53 / Anochece.
Los magos que los esperaban los instalan y los consuelan.
No hay lugar para tender mesas formales y les sirven la cena en recipientes que traen de la cocina.
Un aprendiz anuncia:
-Salgan a las terrazas; afuera se ve un espectáculo increíble.
Desde los parapetos, apenas se esboza el mar en la oscuridad, pero centellas ígneas surcan el espacio hacia la aldea.
Un fuego inicial, pequeño como la lumbre de un fogón, crece, se extiende por el bosque como un infierno que lo devora.
Lloran en silencio la pérdida de tantas vidas.
Animales y árboles.
¡Los árboles!
¡Ellos que los respetaban tanto y sólo usaban la madera seca y las ramas caídas!
-Mortry, ¿qué son esas esferas incandescentes que salen disparadas con tremenda fuerza de los barcos?
-Eso mismo: esferas incandescentes. Las arrojan con una máquina de guerra; la catapulta.
-¿Creés que los invasores vendrán acá?
-Si eso ocurriera, no encontrarían otra cosa que una pradera desierta.
-¿Cómo es eso?
-Poseemos el secreto de la invisibilidad...
-¡Más los conozco, más los admiro!
-Somos invisibles a sus ojos porque dentro de estos muros estamos en otra dimensión y muy pocos tienen permiso para acceder y pasar sus puertas.
-¡Pero la casa es muy sólida! ¡Se ve desde lejos! ¡Siempre está acá cuando vengo con madre!
-Únicamente los buenos de corazón pueden...
Mussi viene rauda como una saeta y los interrumpe.
Se para en el hombro de Nahala:
-¡No puedo describirles la furia y la violencia de esos salvajes al hallar la aldea vacía! ¡La destruyen con saña!
-¿Estuviste allí?
-Sí. Nada puede sucederme y quise ser, por unos instantes, testigo de tamaña barbarie. ¿Quién mejor que yo?
-¡Vanidosa! Vayamos a descansar; no hay por qué continuar viendo esto...
Mussi flota agitando sus alas sedosas que tienen esos incorpóreos átomos brillantes que las rodean y hacen del hada una joya reluciente en la negrura nocturna.
-¡Chist!
Nahala se da vuelta para mirarla.
-¿¿¿Y acerca del caldero, qué???
-¡Supongo que estarás de bromas! ¡Como para calderos estoy ahora!
-No te puedo permitir que lo olvides.
Antes de dormirse, se comunica con Vlassa:
-Hermana, por el momento eludimos el peligro. Regresen.
El pensamiento es instantáneo.
Más que el rayo en una tormenta.
Recorre tiempo y distancia sin barreras que lo detengan.
La respuesta de Vlassa es inmediata:
-¡Alabados sean los dioses! ¡Estamos en camino!
La hechicera ríe en la oscuridad.
Una copiosa, bendita lluvia, va apagando los incendios...
domingo
29/ El Caldero de la Bruja [Anna Rhogio] - La novela WEB de magia y hechicería para niños
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