(el caso de las brujas siamesas)
folletín policial y de magia negra de
HUGO GIOVANETTI VIOLA
folletín policial y de magia negra de
HUGO GIOVANETTI VIOLA
DECIMONOVENA ENTREGA
37 OMELETTE
Después volví solo al cucho y me tiré a rumiar míseramente el caso de las mefistófelas divinas y los pastores envenenados, pero no tenía ganas ni de escuchar a Kremer y terminé demolido por una pesadilla donde la futura primera dama uruguaya me torturaba resoplándome una pleamar saturada por porquerías infrahumanas apenas descifrables y no podía emerger aunque me sentía despierto y demoré dos horas exactas en desenchastrarme un poco el alma y sentarme murmurando:
-Voy a tener que perdonar de todo corazón a la lacra trepadora o reviento, Señor.
Después tomé mate en paz y lo único que me latía en el tercer ojo era Venus adiamantada entre la constelación de los deseos profundos de todo el universo y terminé contándole a la Virgen que mi esposa se llamaba Isabel aunque le decíamos Chela y cuando amaneció me decidí a ir ver su tumba por primera vez en mis vidas.
-Magdalenas -me senté en un callejón todavía fresco del cementerio del Buceo a recitarle un texto que esculpí mentalmente en el ómnibus. -Tres veces se posó la cara de la Virgen / sobre mi soledad. / Y adoré la tristeza. / Sin esas tres muchachas / que contemplaron lo alto de mi cruz / no sería un Hombre Nuevo. Pero la única mujer obligada a comerse las sobras de mi corazón fuiste vos, Chela. Y quería agradecértelo. Nunca estuve ni estaré enamorado de otra.
Después visité La piedad de Yepes y al salir contemplé desde la puerta las dulcísimas cumbres de los jacarandás que azulaban nuestros nichos y sentí que había nacido sabiendo que lo eterno es más fuerte que la desgracia. Y que la gran caída en el agujero cósmico es simplemente no aceptar que la vida está bien hecha.
-Se quedó sin vecinas -me recibió barriendo el apartamento de las pirujas un veterano muy parecido a Onetti que cuida el ex-palacio art-déco.
Y curvó la trompa caballuna en dirección a un jedor de caramelo quemado diferente al de los flanes:
-La enana le dejó un regalito en la sartén. Le aconsejo que no lo mire, si quiere comer tranquilo los bizcochos.
-No me diga que fritó las hormigas con miel.
-Justamente. Lo único que lamento es que Discepolín no haya llegado a conocer esta clase de omelettes.
-¿Y ya tenían fecha para irse?
-No. Les quedó el mes pago. Pero hoy aparecieron a buscarlas un negro gigantesco y la muchacha que yiraba disfrazada de monja. Enseguida que usted salió. Y al final se armó una gritería espantosa y cuando ya estábamos en el zaguán la tal Magui se pone loca y le escupe la cara al negro y los manda a todos a la mierda y se queda llorando sentada en el cordón de la vereda. Y yo la oía llorar desde la administración y no sabía qué hacer. Al final se fue sola.
-Pobrecita, carajo.
Entonces subí a almorzar una docena de bizcochos con mate y me tiré a dormir un rato. Pero antes le puse las balas a la 32.
38 TUYA
No me puedo acordar de lo que soñé en la siesta, y después de afeitarme cantando Maquillaje me forcé a no revisar el correo ni a palos porque sabía perfectamente lo que podía encontrar. Y otra cosa que adiviné fue que los golpecitos alborotadores del mariposerío estomacal iban a coincidir con las cuatro campanadas.
-Ah. Pensé que ya te habías ido -plegó las rodillas la Nena mientras la blusa se le abuchonaba con un leve jorobamiento que me hizo imaginarme los muñones de las alas: -¿No abriste la compu?
-No. Y ya me iba para Florida.
-¿Puedo pasar?
-Del Verbo divino / la Virgen preñada / viene de camino: / ¡si le dais posada!
Y ella se sentó en la cama y sostuvo un bolso de paja con las piernas y murmuró chupándose el desmelenamiento:
-Olvido de lo criado, / memoria del Criador, / atención a lo interior / y estarse amando al Amado.
-¿Un mate?
-No, Maestro -sacó una botella Magui. -A lo mejor todavía tenemos tiempo de querernos en paz, como vos decís. Y te aviso que a Shirley no la hubieras encontrado en Florida, porque se mandó mudar a la mierda con el Rulo y las pirujas. Es largo de contar. Lo que importa es que hoy yo soy toda tuya. ¿Traigo vasos?
-Perá. ¿Cuándo te diste cuenta que la asesina era Shirley?
-Cualquier chandleriano sabe que siempre hay o dos tres en serie. Pensá en Eileen Wade, nomás. O en la tarada que se meaba. A Fidel lo mató al toque, y en la sierra era facilísimo entrar cada vez que yo salía porque el Rulo es un esclavo total y vivía campaneándola.
-La brujería funciona.
-Funcionó toda la vida. Pero cuando la siamesa santa se puso demasiado espesa con los mails me tiré hasta el convento y supe que se había ido a fin de octubre y ta. ¿Podríamos cambiar de tema? Hoy estoy muy muerta, loco.
Entonces se me acercó dando una especie de paso de baile insufriblemente minusválido y grité:
-En mi falda no, Magui. Andá a sentártele arriba a los macacos. Yo también tengo pantalones blancos pero no me los rayo cuando me ejecutan en público.
-¿No te gustaría una sanación? -se le empezó a estrangular el estrabismo y casi no pude soportar la vergüenza de haberme confundido tanto como para desear el mismísimo habitáculo de la Inmaculada.
-Sos una genia, Nena.
-Gracias. Pero no me sirvió para un carajo.
-Y además se supone que Baguette de Chocolate nunca supo que Shirley había soñado que le salían corazoncitos de los pezones. Error. No tuyo, claro.
-¿Y vos desde cuándo sabes que yo soy Shirley?
No hay comentarios:
Publicar un comentario