miércoles

35 / LA CULPA ES DE LARSEN [Milagros de una Puta]

Paco metió la cabeza en la escalera que daba al Laboratorio de Artes para llamar rabiosamente a Shirley y Juana tuvo que interrumpir el análisis hermenéutico junguiano de El astillero.
-El señor Enzo Comendatore vino a hacer una oferta por el negocio -le explicó el heredero de la Casa de Naná a la chiquilina mientras entraban al despacho donde los esperaba el mafioso: -Y me gustaría que conversaran un poco sobre Larsen. Sentate, por favor.
-Mire que ella me odia -advirtió el hombre ya viejo y de anchura sangrienta: -¿Cómo te va, cosita?
Shirley se alisó la blusa y el peinado como una cobra en guardia aunque ni siquiera llegaron a florecerle los dientes.
-Comendatore piensa que el paraíso de Naná merece transformarse en una Casa de Masajes.
-¿No sería un toque digno de Juntacadáveres? -desparramó su ya célebre entusiasmo congelado el ex-asesor de políticos progresistas: -O de Piria. Un Laboratorio cinco estrellas. ¿O hay un arte mayor que el de generar placer? Aunque nos aterre tanto el pequeño milagro de fajarnos comme il faut para deslegitimar los discursos imperantes y optar por la vindicación del deseo identitario. Vos tenés dieciocho años y serás muy genial pero lo que todavía no entendés es que en el Laboratorio juegan a retroceder al cuchitril tribal con los paradigmas new-age que nos vende la Disney War.
Entonces la muchacha se descubrió la oreja que tenía vendada desde que la apedrearon por filmar bailando desnuda en la azotea de la Torre del Vigía y murmuró:
-¿Qué es lo que piensa Larsen cuando termina garchándose a la sirvienta de Angélica Inés y se da cuenta que nunca va a poder entrar a la mansión iluminada?
-Ah. Tanto no me acuerdo.
-Piensa: Nosotros los pobres. ¿Ta? Y pobre quiere decir sin Dios. Y para peor sintiendo que Petrus es Dios. Juntacadáveres es tan pobre que hasta aceptaría la casa de los catorce pilares como espejismo de la eternidad. Un templo hecho por un viejo de mierda que él igual quisiera adorar, porque en el hotel lo besa en lugar de escupirlo. Me parece que vos no entendiste el mensaje hetimasíaco de El astillero.
-Esta gente del Laboratorio delira peligrosamente -le comentó Comendatore a Paco: -Y la prueba es que acaban de armar un quilombo en la Plaza del Vigía que le puede costar todo a la Casa de Naná. Yo sé por qué lo digo.
-¿Eso es una amenaza?
-No. Cualquiera se da cuenta.
-Bueno -se paró Shirley: -Estoy interrumpiendo el taller. Y te aviso que los dieciocho años los tengo hecho pedacitos desde los cinco, loco. Y son muchísimo más que dieciocho pedacitos.
Y al llegar a la puerta se tiró un pedo y graznó casi alegre:
-Tomá. Y soñá con lo que nunca vas a poder comerte.



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