noticia?
El estudio era un galponcito disfrazado por una lujosa pared de utilería, y Murro se puso un saco azul sobre el vaquero que no se veía atrás del escritorio y leyó:
-Esta madrugada murió Leonardo Regusci, cantautor fernandino de 25 años, que fue el director del primer Laboratorio de Artes que tuvo el Uruguay. Fue un Capitán del Vuelo hecho del mismo barro que Julio Herrera y Reissig y Obdulio Varela, y para conocerlo hay que conocer su trabajo. Los que se queman los dedos tratando de tapar el sol se divertían con él llamándolo Jesús de Punta del Este. Y quizás haya que agradecerles para siempre esta broma.
115 / DUCHA
Federica apagó el televisor y llamó por teléfono a J.R.:
-Hola, Dios.
-Estoy yendo para allí.
-No me mates, ¿pero sabés que al final decidí no acompañarte al aeropuerto? Y mirá que tengo puesto el vestido que me regalaste y todo. Pero no quiero ver a la Cadáver.
-Es un problema de programación, mi amor. Yo tampoco tengo ganar de verla. Y menos de despedirla haciéndome el emocionado. Pero son órdenes de producción.
-Decile a producción que estoy muerta.
-Qué pasó.
-No te preocupes, que me ducho y me dopo y esta tarde soy la mejor partenaire que vas a tener jamás en En trozos. Una Super Cadáver.
-No me digas que se murió Leonardo.
-Sí. La arquitectura divina me jodió de verdad. Maldito dijo que era casi imposible que tuviera otro aneurisma pero el divino vivía diciendo que para Dios no hay nada imposible.
-Y quién te avisó.
-Lo acabo de ver en el informativo del 6. Y lo peor es que Uriel Murro leyó una noticia que le deben haber escrito los guachos del Laboratorio. Y entonces compararon a Leonardo con Herrera y Reissig y Obdulio Varela y toda la murga de los Capitanes del Vuelo.
-Pero tomalo por el lado positivo, flaca. Tenemos la filmación.
-Sí. Pero la noticia terminaba diciendo: Los que se queman los dedos tratando de tapar el sol se divertían con él llamándolo Jesús de Punta del Este. Y quizás haya que agradecerles para siempre esta broma. Y la única que lo llamaba así era yo. ¿Entendés?
Ellos piensan que lo maté yo. ¿Entendés?
-Pero boluda: ¿tenés filmada en exclusiva la crucifixión y llorás? Le hacemos un homenaje con esos temas que quedaron inéditos y rompemos todo.
-Son míos. Y la filmación también.
-Todo bien. Pero el Rey le va a encajar un juicio al programa.
-Se lo vendo a otro programa y listo.
-No. Tranquila, mujer.
-No soy una mujer. Soy Satanás con una galante calavera mordiéndome las entrañas. ¿Entendiste?
-Ah. Por fin te reís. Ya me habías asustado, flaquita. ¿No te das cuenta que lo que más se vende en el mundo es Jesús? Andá a ducharte que yo le digo a producción que anoche te mojaste hasta la concha y si salís de mañana te engripás del todo. Y además no estoy mintiendo, porque parecías un océano.
-Puto. Me echaste uno solo.
Y después que se cortó la comunicación Federica graduó la ducha y se sentó vestida abajo y terminó enjabonándose hasta los zapatos.
116 / CANUTO
-Lo velan en la Casa de Naná -le informó el pato-lobo al dueño de El resorte. -Nosotros estábamos terminando de ayudar a apilar a dos mamados en el patrullero y de golpe vimos llegar el servicio. Y cuando supimos que el fiambre era Leonardo Regusci el Perro salió cagando a esconderse en el cante. Cree que lo mató él.
-Yo lo supe por el informativo del 6 -ladró el barman. -El enano roncó tanto que tuve que esnifar hasta quedarme duro y me vi los DVD de Floripa. Torta y memazo.
-Y a qué hora abriste.
-Les abrí a unos plancha que esperaron toda la noche a la Culo de Ballena y cuando pasaron por aquí y vieron el resplandor de la tele se pusieron difíciles.
En ese momento Franco saltó entre la heladera y el microondas y gateó hasta el mostrador agusanado por desflecamientos de tallarines que le colgaban desde el pelo a las medias:
-¿Qué le pasó a la negra?
-Nada. Pero a tu primo lo están velando en la Casa de Naná.
-Embocame un triple, Maca.
-Ya te dije que a vos no te fío más.
-Pero si yo ya estoy arriba, gil. Y además no te olvides que me queda un canuto guardado. Ahí va: un Johnnie triple y el canuto.
-Prefiero fiarte el Johnnie. ¿No lo escuchaste al Lobo? Anoche murió Leonardo Regusci.
El gnomo atinó a sacarse un bloque de tallarines del rulerío y se paró masticándolo como si fuera un pacman:
-Es joda.
-Uriel Murro acaba de pasar la noticia por la tele.
-Dicen que se cayó redondo después que tocó en bolas en el country del Rey -le rebrilló con menos lástima que diversión un colmillo podrido al Lobo: -Y para colmo en la fiesta nudista no había nadie desnudo.
-Ta. Esa cama se la hizo Federica -empezó a llorar escamosamente Franco. -Dame el canuto, Maca.
-Me pediste que te jurara que no te lo iba a dar hasta que me entregaras otro de reserva. ¿Por qué no te duchás?
-Si no me lo das me mato.
-Tranqui -se asustó el Lobo. -Tiene razón el Macaco. ¿Vas a ir así al velorio? Te llegás a dormir en la vereda y los guachos te prenden fuego.
-A mí no me tratés de Judas. Y vos dame la merca o me voy al periférico y quedo hecho hamburguesa.
-Tomá, sopa de almeja.
Entonces Franco se encerró en el baño y aspiró todo el paquete de cocaína hasta morir despatarrado en el water con una pompa arcoirisándole el bigotito igual que un chicle globero.
113 / ASTILLA
-Parece mentira -subió la escalera del quilombo Naná con la solera pegoteada por manchones de lluvia. -Hoy aprendí que las ratas también se escapan de los hospitales. ¿Pero cómo? ¿Todavía no bajaron al pub?
Los muchachos de la banda señalaron a Paco, que explicó imitando la perentoriedad abismal de Zitarrosa:
-Abajo se inundó.
Naná y Juana habían tenido que rastrear a los músicos en los bolichitos y rebañarlos apelotonados en la camioneta para después salir a buscar a Ojos de Plata, que ya estaba durmiendo.
-La verdad es que nosotros preferiríamos no tocar -desembuchó el bajista. -Aunque nos llamen ratas.
-Tenés razón. Porque hasta esos pobres bichos deben tener fe. Apagá la cumbia y llamá a las muchachas, Paco. ¿Hay muchas ocupadas?
-Hay dos fiestitas arriba.
-Que vengan las que puedan.
Juana y Ojos de Plata se habían quedado paradas al final de la escalera y la muchacha ciega murmuró:
-Nosotras dos podríamos cantar algo a capella.
-¿Saben lo que le dijo el Flaco Jefe a la negra antes de salir para el country? Con Dios no ofendo ni temo. ¿Por qué no suben los instrumentos, chiquilines?
-Yo ya estaba por subirlos -levantó un dedo el barman, que ahora imitaba a Zitarrosa hasta en los ataques de locura. -Pero si me ayudan es mejor.
-No. Que los traigan ellos.
Y mientras los muchachos cargaban las cajas y los estuches con desgano de caballos, las putas desocupadas se arracimaron fluoreciendo en el pórtico del corredor grande y Juana le propuso a Lucía:
-Podríamos cantar La astilla al unísono. Pero primero quisiera gritar algo.
Y subió los puños hacia el retumbar relampagueante de la claraboya y los pechos se le afilaron como pirámides:
-Yo te excomulgo, Ananké.
Entonces los músicos enchufaron y se fueron sumando de a uno a la circularidad del collage melodizado por Leonardo Regusci:
-Aquí se está llamando a las criaturas / hoy nos ha entrado una astilla. / Ya va a venir el día ponte el saco / levantemos el corazón. / Un no sé qué que que me está llamando. / A la tarde te examinarán en amor / todo para ti nada para mí. / Ya va a venir el día ponte el alma / la lavandera piensa en ti. / Ya va a venir el día ponte el sueño / la panadera piensa en ti. / Ya va a venir el día pone el cuerpo. / Ya va a venir el día ponte el sol / la llavera piensa en ti. / Un no sé qué que que me está llevando.
Y recién al final de la canción notaron que Mariana venía terminando de subir en cámara lenta y con el cráneo completamente plateado.
114 / INFORMATIVO
Antes de que empezara el velorio Naná y Juana fueron a hablar con Uriel Murro, el informativista de Canal 6. El muchacho-hombre cuarentón había visto El alma de Alfredo y les sirvió un café sin poner cara de circunstancias, aunque los grandes bigotes se le entristecieron y dulcificaron al mismo tiempo cuando murmuró:
-Esto es un asesinato disfrazado de accidente pero lo quiso Dios. Yo soy muy mal católico, pero les aseguro que esto es cosa de Dios.
-Nosotras no somos católicas y pensamos lo mismo -aclaró la muchacha. -Y yo me tomé la libertad de escribir la noticia sin retórica de obituario. Y preferiríamos que salga así o no salga.
-Todo bien. Pero no tengo más remedio que revisarla.
-Por favor.
Murro leyó varias veces las seis líneas y al final murmuró:
-Se me acaba de romper un matrimonio de veinte años.
Naná y Juana se alarmaron de reojo, y el comunicador-galán que usaba camisa encorbatada y vaqueros desteñidos al mismo tiempo se siguió confesando:
-¿Ustedes saben que en la parte más importante de la misa el cura pide Levantemos el corazón y nosotros contestamos Lo tenemos levantado hacia el Señor?
-Yo no -sonrió la muchacha. -Aunque la primera frase la canto en cada actuación, porque Leonardo la puso en un collage. Y él tampoco era católico.
-No era católico pero se confesó con el padre Fidel muy poco rato antes de que lo mataran -puntualizó Naná.
-Es verdad.
-Bueno, lo que quería decirles es que si todas las noticias estuviesen redactadas así el mundo andaría mejor. Porque esto es la verdad.
-Muchas gracias.
-Pero dejame que te explique por qué es la verdad. Yo había estado tratando durante un año de salvar mi matrimonio. Mi ex-mujer y yo. Terapia de pareja, terapia de familia, terapia personal. Y ya no tenía arreglo. Porque yo siempre fui un mujeriego vicioso como mi viejo y hasta que no me cure no voy a poder tener una pareja como la gente. Lo increíble es que recién la noche que vi El alma de Alfredo entendí que tener levantado el corazón es vivir con vuelo. Y punto. Y los que nos traicionamos nos caemos. ¿Qué les parece si primero ensayamos la noticia?
El estudio era un galponcito disfrazado por una lujosa pared de utilería, y Murro se puso un saco azul sobre el vaquero que no se veía atrás del escritorio y leyó:
-Esta madrugada murió Leonardo Regusci, cantautor fernandino de 25 años, que fue el director del primer Laboratorio de Artes que tuvo el Uruguay. Fue un Capitán del Vuelo hecho del mismo barro que Julio Herrera y Reissig y Obdulio Varela, y para conocerlo hay que conocer su trabajo. Los que se queman los dedos tratando de tapar el sol se divertían con él llamándolo Jesús de Punta del Este. Y quizás haya que agradecerles para siempre esta broma.
115 / DUCHA
Federica apagó el televisor y llamó por teléfono a J.R.:
-Hola, Dios.
-Estoy yendo para allí.
-No me mates, ¿pero sabés que al final decidí no acompañarte al aeropuerto? Y mirá que tengo puesto el vestido que me regalaste y todo. Pero no quiero ver a la Cadáver.
-Es un problema de programación, mi amor. Yo tampoco tengo ganar de verla. Y menos de despedirla haciéndome el emocionado. Pero son órdenes de producción.
-Decile a producción que estoy muerta.
-Qué pasó.
-No te preocupes, que me ducho y me dopo y esta tarde soy la mejor partenaire que vas a tener jamás en En trozos. Una Super Cadáver.
-No me digas que se murió Leonardo.
-Sí. La arquitectura divina me jodió de verdad. Maldito dijo que era casi imposible que tuviera otro aneurisma pero el divino vivía diciendo que para Dios no hay nada imposible.
-Y quién te avisó.
-Lo acabo de ver en el informativo del 6. Y lo peor es que Uriel Murro leyó una noticia que le deben haber escrito los guachos del Laboratorio. Y entonces compararon a Leonardo con Herrera y Reissig y Obdulio Varela y toda la murga de los Capitanes del Vuelo.
-Pero tomalo por el lado positivo, flaca. Tenemos la filmación.
-Sí. Pero la noticia terminaba diciendo: Los que se queman los dedos tratando de tapar el sol se divertían con él llamándolo Jesús de Punta del Este. Y quizás haya que agradecerles para siempre esta broma. Y la única que lo llamaba así era yo. ¿Entendés?
Ellos piensan que lo maté yo. ¿Entendés?
-Pero boluda: ¿tenés filmada en exclusiva la crucifixión y llorás? Le hacemos un homenaje con esos temas que quedaron inéditos y rompemos todo.
-Son míos. Y la filmación también.
-Todo bien. Pero el Rey le va a encajar un juicio al programa.
-Se lo vendo a otro programa y listo.
-No. Tranquila, mujer.
-No soy una mujer. Soy Satanás con una galante calavera mordiéndome las entrañas. ¿Entendiste?
-Ah. Por fin te reís. Ya me habías asustado, flaquita. ¿No te das cuenta que lo que más se vende en el mundo es Jesús? Andá a ducharte que yo le digo a producción que anoche te mojaste hasta la concha y si salís de mañana te engripás del todo. Y además no estoy mintiendo, porque parecías un océano.
-Puto. Me echaste uno solo.
Y después que se cortó la comunicación Federica graduó la ducha y se sentó vestida abajo y terminó enjabonándose hasta los zapatos.
116 / CANUTO
-Lo velan en la Casa de Naná -le informó el pato-lobo al dueño de El resorte. -Nosotros estábamos terminando de ayudar a apilar a dos mamados en el patrullero y de golpe vimos llegar el servicio. Y cuando supimos que el fiambre era Leonardo Regusci el Perro salió cagando a esconderse en el cante. Cree que lo mató él.
-Yo lo supe por el informativo del 6 -ladró el barman. -El enano roncó tanto que tuve que esnifar hasta quedarme duro y me vi los DVD de Floripa. Torta y memazo.
-Y a qué hora abriste.
-Les abrí a unos plancha que esperaron toda la noche a la Culo de Ballena y cuando pasaron por aquí y vieron el resplandor de la tele se pusieron difíciles.
En ese momento Franco saltó entre la heladera y el microondas y gateó hasta el mostrador agusanado por desflecamientos de tallarines que le colgaban desde el pelo a las medias:
-¿Qué le pasó a la negra?
-Nada. Pero a tu primo lo están velando en la Casa de Naná.
-Embocame un triple, Maca.
-Ya te dije que a vos no te fío más.
-Pero si yo ya estoy arriba, gil. Y además no te olvides que me queda un canuto guardado. Ahí va: un Johnnie triple y el canuto.
-Prefiero fiarte el Johnnie. ¿No lo escuchaste al Lobo? Anoche murió Leonardo Regusci.
El gnomo atinó a sacarse un bloque de tallarines del rulerío y se paró masticándolo como si fuera un pacman:
-Es joda.
-Uriel Murro acaba de pasar la noticia por la tele.
-Dicen que se cayó redondo después que tocó en bolas en el country del Rey -le rebrilló con menos lástima que diversión un colmillo podrido al Lobo: -Y para colmo en la fiesta nudista no había nadie desnudo.
-Ta. Esa cama se la hizo Federica -empezó a llorar escamosamente Franco. -Dame el canuto, Maca.
-Me pediste que te jurara que no te lo iba a dar hasta que me entregaras otro de reserva. ¿Por qué no te duchás?
-Si no me lo das me mato.
-Tranqui -se asustó el Lobo. -Tiene razón el Macaco. ¿Vas a ir así al velorio? Te llegás a dormir en la vereda y los guachos te prenden fuego.
-A mí no me tratés de Judas. Y vos dame la merca o me voy al periférico y quedo hecho hamburguesa.
-Tomá, sopa de almeja.
Entonces Franco se encerró en el baño y aspiró todo el paquete de cocaína hasta morir despatarrado en el water con una pompa arcoirisándole el bigotito igual que un chicle globero.
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