miércoles

UNA EDUCACIÓN Y UNA TERAPIA PARA INQUIETOS (X)


C - LA ELECCIÓN DE NUEVOS VALORES

Una primera observación a enfatizar a esta altura del análisis es que, aunque la liberación de servidumbres aparece como necesaria, diríamos que como imprescindible, no aparece, en cambio y en sí misma, como suficiente.

Sartre lo dice claramente: "Lo importante no es lo que los otros han hecho con nosotros, sino lo que nosotros hacemos con lo que los otros han hecho de nosotros." La pregunta fundamental y decisiva será, pues, qué haremos con la libertad alcanzada. Cómo transformaremos la negación de las ser-vidumbres en la afirmación de opciones alternativas, libremente elegidas. Y de las que, como lo veremos más adelante, nos tendremos que hacer in-excusablemente responsables.

Quizá sea Federico Nietzsche el que ha formulado esta pregunta con la mayor rotundidad:

“¿Tú te llamas libre? Yo quiero que me digas tu pensamiento cardinal, y no que has escapado de un yugo.
¿Eres tú alguien que tuviese el derecho de librarse de su sujeción?
¿Libre de qué? ¡Qué le importa eso a Zaratustra! Pero tu mirada debe anunciarme claramente: ¿libre para qué?
¿Puedes darte a ti mismo tu bien y tu mal y suspender tu voluntad por encima de ti como una ley? ¿Puedes ser tu propio juez y el vengador de tu ley?”

Evidentemente, el sentido profundo de que seamos capaces de cancelar un pasado obsoleto reside en que esta cancelación nos abra la posibilidad de que, como lo quería A. Giddens, "seamos capaces de colonizar creativamente un nuevo futuro".

Y es obvio que el valor de lo nuevo tendrá que residir en otra cosa que en la novedad o en la novelería. Lo nuevo tendrá, pues, que "encarnar" valores más altos, significados más profundos que aquéllos que viene a suplantar.

Quizá los pensadores que en forma más accesible y más pragmática han incursionado en el proceso de concretar nuevas opciones creativas han sido los pedagogos americanos Raths, Harmin y Simon, en su libro "El sentido de los valores y la enseñanza". Ellos establecen un listado de condiciones que garantizarían, de cumplirse, que las nuevas opciones no reiteren los mismos vicios de las anteriores. Aquí nos limitaremos a enumerar los momentos del proceso, dejando a la reflexión de quienes se procuren el libro, el profundizar en su significado.

Según ellos, el proceso de clarificación de los valores y las decisiones que ella posibilite están basados en tres momentos fundamentales:

1) elección libre;
2) estimación, y
3) coherencia en la acción.

Estos tres momentos se subdividen, a su vez, en siete procesos concretos, que se deben cumplir si pretendemos que las nuevas opciones sean genui-namente creativas:

1) Escoger libremente los valores (para que algo sirva como guía de nuestra existencia ha de ser el resultado de una libre elección, sin presiones ni groseras ni sutiles).
2) Habrá que escoger los valores entre varias alternativas.
3) Habrá que escoger después de cuidadosa consideración de las consecuencias de cada alternativa.
4) Hemos de apreciar y de estimar la selección realizada y sentirnos felices con ella.
5) No vacilaremos en afirmar públicamente nuestra decisión.
6) Es preciso que la conducta concreta afirme nuestras decisiones y las integre a la vida.
7) Debemos aplicar la selección repetidamente a nuestra forma de vida.

Ahora bien: del mismo modo que lo establecimos para nuestro Esquema de Orientación, hay que repetir que esta enumeración, con límites tan precisos, es puramente intelectual, un recurso conceptual para describir una realidad en que los momentos se dan muy entrecruzados e íntimamente integrados


D - LA RESPONSABILIDAD DE HACER ATERRIZAR EN LA REALIDAD LOS NUEVOS VALORES ELEGIDOS LIBREMENTE

Los numerales 6 y 7 de la lista anterior ya apuntan a la exigencia elemental de que nos hagamos responsables prácticamente de nuestras nuevas opciones. Seguramente resulta la responsabilidad asumida el rasgo más decisivo en el proceso de "personalización".

Viktor Frankl, el famoso autor del libro "Un psicólogo en un campo de concentración", expresó en forma muy gráfica y pintoresca esta exigencia. Cuando subía al avión para regresar a Europa después de un viaje a EE.UU., los periodistas le pidieron que dijera, en pocas palabras, cuál era su impresión del país que acababa de visitar. La respuesta de Frankl fue terminante: "Sería bueno que después de haber construido una magnífica estatua a la Libertad en la costa Este de vuestro país, se pusieran a la tarea de construir otra, igualmente magnífica, a la Responsabilidad en la costa Oeste."

Es que la libertad sin su contrapartida de responsabilidad termina deslizándose, insensiblemente, al libertinaje.

Y quizá las crisis que está viviendo la Humanidad a fines del siglo XX y principios del XXI sea básicamente una crisis de responsabilidad, que se traduce en un proceso, aparentemente incontenible, de "despersonalización" creciente en aspectos fundamentales de la vida.

Es decir: tampoco basta con elegir nuevos valores si no somos capaces de embarcarnos, militantemente, en su realización práctica. En ese sentido, podemos alcanzar completa conciencia y lucidez y, sin embargo, seguir esclavos de diversas servidumbres.

O dicho de otro modo: la inquietud cuestionadora y la revisión de valores pueden quedarse, por apatía, por comodidad o por cobardía, en un idealismo utópico o en un fariseismo hipócrita. Y suelen ser los niveles sociales más cultos y los medios académicos los más propicios a llenarse de lúcidos estériles y de fariseos de la retórica.

Alguien pudo decir que "la hipocresía no era otra cosa que un homenaje del vicio a la virtud". En efecto, como muchos otros homenajes, nos permiten "quedar bien" sin obligarnos a ninguna militancia comprometida.

Es en tal sentido que cabe afirmar que sólo la entusiasta y hasta apasionada militancia a favor de los nuevos valores alternativos logra consumar el cuarto punto cardinal de nuestra brújula: la responsabilización.

Agreguemos una consideración sobre el efecto destructivo sobre la vocación responsable que vienen ejerciendo algunas corrientes pretendidamente científicas que aspiran a explicar y manipular tecnológicamente las actitudes y las conductas de los seres humanos. Nos referimos al permisivismo irrestricto que en educación promueve cierto "horizontalismo pedagógico" y al fatalismo psicogenético promovido por el psicoanálisis y otras escuelas psicoterapéuticas.

Ambas orientaciones, absolutizando los condicionamientos socio y psicogenéticos se han encargados de multiplicar los pretextos y las excusas para justificar la irresponsabilidad creciente de "educandos" y de "pacientes", inventando diversos "chivos emisarios" que los dispensen de asumir sus responsabilidades y de rendir cuentas de sus actitudes y de sus conductas.


D - EL COMPROMISO (de "encarnar" los nuevos valores, pragmáticamente, en nuestra propia persona)

Fue también Federico Nietszche quien definió al hombre (al ser humano), como "el único animal capaz de prometer". En efecto, sólo un ser que vive enfrentando "creativamente" el futuro puede prometer. Pero él mismo nos dice que "nunca deberíamos prometer lo que no estamos seguros de poder cumplir". Y la verdad es que sólo es capaz de cumplir lo prometido quien es capaz no de adherir simplemente a ciertos valores y objetivos y a proclamarlos, sino quien está dispuesto a "encarnarlos" en su propia persona. (quien "es capaz de ser su propio juez y el vengador de su propia ley").

Todos sabemos muy bien que sólo resulta convincente quien predica con el ejemplo. De ahí la contundencia de los "testimonios" frente a la ambigüedad de los "argumentos".

Lao Tse decía: "La manera de ser es hacer". Y nosotros agregamos: "y la manera de hacer es hacerse", construirse a uno mismo en el proceso de convertirnos en personas.

Pues bien: el quinto punto cardinal de nuestra brújula, EL COMPROMISO, con el que se cierra ese proceso de sacudir nuestra quietud y de convertirnos en persona, se concreta y se expresa, con toda su fuerza, en la figura del MILITANTE, del COMBATIENTE, que se juega denodadamente por los principios y por los ideales a que se ha adherido libremente.

Lamentablemente, parecería que, en la época en que nos toca vivir, y que Gilles Lipovestky pudo definir como "la era del vacío", el compromiso mi-litante va quedando cada vez más reducido al fanatismo casi psiquiátrico de los fundamentalistas religiosos o políticos.

En cambio, los hombres y las mujeres comunes parecemos crecientemente dispuestos a sacarles el cuerpo a toda posible militancia comprometida, desertando de la responsabilidad elemental de hacernos cargo de nuestras decisiones. Y buscando (y lo que es peor, encontrando) todo tipo de pretextos y de excusas para hurtarnos a la necesidad de rendir cuentas de nuestras actitudes y de nuestras conductas.

Pero la realidad, con su rotunda contundencia, no se deja trampear: sólo el compromiso inalienable de encarnar en nuestra conducta de todos los días los nuevos valores libremente elegidos nos pondrá en el camino para poder construir, creativamente, nuestro propio destino.


Referencias del autor

Psicólogo – Educador
Especialista en sexología y género
Orientación personal, familiar y de pareja
Montevideo Marzo 2009
e-mail: ethos310@hotmail.com

4 comentarios:

Roch dijo...

Lao Tse decía: "La manera de ser es hacer". Y nosotros agregamos: "y la manera de hacer es hacerse", construirse a uno mismo en el proceso de convertirnos en personas.

Y Roch dsp va con estos planteos ;) y la sacan con fritas ... esta entrega me resultó mas indescifrable que las otras.
Cualquier cosa
ethos310@ hotmail.com?
y no blabla@yahoo.es
La era del vacío? en uno de los tantos caminos optados, me han mencionado "la noche oscura del alma".

Roch dijo...

El sentido profundo de que seamos capaces de cancelar un pasado obsoleto reside en que esta cancelación nos abra la posibilidad de que, como lo quería A. Giddens, "seamos capaces de colonizar creativamente un nuevo futuro".

zen dijo...

ROCH: Si, sin duda el mail, es para que pueda abrirse una línea directa.

Personalmente. este trabajo me gustó mucho. Sería interesante escuchar otras ponencias, tan inteligentes, verdad?

El próximo miercoles, sale publicado en el blog,otra publicación de Gomensoro.

Le mando un abrazo grande.
Vio a X?

Roch dijo...

X et Flipper et petite amie???
Imaginese si Roch hace uso de ese email ahi si que se tiene que tomar el barquito ...

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