(reportajes recuperados)
SEGUNDA ENTREGA
9) ¿El refinamiento técnico… limita o apoya la creatividad?
No existe una garantía total en materia de procedimientos. Todo puede ser o no… “peligroso”… llegado el caso (ya que de ello se trata… según su pregunta). Depende de la clarividencia íntegra e integral… puesta de manifiesto por cada obrador… y, por tanto, de su persistente fidelidad consigo mismo… el que unos modos u otros se constituyan en “aliados”… o en lo contrario.
10) ¿Existe un arte nacional y/o latinoamericano? ¿Existen determinados elementos que nos diferencian de los chilenos, de los norteamericanos o de los europeos?
Es posible que sí. El caso de Cúneo -quizá no sea el único- resulta bastante claro. La temática “lunar” y su escala perturbadora… dan la impresión de que sólo aquí podría empinarse tamaña proposición, ya que la “poca resistencia territorial” a lo “altísimo preeminente” (su “relevamiento topográfico supra-horizontino” alcanza proyecciones mágicas) es lo que determina, parecería, la “ocurrencia cuneana”. Tamayo es otro de los que pueden ser vistos como inconfundiblemente latinoamericanos. Hay allí, a veces, un “primitivismo” y hasta un “salvajismo… brumoso”, espacial y desértico… al mismo tiempo que altamente refinado… que no podría ser confundido, creemos, con lo propiamente europeo, aunque determinados “ingredientes” se hallen, en principio, en el multiplicativo “estro picassiano”.
11) ¿Cuáles son sus antecedentes históricos, sus influencias reconocidas?
Influencias concretas… de nadie en particular. Siempre fuimos reacios en dejarnos influir, entre varios motivos… porque no tuvimos ni tenemos predilecciones excluyentes. Con seguridad que lo que hacemos está impregnado de esencias universales y lugareñas, de autores y períodos diversos. Lo que importa, en todo caso, es el alto grado de asimilación… que llevemos a cabo. “Tragar crudo y sin masticar”… puede provocar, en la mayoría de los obradores, una simple “devolución”.
12) ¿El dibujo sigue al color o el color sigue al dibujo en sus obras?
No creemos en esas separaciones. Siempre dijimos que quien quisiera definir específicamente qué es dibujo y qué es pintura, etc. -incluso fijándose años de plazo para hacerlo-, no llegaría a ofrecer una definición correcta y satisfactoria sobre una de las dos -o más- realidades expresivas… que no sirviera íntegramente para la otra u otras. Entonces… ¿para qué empeñarse en separarlas mediante un intento de por sí inútil e injustificado… y hablar sobre ellas después… como si ya estuvieran escindidas? Además… resulta evidente la existencia de un criterio previo… que se encuentra “agazapado” detrás de la mano que empuña alternativamente un pincel o un lápiz. Esta es una de las tantas confusiones que se originan en cierto tipo de “amojonamiento” del fenómeno expresivo… que no condice con su verdadera substancia.
13) ¿El erotismo está o no estrechamente ligado a la creación artística? ¿O acaso una obra de arte debe ser casta?
Suponemos que siempre hay una fuerte proporción de erotismo, de sensualidad, de voluptuosidad… en lo que se hace, sobre todo si es de “naturaleza o alcance manual”. Y -diríamos- aun mismo sin serlo -ya que de “materialidades” se trata- pues la memoria exclusivamente con formas más o menos concretas, con superficies derivadas o reflejas, siendo allí, tal vez, donde salta… la “chispa erótica”…
14) ¿Lenguaje “polimatérico”, con materiales físicos fijados en la tela -madera quemada, sacos viejos deshilachados, etc., o como óleo, pincel, escritura…?
No creemos que a esta altura de la historia… haya alguien que pretenda seleccionar “compulsivamente” los materiales expresivos del obrador, dando lugar a una especie de “censura textural”… por completo indeseable y absurda. Todos los medios y todos los enfoques “son buenos” en sí mismos.
15) ¿Usted es un pintor alejado de los circuitos de notoriedad y distante de los medios masivos de comunicación; acaso piensa que la creación es un acto de soledad; que las obras maduran en los períodos de introversión espiritual, y que el artista sólo se debe al juicio de las generaciones que vendrán?
Todo lo que signifique “vinculación enfáticamente mundana”… es secundario. Puesto que resulta inevitable la proyección popular o colectiva de lo que se hace, y puesto que el hombre está inevitablemente “condenado” -diríase que deliciosamente condenado- a ser comprendido, más aquí o más allá de su incidencia temporal, preocuparse por esas singularidades tiene muy poca importancia… cuando de nuestros trabajos testimoniales se trata. Procurar explicaciones aclaratorias de lo que se hace, es una cosa, pero estar “asomado sobre la baranda”, todo el día, casi todo el día, gran parte del día… o muy a menudo, es “otra cosa”.
16) ¿Alguna reflexión que usted, a través de sus cuatro décadas como pintor, podría alcanzar a los jóvenes?
Es muy riesgoso y hasta “irreal” hacerlo. Cuando Rodin dijo -no estamos suficientemente seguros de que fuera él- que el genio estaba constituido por más de un 90 o 95 por ciento de sudor -o algo así- estaba fijando “su posición”. Pero “desde la suya”, de por sí naturalmente intransferible. Si eso mismo lo hubiese dicho otro obrador “con menos talento extractor” que él… no tendría el mismo valor.
Podríamos, sí, insinuar… acaso… que cada individuo debería buscar dentro de sí mismo, como un perro hambriento, lo que tenga, ya que cada uno es un maravilloso depósito de experiencias y sensaciones (el universo, de otro modo, lo es también, y “participa”, todo él, de alguna manera… en nuestra propia “caja de resonancias”.) Podría decirse, además, que si alguien procura cierto sostén o puntal para transitar más cómodamente (llámese Picasso, Torres García o Bacon, etc.) debe hacerlo, sí, pero tomándolo apenas como punto de partida (su partida) y no precisamente como punto de llegada, es decir… no como si él mismo hubiera hecho el recorrido picassiano, torresgarciano o baconiano… con el fin de arribar a lo que ellos arribaron… PERO SIN HABERLO HECHO. Y otra cosa, para repetir algo anterior; trabajar, pues, por analogías recordantes, evocativas, “atmosféricas”. El color o la forma -supuestamente que sean dos cosas distintas- por sí mismos… no significan nada. Nuestras “condicionantes” sentimentales son los verdaderos puntos de apoyo, que nos permitirán el acceso a todos los refinamientos y sublimaciones posibles. Y por último… que no pongan su preciosa cabeza en el “matadero del mercado”. En nuestro país no se puede vivir de la expresión plástica, salvo que ella se dé COMO CONSECUENCIA NATURAL (POSTERIOR). No es desdoroso hacer otras cosas para vivir con tal de que el ámbito de lo expresivo y su validez autobiográfica, testificante, cientificista, quede a salvo de los imperativos económicos. En fin, no creemos demasiado en los “consejos”… por otra parte. Casi nadie, como nosotros antes, los toma en cuenta. De modo que… dijimos lo que dijimos… por decirlo… como quien dice.
SEGUNDA ENTREGA
9) ¿El refinamiento técnico… limita o apoya la creatividad?
No existe una garantía total en materia de procedimientos. Todo puede ser o no… “peligroso”… llegado el caso (ya que de ello se trata… según su pregunta). Depende de la clarividencia íntegra e integral… puesta de manifiesto por cada obrador… y, por tanto, de su persistente fidelidad consigo mismo… el que unos modos u otros se constituyan en “aliados”… o en lo contrario.
10) ¿Existe un arte nacional y/o latinoamericano? ¿Existen determinados elementos que nos diferencian de los chilenos, de los norteamericanos o de los europeos?
Es posible que sí. El caso de Cúneo -quizá no sea el único- resulta bastante claro. La temática “lunar” y su escala perturbadora… dan la impresión de que sólo aquí podría empinarse tamaña proposición, ya que la “poca resistencia territorial” a lo “altísimo preeminente” (su “relevamiento topográfico supra-horizontino” alcanza proyecciones mágicas) es lo que determina, parecería, la “ocurrencia cuneana”. Tamayo es otro de los que pueden ser vistos como inconfundiblemente latinoamericanos. Hay allí, a veces, un “primitivismo” y hasta un “salvajismo… brumoso”, espacial y desértico… al mismo tiempo que altamente refinado… que no podría ser confundido, creemos, con lo propiamente europeo, aunque determinados “ingredientes” se hallen, en principio, en el multiplicativo “estro picassiano”.
11) ¿Cuáles son sus antecedentes históricos, sus influencias reconocidas?
Influencias concretas… de nadie en particular. Siempre fuimos reacios en dejarnos influir, entre varios motivos… porque no tuvimos ni tenemos predilecciones excluyentes. Con seguridad que lo que hacemos está impregnado de esencias universales y lugareñas, de autores y períodos diversos. Lo que importa, en todo caso, es el alto grado de asimilación… que llevemos a cabo. “Tragar crudo y sin masticar”… puede provocar, en la mayoría de los obradores, una simple “devolución”.
12) ¿El dibujo sigue al color o el color sigue al dibujo en sus obras?
No creemos en esas separaciones. Siempre dijimos que quien quisiera definir específicamente qué es dibujo y qué es pintura, etc. -incluso fijándose años de plazo para hacerlo-, no llegaría a ofrecer una definición correcta y satisfactoria sobre una de las dos -o más- realidades expresivas… que no sirviera íntegramente para la otra u otras. Entonces… ¿para qué empeñarse en separarlas mediante un intento de por sí inútil e injustificado… y hablar sobre ellas después… como si ya estuvieran escindidas? Además… resulta evidente la existencia de un criterio previo… que se encuentra “agazapado” detrás de la mano que empuña alternativamente un pincel o un lápiz. Esta es una de las tantas confusiones que se originan en cierto tipo de “amojonamiento” del fenómeno expresivo… que no condice con su verdadera substancia.
13) ¿El erotismo está o no estrechamente ligado a la creación artística? ¿O acaso una obra de arte debe ser casta?
Suponemos que siempre hay una fuerte proporción de erotismo, de sensualidad, de voluptuosidad… en lo que se hace, sobre todo si es de “naturaleza o alcance manual”. Y -diríamos- aun mismo sin serlo -ya que de “materialidades” se trata- pues la memoria exclusivamente con formas más o menos concretas, con superficies derivadas o reflejas, siendo allí, tal vez, donde salta… la “chispa erótica”…
14) ¿Lenguaje “polimatérico”, con materiales físicos fijados en la tela -madera quemada, sacos viejos deshilachados, etc., o como óleo, pincel, escritura…?
No creemos que a esta altura de la historia… haya alguien que pretenda seleccionar “compulsivamente” los materiales expresivos del obrador, dando lugar a una especie de “censura textural”… por completo indeseable y absurda. Todos los medios y todos los enfoques “son buenos” en sí mismos.
15) ¿Usted es un pintor alejado de los circuitos de notoriedad y distante de los medios masivos de comunicación; acaso piensa que la creación es un acto de soledad; que las obras maduran en los períodos de introversión espiritual, y que el artista sólo se debe al juicio de las generaciones que vendrán?
Todo lo que signifique “vinculación enfáticamente mundana”… es secundario. Puesto que resulta inevitable la proyección popular o colectiva de lo que se hace, y puesto que el hombre está inevitablemente “condenado” -diríase que deliciosamente condenado- a ser comprendido, más aquí o más allá de su incidencia temporal, preocuparse por esas singularidades tiene muy poca importancia… cuando de nuestros trabajos testimoniales se trata. Procurar explicaciones aclaratorias de lo que se hace, es una cosa, pero estar “asomado sobre la baranda”, todo el día, casi todo el día, gran parte del día… o muy a menudo, es “otra cosa”.
16) ¿Alguna reflexión que usted, a través de sus cuatro décadas como pintor, podría alcanzar a los jóvenes?
Es muy riesgoso y hasta “irreal” hacerlo. Cuando Rodin dijo -no estamos suficientemente seguros de que fuera él- que el genio estaba constituido por más de un 90 o 95 por ciento de sudor -o algo así- estaba fijando “su posición”. Pero “desde la suya”, de por sí naturalmente intransferible. Si eso mismo lo hubiese dicho otro obrador “con menos talento extractor” que él… no tendría el mismo valor.
Podríamos, sí, insinuar… acaso… que cada individuo debería buscar dentro de sí mismo, como un perro hambriento, lo que tenga, ya que cada uno es un maravilloso depósito de experiencias y sensaciones (el universo, de otro modo, lo es también, y “participa”, todo él, de alguna manera… en nuestra propia “caja de resonancias”.) Podría decirse, además, que si alguien procura cierto sostén o puntal para transitar más cómodamente (llámese Picasso, Torres García o Bacon, etc.) debe hacerlo, sí, pero tomándolo apenas como punto de partida (su partida) y no precisamente como punto de llegada, es decir… no como si él mismo hubiera hecho el recorrido picassiano, torresgarciano o baconiano… con el fin de arribar a lo que ellos arribaron… PERO SIN HABERLO HECHO. Y otra cosa, para repetir algo anterior; trabajar, pues, por analogías recordantes, evocativas, “atmosféricas”. El color o la forma -supuestamente que sean dos cosas distintas- por sí mismos… no significan nada. Nuestras “condicionantes” sentimentales son los verdaderos puntos de apoyo, que nos permitirán el acceso a todos los refinamientos y sublimaciones posibles. Y por último… que no pongan su preciosa cabeza en el “matadero del mercado”. En nuestro país no se puede vivir de la expresión plástica, salvo que ella se dé COMO CONSECUENCIA NATURAL (POSTERIOR). No es desdoroso hacer otras cosas para vivir con tal de que el ámbito de lo expresivo y su validez autobiográfica, testificante, cientificista, quede a salvo de los imperativos económicos. En fin, no creemos demasiado en los “consejos”… por otra parte. Casi nadie, como nosotros antes, los toma en cuenta. De modo que… dijimos lo que dijimos… por decirlo… como quien dice.
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