miércoles

Zarpes desde Catalunya [Luis Silva Shultze]

(para leer 6a click aquí)

R
ecapitulemos lo que hemos hecho hasta ahora en nuestro viaje. Salimos desde el Sol-Plaza Independencia, que en nuestra escala era una pelota de playa de 2 mts, y llegamos hasta por donde pasa la bolita de 7 mms. que representa a Mercurio en l8 y Convención. Luego nos fuimos hasta 18 y Rio Branco, donde Venus, que mide 17mms, circula cada 225 días: que es lo que dura su año, más pequeño que su día, (243), por la inexplicable lentitud de su movimiento de rotación. El maestro nos explica que si estuviéramos en la superficie de Venus, y debido a que éste rota al revés que la Tierra, veríamos el amanecer por el oeste, y a los ll7 días terrestres, cuando termina la luz solar, presenciaríamos el atardecer por el este. La poesía astronómica -continúa el maestro- la tendríamos cuando la salida o puesta de sol coincida exactamente con el principio o fin de un año, algo que nunca ocurre en la Tierra, por lo que nosotros los niños tenemos que estar el 31 de diciembre hasta las doce de la noche levantados y con mucho sueño. Para saber si sus alumnos han seguido bien el razonamiento, el maestro nos pide que calculemos cuándo tendríamos que dejar los zapatos para los Reyes Magos. Con tal de no hacer este problema, Sonia observa en voz alta que tanto la Tierra -cuyo nombre viene de la diosa Madre Gea en el panteón griego y es equivalente a Terra en el romano- como Venus, diosa del amor, son los únicos planetas “femeninos”. Pero ella misma agrega que según su hermana mayor -que ya ha tenido tres novios y sabe lo que es el amor- el nombre de Venus está muy bien puesto porque es un infierno de calor, ríos de lava y numerosos volcanes. El maestro vuelve a la ciencia y nos cuenta que a Venus, por encontrarse más cerca del Sol que la Tierra, siempre lo localizaremos cercano a aquél, bien antes del amanecer (Lucero del Alba) o bien después del atardecer. Tanto es así, que los aztecas y los griegos, le daban dos nombres distintos a Venus según la hora en que lo localizaran. Cuando Venus es visible en el cielo nocturno (que como ya hemos visto en las clases teóricas, es negro por la inmensidad extraordinaria del espacio que se expande y que las estrellas no alcanzan a iluminar) se transforma en el objeto que más luce en el firmamento después de la Luna, y en el 20l2 se le podrá ver como un pequeño disco negro contra la brillante superficie solar.
Hace exactamente 400 años, el gran Galileo, se construyó él solo un telescopio, (el mejor de su época), lo giró para ver las fases de Venus y de la Luna y les dijo a sus vecinos que lo rodeaban con la boca abierta: “Lo siento mucho, pero Copérnico tiene razón, el centro es el Sol”. Fue la primera prueba tangible de lo que el genial clérigo católico polaco había adelantado teóricamente unos años antes, pero también fue la primera vez que una afirmación basada en la observación y la experiencia se enfrentaba a la autoridad de las teorías geocéntricas. Desde aquí nuestro sencillo homenaje. En la próxima nos vamos para la Tierra, donde el día dura 24 horas.


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