miércoles

LA BRECHA GENERACIONAL / Arnaldo Gomensoro

CUARTA ENTREGA

Pero empecemos por aclarar lo siguiente: no se trata, obviamente, de dejar de culpabilizar a los jóvenes, para dedicamos, ahora, a culpabilizar a los adultos. Se trata de hacer justamente un paréntesis en la tarea tan cómoda de dedicamos a encontrar culpables para dedicarnos, comprometidamente, a ubicar “responsabilidades” y, eventualmente, “responsables”.

Responsables de verdad, es decir, que se hagan cargo de la cuota de responsabilidad que les corresponda. Y es justamente en esta tarea que pensamos que los adultos hemos escabullido sistemáticamente el bulto, encontrando distintos pretextos para justificar nuestra inoperancia.

Una buena manera de empezar a reflexionar seriamente sobre el tema puede ser el que intentemos tomar conciencia crítica de que todo lo que nos está pasando parece el final de un “cuento malo” que inventamos nosotros mismos: el tan repetido cuento de los aprendices de brujo que desatan fuerzas que, después, son incapaces de sujetar y de encauzar.

En efecto:

• Quisimos conquistar toda la libertad y la libertad para todos, y nos estamos hundiendo en el libertinaje.

• Quisimos reivindicar todos los derechos humanos, y estamos desatando la más violenta de las convivencias.

• Quisimos terminar con el odioso autoritarismo y hemos matado a la gallina de oro de la autoridad genuina, sin la que ninguna convivencia es posible.

• Quisimos que todos disfrutaran de todos los derechos y sólo conseguimos que nadie acepte asumir ningún tipo de deberes ni de obligaciones.

• Quisimos alentar la mayor participación de todos en todo y sólo logramos alimentar las desmesuradas ambiciones egoístas de cada uno.

• Quisimos terminar, de una vez por todas, con la “sociedad de los poetas muertos” y terminamos inventando, no la sociedad de los poetas vivos, sino la sociedad de los poetas “avivados”.

• En fin: quisimos terminar con todas las tiranías y con todos los tiranos y terminamos quedándonos, en los hechos, sin capitanes, sin timonéeles y sin guías, navegando a la deriva, sin brújula y sin norte, hacia la nada.

Quizá recién ahora se nos haga claro que no basta con reivindicar libertades y cada vez más libertades. Eso fue lo que comprendió el famoso psicoterapeuta vienés Víctor Franca cuando culminó su viaje por los EE.UU. Cuando los periodistas lo asediaron en el aeropuerto para pedirle que diera, sintéticamente, su opinión sobre el país que acababa de recorrer, les dijo una frase muy simple al tiempo que muy elocuente en su misma simplicidad:

“Después de haber construido una magnifica estatua de la Libertad en la costa oriental, estaría bien que pensáseis en construir otra, igualmente magnífica, de la Responsabilidad en la costa occidental.”

Pues bien: por aquí tendríamos que iniciar, como quería Vaz Ferreira, un nuevo planteo y un nuevo enfrentamiento del problema. Porque el gran salto cualitativo capaz de devolvernos a los mayores la condición de auténticos educadores se llama, aquí también, RESPONSABILIDAD PERSONAL, COMPROMISO EXISTENCIAL.



(continúa próximo miércoles)

No hay comentarios:

Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...
Google+