una blognovela de
HUGO GIOVANETTI VIOLA
adaptada para el cine por
ÁLVARO MOURE CLOUZET
HUGO GIOVANETTI VIOLA
adaptada para el cine por
ÁLVARO MOURE CLOUZET
SEXTA ENTREGA
21 / LAS GUIÑADAS
Leonardo volvió de Maldonado a mediodía y encontró a Federica y a Franco sentados en el auto color lagarto de la productora.
-Acabo de decirle que no podías tardar -le contrabandeó una guiñada el hombre caricaturesco al muchacho de rastas rembrandtianas. -¿Vamos a tomar unos mates? ¿Cómo te fue en la Torre?
Leonardo chuequeó casi corriendo por el jardincito ruinoso de la casona y apenas entraron se sacó el sobretodo y se puso a revolver en unos baúles llenos de libros hasta jadear:
-¿Vos tenés aquel ensayo sobre la proporción áurea que había estudiado tu viejo en la facultad?
-¿El de Tosto? Puede ser.
-Aquí está. Otro milagro subterráneo.
Federica le aceptó una pitada de yerba a Franco y espantó la polvareda con más dulzura que resignación:
-Yo también di a Tosto en el liceo. Y la joda es que los pibes ahora miran las proyecciones como si fueran diseños. Me acuerdo que lo que a mí me enloquecía eran los ritmos dinámicos curvilíneos producidos por las construcciones geométricas. Salvé el último examen con eso.
-¿Y al final cómo te fue en la trinchera, León?
-Se me ocurrieron espirales intertextuales para todos los arreglos. Disculpame la demora, Federica. Pero valió la pena. Y hoy igual podemos meter más voces porque la penetración de la Costilla Celeste la tenemos que ir mapeando con Juana. Después les explico bien. El milagro es la relocalización en la Torre y la entrada horizontal del odio a Dios. Lo que nos faltaba era pelear visiblemente contra eso. ¿No ponés la segunda de Mendelssohn, Franco?
-¿Y si primero compramos bizcochos?
Entonces la productora corcoveó una ráfaga escotadísima de estornudos y sacó quinientos pesos del bolso:
-Traeme cuatro croissants rellenos de jamón. Y ahora disculpame vos a mí, divino: pero estos retoques de último momento me ponen muy histérica. ¿Qué le pensás meter? ¿Poesía?
-Tené fe.
-Tengo miedo.
-No te olvides que Dios nunca hace: hace hacer. Y nosotros vamos a depositar la completud del dueño en su morada y a estructurar la Purificación de una cultura triste. Ahora necesito mear.
El hombrecito esperó a que se escuchara el cierre del pestillo del baño y le contrabandeó una guiñada a Federica:
-Dejalo que la siga llamando la Costilla Celeste. Pero ya te dije que es más negra que la concha de Dios.
22 / CARNE MAL SOÑADA
Juana subrayó con un dedo-cuchillo un poema de Mariana Ventura titulado Restos de aquella carne y lo releyó en voz alta:
viernes y abre la puerta / un pedazo de hombre / restos de aquella carne mal soñada / me saludan / viernes y no sabe todavía / si rascarse el pie derecho / secarse los labios con la propia lengua / sacarse quizás los lentes desencajados del mediodía de la cara / apoyarse los dedos en el mes de su propio olvido
testigo / de su sonrisa alucinada bajo la gordura de una boca / ha venido a meterla en el sexo de su yegua enferma / hoy era viernes / y no sabe todavía / que el animal lamenta su hermosura / por la espera / por la cópula de los lobos / por el degüello de una gallina en su nido / viernes / sí / y no ha sabido / cómo rehacerle la carne amasijada / cómo darle de su vino y / entreverarle las ancas con su pelo de comadreja
viernes / y la han desmembrado poco a poco / todos los hombres del mundo incrustados / en ese único hombre / que ha vuelto a su tierra
-Es la biopsia más perfecta de la yerra del machaje que podemos ponerle a un asado for export -clavó el enrulamiento griego en la claraboya que daba al jardín la muchacha. -Y vos decís de seccionar el poema a lo largo del disco.
-Una negritud horizontal entrando como aquel faro de El otoño del patriarca. Y con progresión áurea.
-Aunque eso sería mucho más Virginia Woolf que García Máquez. Y tendríamos que ver los grados de evolución proporcional que analiza ese famoso Tosto.
-Esperate que vengan los Curotto.
-¿No me leés el primer poema? Pero no me preguntes por qué lloro.
-esta manzana me hunde en la cabeza -desarrugó como pudo la página muy manchada de vino Leonardo- arena / almíbar / alma / un corazón que se tuerce bajo mi lengua / o en su cuerpo chorreándome la pequeña sangre / esta manzana es un derrame multiplicado / de mis números muertos / en mitad de la cópula sobre la mesa / sólo su ojo sabe que tanta belleza me hace mal / sólo su cáscara muerta sabe / que tanto gusano nos cabe entre los brazos
-Seba quiere irse a Buzios todo febrero. Se está maileando con un brasuca que nos va a enseñar a editar los buceos de los gringos y después tendríamos chance de hacer un curso profesional en Río.
-Te va a dar el tiempo perfectamente.
-Pero ayer cuando salimos del estudio fui a buscar un resultado y terminé haciéndome un aborto sin que él supiera nada.
Entonces Leonardo Regusci se mantuvo agachado y ojicerrado un rato largo y de golpe saltó como una rana para besarle un tobillo a la muchacha que dejaba que el llanto le culebreara hasta azularle interiormente las cumbres de la blusa:
-Hacé de cuenta que la baraja se te voló, Juanita. Ya va a aparecer.
-Hay gente que no va a entendernos jamás.
-La vida no se mancha.
23 / EL COÁGULO
-Pero esto es una síntesis perfecta de lo que damos en otros talleres -marcó el subrayado de la página 14 de Tosto el Curotto chico. -El hombre es un animal vertical, contempla y construye verticalmente, se sitúa espontáneamente en el eje de las cosas que lo rodean y así descubre la Simetría y también la Asimetría: relaciona los tamaños, sus equivalencias, las Medidas y las Proporciones de esas Diferencias. La Proporción es la RELACIÓN de dos medidas diferentes; de ello dedujo el número que representa y descubre la PROPORCIÓN ÁUREA, y por ella, la manera de recomponer la naturaleza, en las obras de su imaginación. El número par produce simetría, que es ritmo igual, monótono; el número impar produce asimetría, ritmo discontinuo, variado, inestable. El Número de Oro produce equilibrio armónico de proporciones perpetuas. La proporción áurea es el EQUILIBRIO DE LAS DIFERENCIAS. Es además, mesura, economía, simpleza. El ritmo es una especie de secuencia de espacios, fraccionando magnitudes áureas. En las obras de arte, el número, el tiempo, el movimiento, están estáticos, como un fragmento de eternidad cristalizada, para que duren estas aventuras plásticas del hombre.
-A mí me contaron en la Sondor que cuando el Darno se emperró en recitar la Balada de la muerte del juglar casi se va a la mierda el Zurcidor, también -carcajeó sin ganas Franco. -En el anterior había sido una pelea porque no le quisieron meter un pedacito de Penny Lane en el tema de Chaplin.
-Pero eso es lo más desequilibrante de todo el disco y es el único cráter que supura -buscó las gráficas de tres espirales enclavadas en cuadrados básicos Leonardo. -Es la astilla kierkegaardiana que yo quiero extirpar. O mejor dicho: cristalizar en un coronamiento pinchudo y urobórico. El problema es el traslado de lo plástico a lo musical. Porque la figura 50 es la única que te peina renacentistamente. La 51 es más manierista que el Zurcidor y el barroco de la 52 no se puede aplicar por el voluterío.
-Permiso -arrastró una chuequera lastimosa Juana hasta el baño. -La próxima vez que me vean comer muzzarella háganme acordar que hay diablo.
-Che, Flaco Jefe: mirá que Federica oye hablar de la penetración mapeada de la Costilla Celeste y se hace la intelectual pero no entiende un pomo. Mejor ni le contés lo del poema.
Entonces Juana los hizo saltar tirando de la cisterna como si quisiera guillotinar todo el palabrerío del mundo y esperó que volviera a llenarse y la accionó otras tres veces con más desesperación descangayante hasta que a Franco se le perló el bigotito:
-¿Precisás algo, flaca?
-¿Alguien alguna vez vio un coágulo más grande que una albóndiga? Y no se quiere hundir.
-Pa. A mí novia le pasó eso -apoyó una palidez más conmovida que asqueada en el platillo el Curotto grande.
Leonardo Regusci señaló una tríada de espirales de dos centros y suspiró:
-Esto nos puede dar un trabajo espantoso.
24 / TANNAT
-Recapitulemos, León de Maracaná -se frotó la pelada muy sudorosa el ingeniero del estudio de grabación. -En el ritmo de la figura 50 cada espiral está en relación áurea recíproca con la anterior o la posterior, lo que nos permitiría una adecuación perfecta del poema a las canciones.
-Pero sin horadación tridimensional ni siquiera renacentista. No vendríamos mucho más acá de Piero Della Francesca.
-Y en la 51 cada sector de arco sucesivo tiene su centro en el punto áureo opuesto del triángulo.
-Lo que hace caracolear el sistema puntiagudamente pero rompe las cúpulas lunares. Quedan apenas focos manieristas.
El ingeniero sobrenombrado Tannat era petiso y rechoncho y consumía sesenta cigarrillos diarios, cuatro botellas de Don Pascual tinto y medio inhalador de Ventolin. Ya ni siquiera era capaz de requebrar toses largas.
-La joda es que el preciosísimo barroco de la 52 parece inadaptable a no ser que hagamos cinco discos juntos como Calamaro y tampoco sería la solución -se despatarró en el suelo de la cabina Leonardo Regusci.
-¿Un traguito?
-No, gracias. Eso para mí es arena caliente.
-Mucho mejor. Lo tengo medidísimo. Ah, mirá que la que te dije llamó antes que llegaras porque trae a un contratista español que quiere escuchar algo.
-Entonces rajale un pedo con olor a uva chinche, gordo.
-Y vos dejate de joder con el vuelo completo y grabá un tercer disquito pipicucú y después seguís tranquilo.
-Te juego un ping pong tanático.
-A esta hora recién estoy desayunando con el frutado de la primera botella. Y no sé cuántas les quedaban en el super de la esquina.
-Te repongo tres. Dale.
Entonces el hombre-globo sacó dos Don Pascual de abajo de la consola y los besó:
-Un exceso nos puede compensar con sabiduría, muchachos.
-La única sabiduría que se puede ofrecer es llegar a la orilla del azul imposible y hacer señas lunares.
-Si tomás a ese ritmo no te puedo seguir.
-No me podés seguir. Ese azul imposible que suena tan estúpido es el reverso de la desesperación. Tiene muy poco que ver con la esperanza y la felicidad y la paz y la recontraputísima madre de la recontraputa madre que los recontra parió a todos los que sueñan con tragarse la luna.
-A mí no me suena estúpido.
-El único problema es que el que pregunta por la salvación no puede concebirla. Se llega sin preguntar.
-Dos botellas perdidas.
21 / LAS GUIÑADAS
Leonardo volvió de Maldonado a mediodía y encontró a Federica y a Franco sentados en el auto color lagarto de la productora.
-Acabo de decirle que no podías tardar -le contrabandeó una guiñada el hombre caricaturesco al muchacho de rastas rembrandtianas. -¿Vamos a tomar unos mates? ¿Cómo te fue en la Torre?
Leonardo chuequeó casi corriendo por el jardincito ruinoso de la casona y apenas entraron se sacó el sobretodo y se puso a revolver en unos baúles llenos de libros hasta jadear:
-¿Vos tenés aquel ensayo sobre la proporción áurea que había estudiado tu viejo en la facultad?
-¿El de Tosto? Puede ser.
-Aquí está. Otro milagro subterráneo.
Federica le aceptó una pitada de yerba a Franco y espantó la polvareda con más dulzura que resignación:
-Yo también di a Tosto en el liceo. Y la joda es que los pibes ahora miran las proyecciones como si fueran diseños. Me acuerdo que lo que a mí me enloquecía eran los ritmos dinámicos curvilíneos producidos por las construcciones geométricas. Salvé el último examen con eso.
-¿Y al final cómo te fue en la trinchera, León?
-Se me ocurrieron espirales intertextuales para todos los arreglos. Disculpame la demora, Federica. Pero valió la pena. Y hoy igual podemos meter más voces porque la penetración de la Costilla Celeste la tenemos que ir mapeando con Juana. Después les explico bien. El milagro es la relocalización en la Torre y la entrada horizontal del odio a Dios. Lo que nos faltaba era pelear visiblemente contra eso. ¿No ponés la segunda de Mendelssohn, Franco?
-¿Y si primero compramos bizcochos?
Entonces la productora corcoveó una ráfaga escotadísima de estornudos y sacó quinientos pesos del bolso:
-Traeme cuatro croissants rellenos de jamón. Y ahora disculpame vos a mí, divino: pero estos retoques de último momento me ponen muy histérica. ¿Qué le pensás meter? ¿Poesía?
-Tené fe.
-Tengo miedo.
-No te olvides que Dios nunca hace: hace hacer. Y nosotros vamos a depositar la completud del dueño en su morada y a estructurar la Purificación de una cultura triste. Ahora necesito mear.
El hombrecito esperó a que se escuchara el cierre del pestillo del baño y le contrabandeó una guiñada a Federica:
-Dejalo que la siga llamando la Costilla Celeste. Pero ya te dije que es más negra que la concha de Dios.
22 / CARNE MAL SOÑADA
Juana subrayó con un dedo-cuchillo un poema de Mariana Ventura titulado Restos de aquella carne y lo releyó en voz alta:
viernes y abre la puerta / un pedazo de hombre / restos de aquella carne mal soñada / me saludan / viernes y no sabe todavía / si rascarse el pie derecho / secarse los labios con la propia lengua / sacarse quizás los lentes desencajados del mediodía de la cara / apoyarse los dedos en el mes de su propio olvido
testigo / de su sonrisa alucinada bajo la gordura de una boca / ha venido a meterla en el sexo de su yegua enferma / hoy era viernes / y no sabe todavía / que el animal lamenta su hermosura / por la espera / por la cópula de los lobos / por el degüello de una gallina en su nido / viernes / sí / y no ha sabido / cómo rehacerle la carne amasijada / cómo darle de su vino y / entreverarle las ancas con su pelo de comadreja
viernes / y la han desmembrado poco a poco / todos los hombres del mundo incrustados / en ese único hombre / que ha vuelto a su tierra
-Es la biopsia más perfecta de la yerra del machaje que podemos ponerle a un asado for export -clavó el enrulamiento griego en la claraboya que daba al jardín la muchacha. -Y vos decís de seccionar el poema a lo largo del disco.
-Una negritud horizontal entrando como aquel faro de El otoño del patriarca. Y con progresión áurea.
-Aunque eso sería mucho más Virginia Woolf que García Máquez. Y tendríamos que ver los grados de evolución proporcional que analiza ese famoso Tosto.
-Esperate que vengan los Curotto.
-¿No me leés el primer poema? Pero no me preguntes por qué lloro.
-esta manzana me hunde en la cabeza -desarrugó como pudo la página muy manchada de vino Leonardo- arena / almíbar / alma / un corazón que se tuerce bajo mi lengua / o en su cuerpo chorreándome la pequeña sangre / esta manzana es un derrame multiplicado / de mis números muertos / en mitad de la cópula sobre la mesa / sólo su ojo sabe que tanta belleza me hace mal / sólo su cáscara muerta sabe / que tanto gusano nos cabe entre los brazos
-Seba quiere irse a Buzios todo febrero. Se está maileando con un brasuca que nos va a enseñar a editar los buceos de los gringos y después tendríamos chance de hacer un curso profesional en Río.
-Te va a dar el tiempo perfectamente.
-Pero ayer cuando salimos del estudio fui a buscar un resultado y terminé haciéndome un aborto sin que él supiera nada.
Entonces Leonardo Regusci se mantuvo agachado y ojicerrado un rato largo y de golpe saltó como una rana para besarle un tobillo a la muchacha que dejaba que el llanto le culebreara hasta azularle interiormente las cumbres de la blusa:
-Hacé de cuenta que la baraja se te voló, Juanita. Ya va a aparecer.
-Hay gente que no va a entendernos jamás.
-La vida no se mancha.
23 / EL COÁGULO
-Pero esto es una síntesis perfecta de lo que damos en otros talleres -marcó el subrayado de la página 14 de Tosto el Curotto chico. -El hombre es un animal vertical, contempla y construye verticalmente, se sitúa espontáneamente en el eje de las cosas que lo rodean y así descubre la Simetría y también la Asimetría: relaciona los tamaños, sus equivalencias, las Medidas y las Proporciones de esas Diferencias. La Proporción es la RELACIÓN de dos medidas diferentes; de ello dedujo el número que representa y descubre la PROPORCIÓN ÁUREA, y por ella, la manera de recomponer la naturaleza, en las obras de su imaginación. El número par produce simetría, que es ritmo igual, monótono; el número impar produce asimetría, ritmo discontinuo, variado, inestable. El Número de Oro produce equilibrio armónico de proporciones perpetuas. La proporción áurea es el EQUILIBRIO DE LAS DIFERENCIAS. Es además, mesura, economía, simpleza. El ritmo es una especie de secuencia de espacios, fraccionando magnitudes áureas. En las obras de arte, el número, el tiempo, el movimiento, están estáticos, como un fragmento de eternidad cristalizada, para que duren estas aventuras plásticas del hombre.
-A mí me contaron en la Sondor que cuando el Darno se emperró en recitar la Balada de la muerte del juglar casi se va a la mierda el Zurcidor, también -carcajeó sin ganas Franco. -En el anterior había sido una pelea porque no le quisieron meter un pedacito de Penny Lane en el tema de Chaplin.
-Pero eso es lo más desequilibrante de todo el disco y es el único cráter que supura -buscó las gráficas de tres espirales enclavadas en cuadrados básicos Leonardo. -Es la astilla kierkegaardiana que yo quiero extirpar. O mejor dicho: cristalizar en un coronamiento pinchudo y urobórico. El problema es el traslado de lo plástico a lo musical. Porque la figura 50 es la única que te peina renacentistamente. La 51 es más manierista que el Zurcidor y el barroco de la 52 no se puede aplicar por el voluterío.
-Permiso -arrastró una chuequera lastimosa Juana hasta el baño. -La próxima vez que me vean comer muzzarella háganme acordar que hay diablo.
-Che, Flaco Jefe: mirá que Federica oye hablar de la penetración mapeada de la Costilla Celeste y se hace la intelectual pero no entiende un pomo. Mejor ni le contés lo del poema.
Entonces Juana los hizo saltar tirando de la cisterna como si quisiera guillotinar todo el palabrerío del mundo y esperó que volviera a llenarse y la accionó otras tres veces con más desesperación descangayante hasta que a Franco se le perló el bigotito:
-¿Precisás algo, flaca?
-¿Alguien alguna vez vio un coágulo más grande que una albóndiga? Y no se quiere hundir.
-Pa. A mí novia le pasó eso -apoyó una palidez más conmovida que asqueada en el platillo el Curotto grande.
Leonardo Regusci señaló una tríada de espirales de dos centros y suspiró:
-Esto nos puede dar un trabajo espantoso.
24 / TANNAT
-Recapitulemos, León de Maracaná -se frotó la pelada muy sudorosa el ingeniero del estudio de grabación. -En el ritmo de la figura 50 cada espiral está en relación áurea recíproca con la anterior o la posterior, lo que nos permitiría una adecuación perfecta del poema a las canciones.
-Pero sin horadación tridimensional ni siquiera renacentista. No vendríamos mucho más acá de Piero Della Francesca.
-Y en la 51 cada sector de arco sucesivo tiene su centro en el punto áureo opuesto del triángulo.
-Lo que hace caracolear el sistema puntiagudamente pero rompe las cúpulas lunares. Quedan apenas focos manieristas.
El ingeniero sobrenombrado Tannat era petiso y rechoncho y consumía sesenta cigarrillos diarios, cuatro botellas de Don Pascual tinto y medio inhalador de Ventolin. Ya ni siquiera era capaz de requebrar toses largas.
-La joda es que el preciosísimo barroco de la 52 parece inadaptable a no ser que hagamos cinco discos juntos como Calamaro y tampoco sería la solución -se despatarró en el suelo de la cabina Leonardo Regusci.
-¿Un traguito?
-No, gracias. Eso para mí es arena caliente.
-Mucho mejor. Lo tengo medidísimo. Ah, mirá que la que te dije llamó antes que llegaras porque trae a un contratista español que quiere escuchar algo.
-Entonces rajale un pedo con olor a uva chinche, gordo.
-Y vos dejate de joder con el vuelo completo y grabá un tercer disquito pipicucú y después seguís tranquilo.
-Te juego un ping pong tanático.
-A esta hora recién estoy desayunando con el frutado de la primera botella. Y no sé cuántas les quedaban en el super de la esquina.
-Te repongo tres. Dale.
Entonces el hombre-globo sacó dos Don Pascual de abajo de la consola y los besó:
-Un exceso nos puede compensar con sabiduría, muchachos.
-La única sabiduría que se puede ofrecer es llegar a la orilla del azul imposible y hacer señas lunares.
-Si tomás a ese ritmo no te puedo seguir.
-No me podés seguir. Ese azul imposible que suena tan estúpido es el reverso de la desesperación. Tiene muy poco que ver con la esperanza y la felicidad y la paz y la recontraputísima madre de la recontraputa madre que los recontra parió a todos los que sueñan con tragarse la luna.
-A mí no me suena estúpido.
-El único problema es que el que pregunta por la salvación no puede concebirla. Se llega sin preguntar.
-Dos botellas perdidas.
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