ÚLTIMA ENTREGA
21 MÚSICA CONTRA EL CAOS
El día de año nuevo pasa sin prisas, con rayuelas en las veredas y cometas en el cielo.
Pan conversa con sus alumnos:
-Prométanme que cuando me vaya continuarán haciendo ejercicio.
-¿Cuándo te irás?
-Dentro de una semana, si ocurre lo que espero.
-¡Es una pena que te marches!
-Volveré pronto, en menos de lo que piensan; quiero quedarme acá y mandar construir un gimnasio cerrado para el invierno que tendrá una piscina con agua caliente.
Sócrates le mete el hocico debajo del brazo: ya tiene hambre.
-¡Vámonos, perrito glotón!
Por la noche, espera la visita del señor Menelao Real.
Los compositores no saben para qué.
Es un secreto.
Lo recibe en la biblioteca y cierra la puerta.
Ellos se miran perplejos: Pan nunca tuvo nada que esconder porque es transparente como un cristal.
Tras largo diálogo, salen sonriendo.
-Menelao -les dice- es empresario y quiere proponerles que actúen en un teatro; los oyó en la boda de la hija de don Julepe y considera que lo que hacen es excelente, milagroso; sería estupendo que muchas personas pudieran disfrutarlo, no solamente los vecinos del pueblo.
Las bocas se abren en una tonta expresión de asombro.
Protestan con un mudo, grandísimo ¡NO!, sacudiendo las cabezas.
Después, contestan en coro:
-¡No queremos!
-¡Arquímedes! ¡No me des disgustos!
Va al teléfono y al poco rato, la casa se llena de gente.
Opinan gritando a voz en cuello que deben aceptar.
Que es una obligación; de ninguna manera pueden ser tan egoístas y mezquinos como para negarse.
El comisario amenaza con encerrarlos en el calabozo porque sería un delito ocultarle al mundo la grandiosa música de la naturaleza y merecerían estar presos.
El caos crece.
Se hace insoportable.
Sócrates se suma al escándalo y ladra como un loco; no sabe si de contento o furioso.
La nena pelirroja le dice algo al violinista en la oreja y él se pone granate de vergüenza.
En medio del estrépito, tiene que gritar para hacerse oír:
-¡Nos gusta tocar solamente para ustedes, nada más! ¡No deseamos la insoportable carga de la fama! ¡Ya es suficiente con haber salido del desván, para que ahora, me suceda esto, abuela!
-¡Yo lo predije! ¡Unos pasos más, y luego, el mundo!
-¡El mundo es de terror!
-¡No te olvides que tu misión y la de tus compañeros es ayudar a los demás y la música será vuestra aliada!
-¡ESO! ¡ESO! ¡ESO!
Las voces continúan subiendo de tono hasta que el calmado señor Asa dice:
-¿No les parece que deberíamos discutirlo a solas?
-Sí -responde el violinista no muy convencido de dar un paso tan importante y se encierran.
.Al reaparecer, los ovacionan.
-¡Aplausos no, por favor!
-¡Es para que vayan acostumbrándose!
-¡Que hablen! ¡Que hablen!
-¡Silencio! -ordena Pan.
Arquímedes toma la palabra:
-Vecinos... amigos... Pensábamos negarnos... Queríamos vivir tranquilos en el pueblo, pero al ver sus caras amables, que nos desean lo mejor, acaso digamos sí.
Bueno.
Sí.
22 EL ÉXITO DEL AMOR
La casona permanece oscura y silenciosa.
La luz de la luna patina espléndida sobre el tejado gris, iluminando el gato de la veleta.
Los músicos están de gira y tienen el éxito esperado.
Merecido.
Pan fue con ellos, pero no olvida su promesa de regresar.
Como es pleno verano, los duendes viven entre las flores.
No necesitan nada más.
Sócrates está en la casa de la pelirroja que lo cuida con amor inmenso.
Nuevamente, los sillones de la sala tienen puestas las fundas.
La luminosidad lunar se cuela ventanas adentro y los fantasmas de Arquímedes bailan.
¡Si pudiera verlos!
Sus viejos amigos juegan a la rueda-rueda animados por las melodías del universo que quedaron guardadas allí.
El quinteto y Pandora retornarán en otoño, cuando el viento comience a barrer las hojas rubias por los senderos.
21 MÚSICA CONTRA EL CAOS
El día de año nuevo pasa sin prisas, con rayuelas en las veredas y cometas en el cielo.
Pan conversa con sus alumnos:
-Prométanme que cuando me vaya continuarán haciendo ejercicio.
-¿Cuándo te irás?
-Dentro de una semana, si ocurre lo que espero.
-¡Es una pena que te marches!
-Volveré pronto, en menos de lo que piensan; quiero quedarme acá y mandar construir un gimnasio cerrado para el invierno que tendrá una piscina con agua caliente.
Sócrates le mete el hocico debajo del brazo: ya tiene hambre.
-¡Vámonos, perrito glotón!
Por la noche, espera la visita del señor Menelao Real.
Los compositores no saben para qué.
Es un secreto.
Lo recibe en la biblioteca y cierra la puerta.
Ellos se miran perplejos: Pan nunca tuvo nada que esconder porque es transparente como un cristal.
Tras largo diálogo, salen sonriendo.
-Menelao -les dice- es empresario y quiere proponerles que actúen en un teatro; los oyó en la boda de la hija de don Julepe y considera que lo que hacen es excelente, milagroso; sería estupendo que muchas personas pudieran disfrutarlo, no solamente los vecinos del pueblo.
Las bocas se abren en una tonta expresión de asombro.
Protestan con un mudo, grandísimo ¡NO!, sacudiendo las cabezas.
Después, contestan en coro:
-¡No queremos!
-¡Arquímedes! ¡No me des disgustos!
Va al teléfono y al poco rato, la casa se llena de gente.
Opinan gritando a voz en cuello que deben aceptar.
Que es una obligación; de ninguna manera pueden ser tan egoístas y mezquinos como para negarse.
El comisario amenaza con encerrarlos en el calabozo porque sería un delito ocultarle al mundo la grandiosa música de la naturaleza y merecerían estar presos.
El caos crece.
Se hace insoportable.
Sócrates se suma al escándalo y ladra como un loco; no sabe si de contento o furioso.
La nena pelirroja le dice algo al violinista en la oreja y él se pone granate de vergüenza.
En medio del estrépito, tiene que gritar para hacerse oír:
-¡Nos gusta tocar solamente para ustedes, nada más! ¡No deseamos la insoportable carga de la fama! ¡Ya es suficiente con haber salido del desván, para que ahora, me suceda esto, abuela!
-¡Yo lo predije! ¡Unos pasos más, y luego, el mundo!
-¡El mundo es de terror!
-¡No te olvides que tu misión y la de tus compañeros es ayudar a los demás y la música será vuestra aliada!
-¡ESO! ¡ESO! ¡ESO!
Las voces continúan subiendo de tono hasta que el calmado señor Asa dice:
-¿No les parece que deberíamos discutirlo a solas?
-Sí -responde el violinista no muy convencido de dar un paso tan importante y se encierran.
.Al reaparecer, los ovacionan.
-¡Aplausos no, por favor!
-¡Es para que vayan acostumbrándose!
-¡Que hablen! ¡Que hablen!
-¡Silencio! -ordena Pan.
Arquímedes toma la palabra:
-Vecinos... amigos... Pensábamos negarnos... Queríamos vivir tranquilos en el pueblo, pero al ver sus caras amables, que nos desean lo mejor, acaso digamos sí.
Bueno.
Sí.
22 EL ÉXITO DEL AMOR
La casona permanece oscura y silenciosa.
La luz de la luna patina espléndida sobre el tejado gris, iluminando el gato de la veleta.
Los músicos están de gira y tienen el éxito esperado.
Merecido.
Pan fue con ellos, pero no olvida su promesa de regresar.
Como es pleno verano, los duendes viven entre las flores.
No necesitan nada más.
Sócrates está en la casa de la pelirroja que lo cuida con amor inmenso.
Nuevamente, los sillones de la sala tienen puestas las fundas.
La luminosidad lunar se cuela ventanas adentro y los fantasmas de Arquímedes bailan.
¡Si pudiera verlos!
Sus viejos amigos juegan a la rueda-rueda animados por las melodías del universo que quedaron guardadas allí.
El quinteto y Pandora retornarán en otoño, cuando el viento comience a barrer las hojas rubias por los senderos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario