La pieza del quilombo tenía una claraboya ovoidal que daba hacia la calle, y Shirley se despertó al lado de un negrazo que tomaba mate esculpido en la marea rosada.
-Opa -bostezó resplandecientemente la muchacha: -Nos quedamos nocau.
-Yo te estoy mirando desde que amaneció.
-No te preocupes que te voy a cobrar la primera hora, nomás. Pero me mataste, Rulo. Tenés una baguette de chocolate suizo.
-Y vos sos Dios.
-No. La Esposa. Mirá lo que terminé de pintar ayer de tarde.
La chiquilina tomó un mate y acarició el glande ya empinado del Rulo antes de descorrer la cortina para descubrir una Virgen constructiva que medievalizaba la claraboya.
-Qué demás.
-La grafiqué en el taller que dirige Horacio, el hermano de Ojos de Plata. Pero la pinté solita.
-Yo ayer traje a los Barra de oyentes al Laboratorio y se colgaron mal con un análisis que hizo Juana de Gení y el Zeppelin. Vamos a dar todo Chico Buarque en español. Lo que no entiendo es por qué a nadie se le ocurre organizar estas cosas en el Penal. Medio mundo se prendería.
-En el Penal y en el barrio.
-El problema es que no hay peso que no vaya para la pasta. Aunque algunos se curarían. Puta madre: anoche los dejé esperando, porque quedé en tocarles la canción en lo del Cagalera Dulce.
-A mi me odian, por más que vengan a franelear y a pajearse en el corredor todas las noches.
-Pero no te olvides que en el barrio te dejabas, pitufa.
-Eso fue hasta que volví de la zafra de Lobos. Mi madre se compró un auto y a mí me regaló un compact-disc de mierda. Entonces me avivé.
-Yo en el Penal no tuve más remedio que vender la baguette de chocolate.
-¿No querés que le pinte una cara? -saltó a la cama Shirley. -A lo mejor podríamos vivir juntos, pero después se pudre.
-Lo eterno no se pudre.
-Y a qué le llamás lo eterno.
-A eso que los católicos le llaman el Espíritu Santo.
Entonces la muchacha le sorbió una gota al glande con gracia de picaflor y señaló irisadamente la claraboya:
-¿Sabés que no quisiera terminar como Gení? Ya estoy juntando guita para poner un geriátrico y dedicarme a actuar y a pintar y a cojerme a los negrazos que me hagan soñar con Dios. Y hoy no voy a cobrarte.
Y después que tomó otro mate y forró al Rulo para montáraselo los Barra le deshicieron a cascotazos la Virgen desde la vereda, igual que en la canción de Chico Buarque.
-Opa -bostezó resplandecientemente la muchacha: -Nos quedamos nocau.
-Yo te estoy mirando desde que amaneció.
-No te preocupes que te voy a cobrar la primera hora, nomás. Pero me mataste, Rulo. Tenés una baguette de chocolate suizo.
-Y vos sos Dios.
-No. La Esposa. Mirá lo que terminé de pintar ayer de tarde.
La chiquilina tomó un mate y acarició el glande ya empinado del Rulo antes de descorrer la cortina para descubrir una Virgen constructiva que medievalizaba la claraboya.
-Qué demás.
-La grafiqué en el taller que dirige Horacio, el hermano de Ojos de Plata. Pero la pinté solita.
-Yo ayer traje a los Barra de oyentes al Laboratorio y se colgaron mal con un análisis que hizo Juana de Gení y el Zeppelin. Vamos a dar todo Chico Buarque en español. Lo que no entiendo es por qué a nadie se le ocurre organizar estas cosas en el Penal. Medio mundo se prendería.
-En el Penal y en el barrio.
-El problema es que no hay peso que no vaya para la pasta. Aunque algunos se curarían. Puta madre: anoche los dejé esperando, porque quedé en tocarles la canción en lo del Cagalera Dulce.
-A mi me odian, por más que vengan a franelear y a pajearse en el corredor todas las noches.
-Pero no te olvides que en el barrio te dejabas, pitufa.
-Eso fue hasta que volví de la zafra de Lobos. Mi madre se compró un auto y a mí me regaló un compact-disc de mierda. Entonces me avivé.
-Yo en el Penal no tuve más remedio que vender la baguette de chocolate.
-¿No querés que le pinte una cara? -saltó a la cama Shirley. -A lo mejor podríamos vivir juntos, pero después se pudre.
-Lo eterno no se pudre.
-Y a qué le llamás lo eterno.
-A eso que los católicos le llaman el Espíritu Santo.
Entonces la muchacha le sorbió una gota al glande con gracia de picaflor y señaló irisadamente la claraboya:
-¿Sabés que no quisiera terminar como Gení? Ya estoy juntando guita para poner un geriátrico y dedicarme a actuar y a pintar y a cojerme a los negrazos que me hagan soñar con Dios. Y hoy no voy a cobrarte.
Y después que tomó otro mate y forró al Rulo para montáraselo los Barra le deshicieron a cascotazos la Virgen desde la vereda, igual que en la canción de Chico Buarque.
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