NOVENA ENTREGA
TRES
Pájaros del corazón
que a la vida yo entregara:
quién habrá sido el ladrón
que su vuelo me robara.
1
Senel encontró a Gus tomando mate en la puerta de la secretaría.
-¿Y Javier?
-Fueron a llevar a Niki al veterinario -se le espeja el resplandor intemporal del patio en la pelada. -¿Puedo pedirte que no fumes?
El muchacho se acodó sobre la frescura del ventanal y observó la flotación doméstica de las palomas.
-Mejor nos sentamos -se atrinchera en el escritorio tratando de suavizar los colmillos. -¿Sabés que pensé mucho en el vínculo vía Salinger que hicieron con Mario? Eso es como una secta.
-Lo qué.
-Ser salingeriano. ¿Te dijeron que el Catcher era la Biblia del asesino de Lennon y que en Estados Unidos el libro fue acusado de satanismo?
-Yes, sir. Y lo único que puedo agregar es que los dos hombres más extraordinarios que conocí en mi vida empezaron a entender a Jesús después de leer Franny y Zooey.
-No serían tan extraordinarios.
-¿Mi tío Jerónimo y mi padre?
-Disculpá.
-No hay problema.
El cura cebó dos mates y se rozó la cabeza con un pañuelo que olía a jazmín:
-Vamos a lo que importa, porque es un poco tarde. Hace veintisiete años Mario empezó a alucinar en el velorio del padre y esa madrugada amenazó al hermano mayor con una cuchilla. Yo lo vi. Es peligroso de veras.
-Yo trato de ayudarlo.
-No insistas más, Senel. Lo estás enamorando y eso es peligrosísimo. Ya le pasó lo mismo en un psiquiátrico.
-¿Pero no se dan cuenta que Mario está inmaculadamente enamorado de la gente? Y sobre todo de las mujeres.
-Claro. Y cuando pire del todo te va a decir que se llama María y tiene menstruaciones en lugar de una úlcera.
Y de repente escuchamos las sandalias fúnebres de Pedro, que se asoma a explicarnos sin llorar:
-Estuvieron operando a Niki dos horas pero parece que demoramos mucho en llevarla. El padre Javier se fue directo a Florida y vuelve a dar la misa del domingo.
2
-¿Así que te saltó con Salinger? -volvió de dirigir la salida de una Peugeot último modelo Mario. -Hoy se festeja groso. Me acaban de dar un Torres-García y ya hay para dos Combos. ¿Pero qué podrá saber un fariseo culoflojo de San Jerry de los Glass? Mirá: la mitad de los boletos que coleccionó tu hermana podrían ser haikus matemáticos elegidos por Seymour. Hay un 70707 que te toca el alma con los ceros.
-Me acuerdo que Poli usó ese boleto para achicarse el pánico en el primer concierto -siento que el estacionamiento se transfigura en una montaña. -Tenía catorce años.
-¿Se lo puso en el anillo?
-Claro. Debe ser la única guitarrista que tocó el cielo así.
-Debe ser mozartiana.
-Sanadora total. Pero le queda muchísimo pánico.
-¿Me darías un besito de cristiano? -ofreció el lomo de una mano amedusada el gordo y el muchacho lo atajó:
-Tranquilo, Ismael. Y hablando de Moby Dick: anoche llegué a la mitad del tercer capítulo y no pude seguir.
-Hay que seguir.
-Pero en la página 81 ya está terminando el quinto capítulo. ¿Cómo podés saber lo que pasó con Queequeg?
-Lo que importa viene después -sale corriendo a cantarle Oh melancolía a una vieja que le pone cara de culo y me acuerdo de mi madre y se me viene el Tabor abajo.
-Qué te pasa, Di Caprio -se agachó el hombre de pechos silbantes.
-Mi madre está cumpliendo años sola.
-El Señor siempre nos abandona para que lo llamemos. ¿Te acordás de la Dama Gorda de Seymour? ¿No era Cristo mismo?
Ahora me saco el gorro y pienso en Niki.
-Se debería saber en quién confiamos -le besó relampagueantemente una rodilla el Cordero a Senel.
Y no puedo secarme la babosidad plateada hasta que llego a casa.
TRES
Pájaros del corazón
que a la vida yo entregara:
quién habrá sido el ladrón
que su vuelo me robara.
1
Senel encontró a Gus tomando mate en la puerta de la secretaría.
-¿Y Javier?
-Fueron a llevar a Niki al veterinario -se le espeja el resplandor intemporal del patio en la pelada. -¿Puedo pedirte que no fumes?
El muchacho se acodó sobre la frescura del ventanal y observó la flotación doméstica de las palomas.
-Mejor nos sentamos -se atrinchera en el escritorio tratando de suavizar los colmillos. -¿Sabés que pensé mucho en el vínculo vía Salinger que hicieron con Mario? Eso es como una secta.
-Lo qué.
-Ser salingeriano. ¿Te dijeron que el Catcher era la Biblia del asesino de Lennon y que en Estados Unidos el libro fue acusado de satanismo?
-Yes, sir. Y lo único que puedo agregar es que los dos hombres más extraordinarios que conocí en mi vida empezaron a entender a Jesús después de leer Franny y Zooey.
-No serían tan extraordinarios.
-¿Mi tío Jerónimo y mi padre?
-Disculpá.
-No hay problema.
El cura cebó dos mates y se rozó la cabeza con un pañuelo que olía a jazmín:
-Vamos a lo que importa, porque es un poco tarde. Hace veintisiete años Mario empezó a alucinar en el velorio del padre y esa madrugada amenazó al hermano mayor con una cuchilla. Yo lo vi. Es peligroso de veras.
-Yo trato de ayudarlo.
-No insistas más, Senel. Lo estás enamorando y eso es peligrosísimo. Ya le pasó lo mismo en un psiquiátrico.
-¿Pero no se dan cuenta que Mario está inmaculadamente enamorado de la gente? Y sobre todo de las mujeres.
-Claro. Y cuando pire del todo te va a decir que se llama María y tiene menstruaciones en lugar de una úlcera.
Y de repente escuchamos las sandalias fúnebres de Pedro, que se asoma a explicarnos sin llorar:
-Estuvieron operando a Niki dos horas pero parece que demoramos mucho en llevarla. El padre Javier se fue directo a Florida y vuelve a dar la misa del domingo.
2
-¿Así que te saltó con Salinger? -volvió de dirigir la salida de una Peugeot último modelo Mario. -Hoy se festeja groso. Me acaban de dar un Torres-García y ya hay para dos Combos. ¿Pero qué podrá saber un fariseo culoflojo de San Jerry de los Glass? Mirá: la mitad de los boletos que coleccionó tu hermana podrían ser haikus matemáticos elegidos por Seymour. Hay un 70707 que te toca el alma con los ceros.
-Me acuerdo que Poli usó ese boleto para achicarse el pánico en el primer concierto -siento que el estacionamiento se transfigura en una montaña. -Tenía catorce años.
-¿Se lo puso en el anillo?
-Claro. Debe ser la única guitarrista que tocó el cielo así.
-Debe ser mozartiana.
-Sanadora total. Pero le queda muchísimo pánico.
-¿Me darías un besito de cristiano? -ofreció el lomo de una mano amedusada el gordo y el muchacho lo atajó:
-Tranquilo, Ismael. Y hablando de Moby Dick: anoche llegué a la mitad del tercer capítulo y no pude seguir.
-Hay que seguir.
-Pero en la página 81 ya está terminando el quinto capítulo. ¿Cómo podés saber lo que pasó con Queequeg?
-Lo que importa viene después -sale corriendo a cantarle Oh melancolía a una vieja que le pone cara de culo y me acuerdo de mi madre y se me viene el Tabor abajo.
-Qué te pasa, Di Caprio -se agachó el hombre de pechos silbantes.
-Mi madre está cumpliendo años sola.
-El Señor siempre nos abandona para que lo llamemos. ¿Te acordás de la Dama Gorda de Seymour? ¿No era Cristo mismo?
Ahora me saco el gorro y pienso en Niki.
-Se debería saber en quién confiamos -le besó relampagueantemente una rodilla el Cordero a Senel.
Y no puedo secarme la babosidad plateada hasta que llego a casa.
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