CUARTA ENTREGA
7
A los diez minutos de chateo el muchacho atacó.
Senel: Ahora quisiera hablar de un tema gordo.
Poli: ¿De papá? Je je.
Senel: Mamá ya ni siquiera tiene ganas de ir a Valizas.
Poli: ¿Otra vez fideos? Me vine al cyber con nueve bajo cero y después de culear nueve horas una escala de Aranjuez que no va a salirme nunca y vos dale con mamá. Ah: ¿sabés que Ana Inés Zeballos me mandó la grabación casera que hicieron con Cristina Fernández de un tema de Jerónimo?
Senel: Perá un poquito.
Poli: Pero. Je je.
Senel: Me parece que esta vez mamá se jodió de veras.
Poli: ¿La invadió Bush?
Senel: Algo así.
Poli: Entonces no tiene arreglo. Debe ser humana.
Senel: ¿Estás leyendo a Benedetti?
Poli: No. Voy a la Facultad en tranvías llenos de locos y reventados y borrachos y suicidas vieneses. En invierno es divino. El machaje creyente tendría que encarar aquí.
Senel: Ahora entiendo por qué no te sale la escala.
Poli: ¿Tenés que hacerme llorar desde tan lejos?
Senel: Perdón.
Poli: Perdón las bolas. ¿En los conventos se ve todo lindo?
Senel: Lindo las bolas. ¿Y qué fue lo que escribió Jerónimo?
Poli: Le puso letra a la Canción del ladrón de Llobet. Me parece que no va a gustarte mucho.
Senel: Mirá que lo de mamá es difícil de verdad.
Poli: Y esta letra también. Porque tío Jerónimo la escribió especialmente para Cristina y la mujer que canta termina perdonando a Dios. ¿Cómo la ves?
Senel: ¿Perdonando a Dios?
Poli: Sí. A buen entendedor, pajarito. Una vez escuché decir o leí que Dios es el único ladrón dueño de lo que roba.
Senel: No está mal.
Poli: Y a lo mejor las mujeres que lo ven como un macho tienen que perdonarlo.
Senel: Sos un genio, Misobaco.
Poli: Y vos me hacés llorar.
Senel: Manda decir el gordo si precisás más guita.
Poli: No. Morfo nieve, igual.
Senel: Y mamá dice que terminó de tejerte un pasamontaña rojo y verde.
Poli: Mandale un beso blanco. Y cuando quieras volver a chatear avisá por mail, nomás.
Senel: Voy a ver si consigo la Canción del ladrón.
Poli: No la muestres en el convento. Je je.
Y entonces se interrumpe la comunicación y me agarro la frente hasta que el muchacho del cyber me reclama el lugar.
8
-Apuntá –se arrancó un largo pelo blanco de la frente el gordo. -Se llama Sermoncito.
-Ya me dijiste -me siento a lo Buda en la alfombra de diarios.
-Dale. Apuntá, carajo. Se debería saber a quién odiamos / se debería saber lo que dolemos. / Se debería saber lo que ganamos / se debería saber a quién jodemos. / Es muy fácil copar un templo bombardeado / y sentir que sos dueño del alma del altar. / Pero va a ser bravísimo que el silencio de Dios / deje de perdonarte. / Se debería saber por qué adoramos / se debería saber lo que perdemos. / Se debería saber a quién asqueamos / se debería saber por qué caemos.
-Buena, Cordero.
-Pero me enterré del todo. Tenía tantas ganas de cantar el final de Mariko-San que salí y vi dos 13. Y después vi a mi madre.
-¿En serio?
-Peor que un dragón de Siam. Justo salía del super y me junó. Hacía meses que me dejaba quieto. Pero Gus trabajó. ¿Y el chateo?
-Magistral.
Senel sintetizó los vaivenes de la esgrima y al cuidacoches terminó por resplandecerle el sarro:
-Tomá pa vos. Tendrías que conseguir lo antes posible la Canción del ladrón. Porque el domingo es 13.
-Si Ana Inés no está en Aguas Dulces la consigo enseguida.
Las tripas del gordo hacen unos ruidos peores que los del Tren Fantasma y cuando se desparrama la pedorrera murmura:
-Y tu madre sigue pensando que Jerónimo se suicidó.
-Mi madre y Poli. A ellas no les interesa que un cardíaco grave le haya hecho el amor a una sidosa para curarle el alma.
-O para pedirle perdón en nombre del Dios macho. ¿No me prendés la vela y te vas, por favor? Necesito escuchar Lobo suelto cordero atado. Y otra cosa: ahora preferiría que no te apures con Moby Dick. ¿Podríamos irla comentando capítulo por capítulo?
-Bueno. Esta noche leo el primero y mañana le damos.
-Mañana ves a Gus.
-Sí, lamentablemente. A Gus y a Javier.
-Es un huevo ser santo.
-Qué noticias me das.
-Pero mirá que es mucho peor de lo que vos pensás, todavía. Va a ser horrible seguirme queriendo.
Senel aprovechó la misma llamita para prender la vela y un Nevada, le alcanzó el walkman al hombre-cordillera y recién al llegar al cortinado sonrió ofreciendo un aura cinquecentista:
-Se debería saber en quién confiamos.
-Ta. Es el viejo miedo loco, Di Caprio. Que no es lo mismo que la falta de fe.
7
A los diez minutos de chateo el muchacho atacó.
Senel: Ahora quisiera hablar de un tema gordo.
Poli: ¿De papá? Je je.
Senel: Mamá ya ni siquiera tiene ganas de ir a Valizas.
Poli: ¿Otra vez fideos? Me vine al cyber con nueve bajo cero y después de culear nueve horas una escala de Aranjuez que no va a salirme nunca y vos dale con mamá. Ah: ¿sabés que Ana Inés Zeballos me mandó la grabación casera que hicieron con Cristina Fernández de un tema de Jerónimo?
Senel: Perá un poquito.
Poli: Pero. Je je.
Senel: Me parece que esta vez mamá se jodió de veras.
Poli: ¿La invadió Bush?
Senel: Algo así.
Poli: Entonces no tiene arreglo. Debe ser humana.
Senel: ¿Estás leyendo a Benedetti?
Poli: No. Voy a la Facultad en tranvías llenos de locos y reventados y borrachos y suicidas vieneses. En invierno es divino. El machaje creyente tendría que encarar aquí.
Senel: Ahora entiendo por qué no te sale la escala.
Poli: ¿Tenés que hacerme llorar desde tan lejos?
Senel: Perdón.
Poli: Perdón las bolas. ¿En los conventos se ve todo lindo?
Senel: Lindo las bolas. ¿Y qué fue lo que escribió Jerónimo?
Poli: Le puso letra a la Canción del ladrón de Llobet. Me parece que no va a gustarte mucho.
Senel: Mirá que lo de mamá es difícil de verdad.
Poli: Y esta letra también. Porque tío Jerónimo la escribió especialmente para Cristina y la mujer que canta termina perdonando a Dios. ¿Cómo la ves?
Senel: ¿Perdonando a Dios?
Poli: Sí. A buen entendedor, pajarito. Una vez escuché decir o leí que Dios es el único ladrón dueño de lo que roba.
Senel: No está mal.
Poli: Y a lo mejor las mujeres que lo ven como un macho tienen que perdonarlo.
Senel: Sos un genio, Misobaco.
Poli: Y vos me hacés llorar.
Senel: Manda decir el gordo si precisás más guita.
Poli: No. Morfo nieve, igual.
Senel: Y mamá dice que terminó de tejerte un pasamontaña rojo y verde.
Poli: Mandale un beso blanco. Y cuando quieras volver a chatear avisá por mail, nomás.
Senel: Voy a ver si consigo la Canción del ladrón.
Poli: No la muestres en el convento. Je je.
Y entonces se interrumpe la comunicación y me agarro la frente hasta que el muchacho del cyber me reclama el lugar.
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-Apuntá –se arrancó un largo pelo blanco de la frente el gordo. -Se llama Sermoncito.
-Ya me dijiste -me siento a lo Buda en la alfombra de diarios.
-Dale. Apuntá, carajo. Se debería saber a quién odiamos / se debería saber lo que dolemos. / Se debería saber lo que ganamos / se debería saber a quién jodemos. / Es muy fácil copar un templo bombardeado / y sentir que sos dueño del alma del altar. / Pero va a ser bravísimo que el silencio de Dios / deje de perdonarte. / Se debería saber por qué adoramos / se debería saber lo que perdemos. / Se debería saber a quién asqueamos / se debería saber por qué caemos.
-Buena, Cordero.
-Pero me enterré del todo. Tenía tantas ganas de cantar el final de Mariko-San que salí y vi dos 13. Y después vi a mi madre.
-¿En serio?
-Peor que un dragón de Siam. Justo salía del super y me junó. Hacía meses que me dejaba quieto. Pero Gus trabajó. ¿Y el chateo?
-Magistral.
Senel sintetizó los vaivenes de la esgrima y al cuidacoches terminó por resplandecerle el sarro:
-Tomá pa vos. Tendrías que conseguir lo antes posible la Canción del ladrón. Porque el domingo es 13.
-Si Ana Inés no está en Aguas Dulces la consigo enseguida.
Las tripas del gordo hacen unos ruidos peores que los del Tren Fantasma y cuando se desparrama la pedorrera murmura:
-Y tu madre sigue pensando que Jerónimo se suicidó.
-Mi madre y Poli. A ellas no les interesa que un cardíaco grave le haya hecho el amor a una sidosa para curarle el alma.
-O para pedirle perdón en nombre del Dios macho. ¿No me prendés la vela y te vas, por favor? Necesito escuchar Lobo suelto cordero atado. Y otra cosa: ahora preferiría que no te apures con Moby Dick. ¿Podríamos irla comentando capítulo por capítulo?
-Bueno. Esta noche leo el primero y mañana le damos.
-Mañana ves a Gus.
-Sí, lamentablemente. A Gus y a Javier.
-Es un huevo ser santo.
-Qué noticias me das.
-Pero mirá que es mucho peor de lo que vos pensás, todavía. Va a ser horrible seguirme queriendo.
Senel aprovechó la misma llamita para prender la vela y un Nevada, le alcanzó el walkman al hombre-cordillera y recién al llegar al cortinado sonrió ofreciendo un aura cinquecentista:
-Se debería saber en quién confiamos.
-Ta. Es el viejo miedo loco, Di Caprio. Que no es lo mismo que la falta de fe.
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