
(el caso de las brujas siamesas)
folletín policial y de magia negra de
HUGO GIOVANETTI VIOLA
folletín policial y de magia negra de
HUGO GIOVANETTI VIOLA
CUARTA ENTREGA
7 KLEENEX
Magui le escribió el correo a la prima después de revolver los libros del entrepiso y cuando bajó vestida nada más que con el body acepté que sus huesos jamás iban a excitarme.
-Parece que tu amigo el historiador le da bastante poca bola a la literatura -se tomó otro dedo de scotch y me alcanzó unos kleenex y una birome. -Aquí tenés mi mail y el de Shirley. ¿Vos tenés mail?
-Soy un detective posmoderno, pintura. Aunque no transo con los celulares.
-Apuntame tu dirección. Y mirá que en el Laboratorio de Artes a nosotras nos llamaban las siamesas Glass pero mi prima tiene más cabeza filosófica que yo. Capaz que si le largás ese bardo de que tu único deseo es garcharme onda probeta del Espíritu Santo lo entiende y te lo perdona.
-Lo que a mí no me cierra es por qué precisás consultarla para hacer la performance, garcita.
La Nena se agarró la cara como si se le derramara el antifaz estrellado y murmuró:
-Estoy muerta.
-¿Llevaste muchos tipos a la pensión?
Entonces mordió un gran trago directamente de la botella y se sacudió el horror con desprolijidad de perra:
-¿Tenés hijos?
-Una hija psicóloga y un hijo escritor.
-Los querés.
-Los adoro. Aunque ya hace varias vidas que no los veo.
-¿Sos divorciado?
-Viudo. Mi mujer se suicidó.
Magui volvió a trepar ahora casi en cuatro patas hasta la computadora y terminó chillando:
-Esta yegua lo mismo demora una semana en contestarte. Y yo sé que lo hace para lastimar a la gente que la quiere.
-Tranquila, Nena. Debe andar bajoneada por lo del padre Fidel.
-Puede ser. Pero también te puedo asegurar que si no se hacía monja capaz que lo asesinaba. Nosotras no aguantamos que nos adoren tanto.
-¿Quiénes?
-Las Delmiras, papi.
-¿Por qué no te escuchás La primavera antes de filmar? Vengerov cura todo.
-A mí no me cura nadie. ¿Me ayudás a ponerme los trapos del paraíso? Y no te fijes en el tatuaje que me hice en el pescuezo. Me da vergüenza.
-Pero no tomes más.
Y cuando le subí el hábito la encontré hecha una especie de malvón desangrado.
-Hallé lo más bello de las flores en las flores caídas -recé.
Y ella me contestó junándome como desde adentro de un ataúd.
8 MAIL
Dormí ocho horas de siesta y me desperté soñando que la Virgen me mandaba un mail. Entonces puse a calentar agua de apuro y me empapé la cabeza cantando el insufrible estribillo de Maquillaje:
-Mentiras / que son mentiras tu virtud / tu amor y tu bondad / y al fin tu juventud / mentiras / te maquillaste el corazón / mentiras sin piedad / qué lástima de amor.
Y antes de sentarme con el mate frente a la computadora me asomé al ventanuco que daba a Ituzaingó y vi a la Nena changando en la esquina. El bordecito plateado del atardecer que le coronaba el capuchón me hizo acordar a las auras que Guillermo Fernández aprendió a pincelear leyendo a Onetti.
-Tiens -me ericé al descubrir un correo de Shirley MacLaine Rodríguez: -Te conozco, Inmaculada.
-La paz contigo, detective de almas -se atrevía a tutearme conventualmente la ex-prostituta y artista multimedia que según Magui llegó a ser tan famosa como Jesús de Punta del Este: -No quisiera meterme en este enjuague porque tengo el estómago agujereado desde que entré al Carmelo tratando de saber si la Esposa que me habitaba cuando tomé la primera comunión ya no es un cadáver deshuesado en un cantero de mi escuela.
-Te conozco -traté de imitarle la media voz rasposa a Silvio Rodríguez mientras cebaba un mate y me sentía jadear desde una especie de arrodillamiento interior: -Te conozco desde siempre / desde lejos / te conozco / te conozco como a un sueño bueno y viejo. / Es por eso que te toco y te conozco.
-Mi prima Magdalena, que en este momento tendría que estar en Florida terminando de prepararse para la confirmación, se endemonió del todo y mandó a Nuestro Señor al carajo -empezaba a ponerse pinchuda del todo la siamesa mística- y ahora me pide permiso para copiarme un show que inventé en el Laboratorio de Artes con toda la fe del mundo. Ella sabe que a mí me cuesta mucho atender el correo porque estoy concentrada en una tesina sobre San Juan de la Cruz y además acabo de perder a mi guía espiritual, que por lo menos murió tomando una grapamiel casera que yo misma le preparé.
-Una muerte muy dulce -traté de sonreír.
-Bueno, bendito Marlowe que entraste en nuestras vidas -terminaba arremetiendo con una autoridad más prostibular que conventual Shirley McLaine Rodríguez: -Yo conocí a un psicólogo que también se autodefinía como detective de almas y al final me sacaron del water junto con el padre Fidel y aquí estoy relamiéndome la mierda igual que una gatita. Mirá: a Magui no pienso ni contestarle. Cristo no quiere show. Y sin embargo yo quisiera contratarte top secret para que no la abandones. No tengo un puto peso. Pero vos sabés que la Virgen siempre les paga a sus Hijos dejándose chupar la blancura inasible de los higos. Contestame lo antes que puedas, aunque te aviso que por hoy no vuelvo a abrir el correo. Beso.
Entonces me arrodillé frente a la computadora.
7 KLEENEX
Magui le escribió el correo a la prima después de revolver los libros del entrepiso y cuando bajó vestida nada más que con el body acepté que sus huesos jamás iban a excitarme.
-Parece que tu amigo el historiador le da bastante poca bola a la literatura -se tomó otro dedo de scotch y me alcanzó unos kleenex y una birome. -Aquí tenés mi mail y el de Shirley. ¿Vos tenés mail?
-Soy un detective posmoderno, pintura. Aunque no transo con los celulares.
-Apuntame tu dirección. Y mirá que en el Laboratorio de Artes a nosotras nos llamaban las siamesas Glass pero mi prima tiene más cabeza filosófica que yo. Capaz que si le largás ese bardo de que tu único deseo es garcharme onda probeta del Espíritu Santo lo entiende y te lo perdona.
-Lo que a mí no me cierra es por qué precisás consultarla para hacer la performance, garcita.
La Nena se agarró la cara como si se le derramara el antifaz estrellado y murmuró:
-Estoy muerta.
-¿Llevaste muchos tipos a la pensión?
Entonces mordió un gran trago directamente de la botella y se sacudió el horror con desprolijidad de perra:
-¿Tenés hijos?
-Una hija psicóloga y un hijo escritor.
-Los querés.
-Los adoro. Aunque ya hace varias vidas que no los veo.
-¿Sos divorciado?
-Viudo. Mi mujer se suicidó.
Magui volvió a trepar ahora casi en cuatro patas hasta la computadora y terminó chillando:
-Esta yegua lo mismo demora una semana en contestarte. Y yo sé que lo hace para lastimar a la gente que la quiere.
-Tranquila, Nena. Debe andar bajoneada por lo del padre Fidel.
-Puede ser. Pero también te puedo asegurar que si no se hacía monja capaz que lo asesinaba. Nosotras no aguantamos que nos adoren tanto.
-¿Quiénes?
-Las Delmiras, papi.
-¿Por qué no te escuchás La primavera antes de filmar? Vengerov cura todo.
-A mí no me cura nadie. ¿Me ayudás a ponerme los trapos del paraíso? Y no te fijes en el tatuaje que me hice en el pescuezo. Me da vergüenza.
-Pero no tomes más.
Y cuando le subí el hábito la encontré hecha una especie de malvón desangrado.
-Hallé lo más bello de las flores en las flores caídas -recé.
Y ella me contestó junándome como desde adentro de un ataúd.
8 MAIL
Dormí ocho horas de siesta y me desperté soñando que la Virgen me mandaba un mail. Entonces puse a calentar agua de apuro y me empapé la cabeza cantando el insufrible estribillo de Maquillaje:
-Mentiras / que son mentiras tu virtud / tu amor y tu bondad / y al fin tu juventud / mentiras / te maquillaste el corazón / mentiras sin piedad / qué lástima de amor.
Y antes de sentarme con el mate frente a la computadora me asomé al ventanuco que daba a Ituzaingó y vi a la Nena changando en la esquina. El bordecito plateado del atardecer que le coronaba el capuchón me hizo acordar a las auras que Guillermo Fernández aprendió a pincelear leyendo a Onetti.
-Tiens -me ericé al descubrir un correo de Shirley MacLaine Rodríguez: -Te conozco, Inmaculada.
-La paz contigo, detective de almas -se atrevía a tutearme conventualmente la ex-prostituta y artista multimedia que según Magui llegó a ser tan famosa como Jesús de Punta del Este: -No quisiera meterme en este enjuague porque tengo el estómago agujereado desde que entré al Carmelo tratando de saber si la Esposa que me habitaba cuando tomé la primera comunión ya no es un cadáver deshuesado en un cantero de mi escuela.
-Te conozco -traté de imitarle la media voz rasposa a Silvio Rodríguez mientras cebaba un mate y me sentía jadear desde una especie de arrodillamiento interior: -Te conozco desde siempre / desde lejos / te conozco / te conozco como a un sueño bueno y viejo. / Es por eso que te toco y te conozco.
-Mi prima Magdalena, que en este momento tendría que estar en Florida terminando de prepararse para la confirmación, se endemonió del todo y mandó a Nuestro Señor al carajo -empezaba a ponerse pinchuda del todo la siamesa mística- y ahora me pide permiso para copiarme un show que inventé en el Laboratorio de Artes con toda la fe del mundo. Ella sabe que a mí me cuesta mucho atender el correo porque estoy concentrada en una tesina sobre San Juan de la Cruz y además acabo de perder a mi guía espiritual, que por lo menos murió tomando una grapamiel casera que yo misma le preparé.
-Una muerte muy dulce -traté de sonreír.
-Bueno, bendito Marlowe que entraste en nuestras vidas -terminaba arremetiendo con una autoridad más prostibular que conventual Shirley McLaine Rodríguez: -Yo conocí a un psicólogo que también se autodefinía como detective de almas y al final me sacaron del water junto con el padre Fidel y aquí estoy relamiéndome la mierda igual que una gatita. Mirá: a Magui no pienso ni contestarle. Cristo no quiere show. Y sin embargo yo quisiera contratarte top secret para que no la abandones. No tengo un puto peso. Pero vos sabés que la Virgen siempre les paga a sus Hijos dejándose chupar la blancura inasible de los higos. Contestame lo antes que puedas, aunque te aviso que por hoy no vuelvo a abrir el correo. Beso.
Entonces me arrodillé frente a la computadora.

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