jueves

ALBERT HOFMANN - LSD: CÓMO DESCUBRÍ EL ÁCIDO Y QUÉ PASÓ DESPUÉS EN EL MUNDO (69)

 

 La irradiación de Ernst Jünger (6)

 

El primer viaje (3)

 

Son notables y tan actuales como entonces las consideraciones generales sobre las drogas formuladas por Bibra hace más de cien años:

 

…El individuo aislado que ha tomado demasiado hashish y ahora corre enfurecido por las calles asaltando a cualquiera con quien se encuentre, no cuenta frente al gran número de los que, después de comer, pasan unas horas felices y agradables con una dosis prudente, y el número de los que son capaces de superar las más duras tareas gracias a la coca, los que así, quizá, se han salvado de la muerte por inanición, supera con mucho el número de los pocos coqueros que han socavado su salud con un uso inmoderado. Del mismo modo sólo una mal aplicada hipocresía puede condenar la copa quitapenas del viejo padre Noé, porque algunos borrachos no sepan medirse…

 

Yo a Jünger le contaba siempre cosas actuales y amenas en el terreno de las drogas, como por ejemplo en mi carta de septiembre de 1955:

 

…La semana pasada han llegado los primeros 200 g. de una nueva droga cuya investigación quiero iniciar. Se trata de las semillas de una mimosa (Piptademia peregrina Benth.), que los indios del Orinoco utilizan como estimulante. Las semillas de trituran, se fermentan y luego se mezclan con la harina de conchas de caracoles quemados. Los indios aspiran este polvo con un hueso de pájaro hueco y ahorquillado, como ya lo relata Alexander von Humboldt (Viaje a las regiones equinocciales del Nuevo Continente, libro 8, capítulo 24). Sobre todo la tribu guerrera de los otomacos emplea esta droga llamada niopo, yupa, nopo o cojoba, hasta el día de hoy en gran escala. En la monografía de P. J. Gumilla, S. J. (El Orinoco Ilustrado, 1741), se dice: “Los otomacos aspiraban el polvo antes de entrar en guerra con los caribes, pues en tiempos antiguos hubo guerras salvajes entre estas tribus… Esta droga los enloquecía por completo, y empuñaban furiosos las armas. Y si las mujeres no fueran tan hábiles para retenerlos y atarlos, a diario cometerían terribles destrozos. Es un vicio terrible… Otras tribus, de buen natural y más pacíficas, que también aspiran la yupa, no se enfurecen como los otomacos, quienes por esta droga se autolaceraban hasta sangrar y marchaban frenéticos al combate”.

Tengo curiosidad por saber cómo actuaría el niopo sobre uno de nosotros. Si alguna vez pudiéramos organizar una sesión de niopo, de ningún modo deberíamos alejar a nuestras esposas en la ensoñación preprimaveral (me refiero a la sesión de LSD de febrero de 1951), para que, llegado el caso, puedan atarnos…

 

El análisis químico de esta droga llevó a aislar sustancias activas que, como los alcaloides del cornezuelo de centero y la psilocybina, pertenecen al grupo de los alcaloides del indol, pero que ya estaban descritas en la bibliografía especializada, por lo cual no siguieron analizándose en los laboratorios Sandoz. Los efectos fantásticos arriba reseñados parecen darse sólo cuando se utiliza el niopo aspirándolo; además dependen, sin duda, del carácter psíquico de las tribus indias en cuestión.

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