miércoles

PORTUÑOL Y LITERATURA


Mª JESÚS FERNÁNDEZ GARCÍA / DESDE EXTREMADURA

PRIMERA ENTREGA

1. ¿QUÉ ES EL PORTUÑOL?

Demasiadas veces se recurre al término portuñol (1) para designar cualquier tipo de interferencia entre español y portugués. Tal es así que resulta casi un estereotipo de las relaciones luso-españolas la imagen del orador (sea conferenciante, político, entrevistado, etc.) que se disculpa ante su auditorio por no manejar bien la lengua vecina, pero se decide a intentarlo para instalarse en un registro que comúnmente llamamos portuñol. El resultado es que la designación, que no es completamente peyorativa, se ha transformado en una noción comodín que igualmente sirve para caracterizar una determinada pronunciación, con realizaciones fonéticas propias de una lengua en el uso de la otra, acompañada o no de interferencias léxicas, o el calco de estructuras gramaticales de una lengua al emplear la vecina. En suma, se trata de un registro donde se hacen evidentes fenómenos todos ellos propios del contacto entre lenguas. Sin embargo, con este sentido, otro rasgo viene a definir el portuñol obligándonos a distinguirlo de los fenómenos que permiten a la dialectología o a la sociolingüística hablar de variedades de una lengua dada: su variabilidad. El portuñol, como registro espontáneo que resulta de la mezcla ocasional de español y portugués de acuerdo con unas necesidades comunicativas momentáneas, es tan diverso como los hablantes que lo practican.

En conclusión, nada tiene que ver esta noción creada y divulgada por el uso común de los hablantes con los procesos descritos desde las disciplinas lingüísticas, sea la sociolingüística, la dialectología o los estudios de contactosde lenguas (2).

En la Península Ibérica, diversos trabajos, fundamentalmente en el campo de la dialectología, han caracterizado las diferentes situaciones de contacto que se dan entre portugués y español en su amplia frontera desde Galicia hasta Andalucía (3). En lo referente a la frontera extremeña, los estudios son hoy numerosos y, en síntesis, vienen a dibujarnos una penetración de las hablas portuguesas modernas en territorio extremeño (4), con la excepción de Herrera de Alcántara y el grupo dialectal del Valle de Jálama (5), que deben sus particularidades a relaciones históricas más antiguas.

Siendo así, no podemos afirmar desde el punto de vista científico que exista portuñol como variante lingüística ni del español ni del portugués en el territorio del Estado Español, lo cual no significa que existan fenómenos muy relevantes de contacto entre las dos lenguas (6).

La situación en las fronteras del continente americano entre países de habla hispana como Uruguay, Paraguay y Argentina con Brasil, el gran coloso de habla portuguesa, es diferente, pues algunos estudios lingüísticos nos revelan la existencia de variedades dialectales resultado de la mezcla de portugués y español, y, además, con ingredientes procedentes de las lenguas indígenas, por ejemplo, el guaraní, que han dado lugar en algún caso a dialectos como los hablados en los límites entre Uruguay y Brasil, por una población del medio rural. Variedades de contacto conocidas popularmente como “fronterizo”, “portuñol”, “carimbáo” o “bayano” y designadas por los lingüistas como “dialectos portugueses del Uruguay” (DPU). Estas variedades dialectales han sido objeto de estudio desde los años setenta por investigadores como Adolfo Elizaincín Eichengerger, responsable de una gran parte de los trabajos sobre el contacto de español y portugués en la frontera uruguayobrasileña (7), quien se refiere a ellas como un sistema intermedio, con elementos específicos aunque de base preponderantemente portuguesa y gran influencia del español.

Pero, además, MERCOSUR ha creado todo un ámbito de expectativas de mutuo conocimiento más allá de las áreas de frontera, particularmente entre socios tan próximos como los señalados, que ha tenido también su reflejo en productos de “mestizaje idiomático”. Toda una serie de manifestaciones del mundo de la música y también de la literatura, marcadas sin duda por el rasgo de “populares”, han pasado a realizarse en un portuñol que resulta de la suma de determinados elementos de uno y otro idioma. Nacido como un registro popular, espontáneo y fruto de las necesidades de comunicación oral, este portuñol ha ido ganando adeptos y, con ello, consistencia. Un recorrido por la web permite comprobar las diferentes caras del fenómeno. Por un lado, el portuñol como resultado de la mezcla de las dos lenguas se presenta en algunas webs como variedad lingüística que puede aprenderse, por lo que no son raras las ofertas de cursos para hablar portuñol, con indicaciones que quieren ser reglas de transformación. Un análisis somero demuestra la simplificación de laboratorio a que son sometidas las dos lenguas y lo limitado de estas propuestas, reducidas a veces a la adaptación de un léxico coloquial, en ocasiones vulgar y sexual (8).

Pero, por otro lado, encontramos manifestaciones más encuadrables en un sistema cultural reconocible: primera edición de un libro de poemas en portuñol (Da Gusto Andar Desnudo por Estas Selvas - Sonetos Salvajes) (9) debido al poeta brasileño Douglas Diegues; música en portuñol de Manu Chao, del grupo brasileño Os Magnéticos, entre otros; o, incluso, exposiciones conjuntas y festivales de artistas plásticos de esta área geográfica, donde se habla de un “lenguaje portuñol”, no ya en el sentido de un idioma mestizo, sino como “fusión de culturas”, las argentina, paraguaya, uruguaya y brasileña (10).

A diferencia de los DPU, este portuñol de nuevo cuño, que tiene en la red una inmensa área de difusión, parece surgir en términos simbólicos y de representación lingüística con una impronta de transgresión frente a las políticas lingüísticas homogeneizadoras de los respectivos estados y como expresión de una nueva identidad grupal que lo prestigia. El alcance de este fenómeno está por verse (11).

Volviendo a las fronteras hispánicas, la constatación es que no hay una cultura fronteriza en Extremadura que se exprese en portuñol. Como decíamos, apenas podemos considerar éste como resultado de un uso oral espontáneo que fundamentalmente mezcla léxico de una lengua con el de la otra, dependiendo del conocimiento de cada hablante. Si bien existió desde siempre, y a pesar de la frontera política, todo un sistema de relaciones sociales, culturales y humanas entre los pueblos que habitaban a uno y otro lado de la raya, la promoción (y recuperación) de la cultura rayana así como la organización de actividades culturales conjuntas entre Extremadura y Portugal son, en comparación, iniciativas relativamente recientes (12). La única consecuencia lingüística que puede señalarse de este entramado inmemorial de contactos sociales es el bilingüismo. Si concebimos éste como situación en que el mismo hablante puede manejar una segunda lengua, no apenas comprenderla, el fenómeno sería más frecuente entre los vecinos de las localidades portuguesas.

Aunque no hay estudios relativos a este bilingüismo de frontera, es de fácil constatación el conocimiento del español que demuestran los habitantes de localidades como Elvas, Estremoz, Campomaior, Portalegre o Castelo Branco que, por razones laborales, deben mantener contactos con españoles (13).

El bilingüismo entre españoles, dejando a un lado las poblaciones extremeñas con presencia histórica de hablantes de portugués, ofrece en comparación con un saldo inferior (14). Sin duda, puede atribuirse al bilingüismo, ya sea entendido de forma estricta como la capacidad de uso de dos lenguas, o ya sea de forma amplia, limitado a una capacidad de comprensión, una función bloqueadora al hacer innecesaria la aparición de una lengua de tránsito, una variante del español o del portugués, que permitiese la comunicación entre lusos e hispanohablantes.
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Notas

(1) El término no aparece en diccionarios españoles como el DRAE; está incluido en algunos portugueses como el brasileño de Aurélio Buarque de Holanda (Río de Janeiro, Editora Nova Frontera, 1999), antecedido por la abreviatura Burl. (burlesco) y definido en primera acepción como “O resultado da mistura dos códigos (q. v.) português e español”, la segunda y la tercera se refieren siempre al uso idiomático de un hablante portugués que no domina el español: “2. No aprendizado do espanhol por um falante nativo de português, nivel de interlingua bem distante dalingua-alvo”.
(2) ELIZAICÍN, Adolfo: “Dialectología de los contactos: un ensayo metodológico”, Anuário de Letras, vol. XXXVI, 1988.
(3) La bibliografía supera los propósitos de este artículo, por lo que sirve apenas como botón de muestra: Maia Clarinda de Azevedo: Os falares Fronteiriços do Concelho do Sabugal e da Vizinha Regiâo de Xalma e Alamedilla. Suplemento IV de la Revista Portuguesa de Filología, 1977; Mª Victoria Navas Sánchez-Elez: “El barranqueño: un modelo de lenguas en contacto”, Revista de Filología Románica, 9, pp. 225-246 y “El barranqueño y el fronterizo en contraste”, Anuario de Lingüística Hispánica, 10, pp. 267-281; Santos, María José de Moura: “Os falares fronteiriços de Tras-os-Montes”, Revista Portuguesa de Filología, vol. XII, 1967; Vilhena, María da Conceiçao: Falares de Herrera e Cedillo, Mérida, Gabinete de Iniciativas Transfronterizas, 2000.
(4) En relación a la frontera extremeña y dejando al margen el dialecto del Valle de Jálama que, como es sabido, tiene un origen galaico-portugués medieval, (vid. CARRASCO-GONZÁLEZ, Juan M.: “Hablas o dialectos portugueses o galaico-portugueses en Extremadura (Parte II y última: Otras hablas fronterizas. Conclusiones), Anuario de Estudios Filológicos, XX, 1997, pp. 61-79: “La frontera lingüística hispano-portuguesa en la provincia de Badajoz”, Revista de Filología Románica, XVIII, 2001, pp. 139-158; “Cá no Alentejo: a lingua portuguesa em La Codosera”, Anuario de Estudios Filológicos, XXVII, 2004, pp. 13-21.
“Se trata de hablas portuguesas modernas, con una mayor semejanza a la variante beirona al Norte (en Cedillo) o pertenecientes de forma plena a las hablas alentejanas del Sur (zona fronteriza de La Codosera). Verificamos una progresión continua entre ambas variantes que ocupa toda la campiña de Valencia de Alcántara, por lo que podemos caracterizar a estas hablas como pertenecientes aun dialecto de transición entre el Peirano y el norte-alentejano (…) El portugués hablado en este grupo dialectal es el mismo que se habla en las pequeñas localidades portuguesas más próximas, sin más diferencias que la aparición de algún castellanismo léxico de forma esporádica.” (CARRASCO GONZÁLEZ, Juan M.: “Los asentamientos alentejanos en la frontera extremeña en el siglo XX: pervivencia y desarrollo de las hablas portuguesas en Extremadura”. O Pelourinho. Boletín de Relaciones Transfronterizas (número extraordinario), 1996, p. 75).
(5) “Herrera de Alcántara posee un portugués arcaico, con rasgos propios del siglo XVI o de la Edad Media que se mezclan con una reciente influencia del español moderno” (Carrasco: 1996, p.77), también en María Conceiçaô Villena: Falares de Herrera e Cedillo, Mérida, Gibinete de Iniciativas Transfronterizas, 2000.
(6) Como los que se dan en el dialecto de Barrancos. Pueden verse trabajos como los de Mª Victoria Navas Sánchez-Eles citados en nota 3.
(7) ELIZAICÍN, Adolfo: “algunos aspectos de la sociolingüística del dialecto fronterizo”, Temas de Lingüística, 3, Universidad de la República, 1973, “Historia del español en el Uruguay”, Historia y presente del español de América, C. Hernández Alonso (coord.), Junta de Castilla-León, Pabecal, 1992, pp. 743-58; Adolfo Elizaicín y Gabriela Barrios: “Algunas características del español rural uruguayo: primera aproximación”, Iberorromania, 30, 1989, pp. 63-69: A. Elizaicín, L. E. Behares y G. Barrios: Nos falemo brasilero. Dialectos portugueses en el Uruguay, Montevideo, Amesur, 1987; Gabriela Barrios y B. Gabián: “La españolización de los dialectos portugueses del Uruguay. Un estudio léxico”, in G. Barrios, A. Beretta y M. Dotta (comps.): Estudios humanísticos en memoria a Guido Zannier, Montevideo, Universidad de la República, 1998, pp. 49-69; Hensey Fritx G. “Spanish, Portuguese and Fronteirico: Languages in contact in Northern Uruguay”, Internacional Journal of the Sociology of Literatura, 1982, pp. 9-23; José Pedro Roña, La frontera lingüística entre el portugués y el español en el Norte de Uruguay, Porto Alegre, Champagnat, 1963.
(8) www.portunhol.art.br/wiki ; blog.lacuevaelmirlo. net son algunas de esta páginas. Así en uno de estos cursos, en el nivel básico, se proponen algunas de estas reglas del portuñol como el cambio de “o” por “lo”, “a” por “la”, “nós” por nosotros, “v” siempre por “b”.
(9) Paranás, Editora Travessa dos Editores, 2003.
(10) Noticias que pueden verse en páginas web como www.mileniodiario.com, página de Unidad en la diversidad. Portal informativo sobre la lengua española, www.clarin.com
(11) El pasado día 13 de octubre fue la fecha elegida para la celebración de “Lo dia internacional de hablarse portunhol” entre internautas de Sudamérica.
(12) En este sentido es obligado destacar el papel desarrollado por el Gabinete de Iniciativas Transfronterizas de la Junta de Extremadura, que, desde finales de los noventa, viene apoyando todo tipo de iniciativas que tengan como objeto la colaboración entre entidades de uno y otro lado de la frontera. El GIT es además responsable de toda una serie editorial dedicada a las relaciones luso-españolas que no tiene parangón en ninguna otra comunidad autónoma del Estado Español.
(13) Así lo constata también Clarinda de Azevedo Maia en “Fronteras del español: aspectos históricos y sociolingüísticos del contacto con el portugués en la frontera territorial” (III Congreso Internacional de la Lengua Española. El español en la sociedad de la información. Consultado en la página web del Instituto Cervantes).
(14) Situación que sin duda se ha modificado en las últimas décadas como demuestran el interés que la lengua portuguesa despierta en la región, mesurable en el número de alumnos que hoy estudian portugués en diferentes instituciones de enseñanza: universidad, escuela de idiomas, universidades populares, cursos del Gabinete de Iniciativas Transfronterizas, algunos centros de enseñanza secundaria, etc.
(15) Esta consideración está presente en trabajos que, como el nuestro, abordan en los textos literarios las pruebas de usos lingüísticos reales. Así Gerardo A. Lorenzino en “La inmigración y el trueque lingüístico en el Buenos Aires finisecular” (Anuario de Lingüística Hispánica, vol. XII-XIII, 1996-1997, pp. 369-385) advierte: “El lenguaje literario sólo ocasionalmente es copia exacta del lenguaje real. Los estereotipos abundan y muchas veces terminan reemplazando la forma y el sentido de la verdadera voz humana. Pues bien, una situación tan variable como la del contacto lingüístico, cualquiera sean las lenguas y las circunstancias que la condicionen, no es impune a imprecisiones aún mayores.” (p. 374)
(16) AÍNSA, Fernando: Del canon a la periferia: encuentros y transgresiones en la literatura uruguaya, Montevideo, Trilce, 2002. Edición digital en la Biblioteca Virtual Miguel de Cervantes (www.cervantesvirtual.com)

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