
“TRABAJAMOS CON UNA PROFUNDA FE EN PODER
ASALTAR EL CIELO MASIVO DE LAS PANTALLITAS GLOBALES”
Mañana, en Colón 1308 -un primer piso novecentista preparado para generar correntadas artísticas multimediáticas, más acá o más allá de cualquier ventolera- abrirá sus puertas la Escuela de Cineastas del Uruguay, último emprendimiento de elMontevideano / Laboratorio de Artes, constituido ahora en Empresa Cinematográfica. Este es un diálogo sostenido con el Director General del instituto, Álvaro Moure Clouzet, para nuestras páginas WEB de elaboración y difusión de contenidos.
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ASALTAR EL CIELO MASIVO DE LAS PANTALLITAS GLOBALES”
Mañana, en Colón 1308 -un primer piso novecentista preparado para generar correntadas artísticas multimediáticas, más acá o más allá de cualquier ventolera- abrirá sus puertas la Escuela de Cineastas del Uruguay, último emprendimiento de elMontevideano / Laboratorio de Artes, constituido ahora en Empresa Cinematográfica. Este es un diálogo sostenido con el Director General del instituto, Álvaro Moure Clouzet, para nuestras páginas WEB de elaboración y difusión de contenidos.
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Después de cinco años de actividad ininterrumpida a nivel de producción y realización de películas de largo y medio metraje, espectáculos multimedia y montajes de blogs ya de alcance mundial, ¿qué significa para elMontevideano / Laboratorio de Artes la concreción de La Escuela de Cineastas del Uruguay y su proyección como Empresa Cinematográfica?
Sobre todo la confirmación de que el camino elegido es el correcto para alcanzar los objetivos planteados que son, en definitiva, demostrarnos a nosotros mismos, como sociedad, que es necesario la realización de un cine posible y trabajar en ese sentido, reproduciendo los conocimientos y la experiencia para derribar la muralla que en el siglo XX impidió a nuestro país incursionar en los modelos audiovisuales como máxima expresión simbólica del pueblo.
Hoy, insertos en el primer cuarto del siglo XXI, las condicionantes están dadas para que todos aquellos que sientan el modelo audiovisual como un camino valedero de expresión, lo puedan hacer y no queden en el intento, reproduciendo aquel ya caduco modelo que nos frenó con diferentes slogans, como el no se puede.
Es así que adquiere sentido el nacimiento de la Escuela de Cineastas del Uruguay, a la que, con muchísimo esfuerzo y un sentido profundo de socialización del conocimiento, inauguramos en dimensiones más que importantes este año en la mismísima ciudad vieja, reciclando y acondicionando con profundo amor una casa del mil novecientos para que todos encontremos allí las respuestas a nuestras inquietudes, nuestras necesidades de manifestarnos a través del Arte, aprender y solidificarnos manteniendo aquella vieja tradición uruguaya que nos distinguió durante mucho tiempo -el pensar con cabeza propia- y que durante los últimos cuarenta años hemos estado perdiendo, lo que implica destrozar nuestra identidad a favor de esa supuesta y mentirosa globalización que nos empuja a disolvernos en un mar de superficialidad y estupidizante agonía de encierro y soledad, en lugar de constituirnos en una unidad conciente a favor de la creación de un planeta mejor, fraterno, sin fronteras, con equidad e igualdad de oportunidades, respeto de la diversidad y suma cultural de las idiosincrasias, esos vasos comunicantes que matizan lo que todavía es una colcha de retazos. En suma: la posibilidad cierta de ir construyendo el paraíso aquí y ahora.
El modelo de desarrollo audiovisual que hemos venido practicando a pequeña escala durante todos estos años, confirma entonces con certeza el camino emprendido del cine posible en nuestro país, y cubre una evidente necesidad que existe en la gente de querer expresarse, verse reflejada y participar en toda esta aventura tan fascinante.
¿Cómo caracterizarías a la estética de cuajadura mística que vertebra todos estos emprendimientos? ¿Tiene antecedentes en nuestro país?
Hay antecedentes, sí, o por lo menos claros referentes para nosotros como lo fueron “La torre de los Panoramas” de Julio Herrera y Reissig, el Taller Torres García, y por sobre todas las cosas, la necesaria e ineludible referencia fundacional del espíritu artiguista que nos vertebra y distingue medularmente.
Estos antecedentes, por otra parte, no son tomados conscientemente como referenciales, sino que uno es el tomado por ellos y se da cuenta, luego de un tiempo, que no hemos actuado individualmente sino que llevamos indisolublemente el reflejo de nuestra comunidad, de nuestro pueblo.
Y cuando la gente te dice, por ejemplo, que somos la esperanza, sentís que estás trasmitiendo alegría, una felicidad inconsciente que hace que los demás se encuentren reflejados en tus trabajos. Entonces te volvés el portador de un estandarte, y asumís la responsabilidad que eso implica y actuás acorde a las circunstancias.
En cada emprendimiento realizado en Europa hemos procurado impregnar nuestros trabajos con la esencia que nos identifica en el mundo, reflejando nuestra idiosincrasia y nuestros valores angulares como comunidad. Se trata de representar simbólicamente a tu pueblo sin ánimo de ser reiterativo sino poniendo el énfasis en la importancia del aporte específico. Y lo curioso y fascinante a la vez es que terminás entroncándote con los arquetipos universales.
Pero siempre desde nuestras coordenadas de espacio/tiempo: por algo nos llamamos elMontevideano.
¿Qué recepción encuentra la propuesta de un arte popular posible y de primer nivel en este Uruguay posmoderno que tantas veces quiere pero no puede a nivel espiritual e infraestructural?
La recepción siempre fue y es impresionante. En cada presentación que hemos realizado la gente viene, te abraza, te felicita y vibra de alguna manera -y de la misma forma lo vivimos nosotros- con un sentimiento como cuando gana la selección, una felicidad que te hermana con el otro: es muy curioso y hermoso, y esa es la verdad. Es nuestra experiencia.
La gente ya no comulga con el país del se quiere pero no se puede, y abraza la necesidad de hacer posibles las cosas como sea. Entonces se reconoce enseguida en el esfuerzo y el logro de los otros en ese sentido.
Además en el cine, especialmente, tú sentís como que la gente está esperando algo. Y los comentarios generales que recibe cada producción cinematográfica uruguaya que se ha presentado hasta el momento en el país, denotan un margen de tolerancia muy grande. Hay como una esperanza guardada esperando para manifestarse y eso se da porque la gente tiene la necesidad de verse representada, porque sabe que el cine es un amplificador de nuestras costumbres y que dará la vuelta al mundo y que es a través de todas esas imágenes que se comenzará a reconocernos e identificarnos en lugares remotos. Se trata, entonces, como te mencionaba anteriormente, de encontrar y consolidar nuestro posicionamiento simbólico en el mundo.
Después de veinticinco años de remar contra las corrientes del consumismo salvaje, ¿tenés fe en el asalto al cielo masivo de las pantallitas globales?
Sin duda alguna. Es más, no creo que haya personas que no tengan fe. Es inherente a la condición humana, y referente a tu pregunta, estoy convencido de que el asalto al cielo masivo de las pantallitas globales es muy posible de concretar.
Los fundadores de elMontevideano / Laboratorio de Artes hemos sido testigos desde un principio de la rapidez con la que nuestros trabajos se fueron introduciendo en las cadenas de Europa, Brasil, o en países tan remotos como Japón o la India, entre otros. Y después de realizada esa experiencia de campo nos lanzamos aquí. El mundo nos dio el ok., y ahora llegó el momento de contribuir al desarrollo de la industria cinematográfica de nuestro país.
Además los espacios nacionales se multiplicarán a corto plazo con la adopción de una norma de digitalización por parte del Estado, a la que se sumará una esperada Ley de Medios que está en proceso de validarse, y tenemos que trabajar TODOS en dirección a esa fase porque actualmente no estamos preparados para cubrir toda una vorágine de contenidos que habrá que generar.
Esa es una de las razones por la que este año fundamos nuestra Escuela, porque precisamos profesionales en todos los frentes del modelo de desarrollo audiovisual, y porque nosotros mismos, en el desarrollo de contenidos en el que nos encontramos, precisamos formar personas para cubrir nuestras propias demandas.
Así es que, como país, tenemos que mirar el futuro y prepararnos trabajando mancomunadamente con una conciencia nacional, derribando preconceptos caducos del siglo pasado y sabiendo que de una manera u otra nos encontramos en un punto de inflexión histórico para la cultura. Y que por suerte y gracias a Dios, somos testigos y actores de este salto.
Así es que sí, tengo una profunda fe.

2 comentarios:
Ve que ud tiene que abrir el cuartito ;)
Ya sé que entre este sitio y el de la escuela tiene mucho pero este "post" (?) no puede no tener comentarios :P a esta hora reloj.
En su living hubiese colmado la capacidad.
Hermoso de principio a fin y esgunda vez que puedo leer algo completo (al margen de los primeros textos de Gomensoro).
jaja, gracias querida Amiga,
Le mando un abrazo enorme.
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