miércoles

ESPACIO Y TIEMPO EN LAS PATOLOGÍAS MENTALES (48) - HÉCTOR GARBARINO

 1ra edición: Editorial Roca Viva / Julio 1996

 1º edición WEB: elMont

 

V. MELANCOLÍA

 ESPACIO Y TIEMPO EN LA MELANCOLÍA***

 

DISCUSIÓN (5)

 

Alfredo Varese: “Voy a hacer una intervención muy breve influido por cómo se están dando las cosas y si es que puedo, después hago la intervención que tenía pensada. Una de mis inquietudes tiene que ver con la relación entre la teoría y la práctica y ese aspecto de la teoría que tiene que ver con la práctica, que podemos llamar el método.

 

Teniendo muy en cuenta la riqueza que hay a través de ejemplos de lo más variados como hay aquí, por lo menos yo privilegio la situación que surge de la práctica del trabajo. Cuando escuchaba la búsqueda de los sinónimos o de la aclaración de términos, pensaba en la inconmensurabilidad entre teorías y pensé que podría entender escuchando cosas desde más cerca del trabajo con los pacientes. Y lo que quería pedirle, Héctor, es que se tuviera en cuenta en la medida de lo posible los aspectos metodológicos del trabajo con este tipo de pacientes y si tiene algún comentario para hacer acerca de cómo se establece en estas condiciones la relación de trabajo. Para entender algunas cosas teóricas a mí me ayudaría el que se tuvieran en cuenta los aspectos de la práctica específica para estos casos”.

 

Héctor Garbarino: “Yo no sé si usted estuvo cuando yo presenté un caso de esquizofrenia, de un paciente analizado por mí. Era un paciente psicótico esquizofrénico que hizo un empuje y que evolucionó a lo largo de seis meses. Yo no digo que haya evolucionado por mi tratamiento, porque también había tratamiento orgánico, como siempre.

 

En relación al problema de la teoría y la práctica el progreso en una teoría, en la teoría psicoanalítica, va a surgir de conceptos teóricos, intuiciones teóricas, que después de ve hasta dónde y cuándo y cómo se aplican en la clínica. Hay intuiciones que después resuelven la aplicación a posteriori; esto por un lado. Por otro lado me parece que una cosa que todos sabemos es la comprensión y otra el efecto terapéutico de la comprensión, y esto también pasa en la neurosis, los casos neuróticos que nosotros analizamos al año o a los dos años vuelven y si no vuelven es porque no tienen plata. Es decir que yo no digo que no mejoren, pero sí que el efecto terapéutico que logramos en la neurosis, hay que decir la verdad, es relativo. De esta paciente no puedo decir porque yo no la conocí, es un material clínico que suministraron Daniel y Edmundo. Con respecto al paciente que yo analicé es que si usted se instala en esa otra realidad el paciente queda absolutamente convencido de que es entendido. Se establece un vínculo que es muy positivo para el trabajo terapéutico; y hay que empezar por allí. El paciente preguntaba muchas veces, ya que lo le hablaba comprendiéndolo, si yo experimentaba lo que él experimentaba. Es decir que se entusiasman con la idea de que eso pueda ser también compartido y entendido por otro.

 

Hay que empezar por pensar que estos pacientes están en otra realidad, yo le hablé de esto al paciente y él enseguida se interesó muchísimo. Creo que el tratamiento es diferente que con el paciente neurótico; por ejemplo, cuando él habló de la androginia, yo le hablé del mito de Aristófanes y él quedó encantado, porque la cosa no era tan loca si algún poeta lo podía haber pensado. Creo que esto de entender que está en otra realidad aproxima muchísimo al paciente a uno. Además, podría decir que tuve un éxito importante en relación a los síntomas del paciente, explicándole los distintos espacios en que él estaba viviendo; esto me anima a proseguir.

 

Debo decir que el éxito al que me he referido se lo debó también a otra gente que colaboró conmigo para poder seguir pensando estas cosas, como es el caso de Luis Villalba.

 

El paciente decía: ‘¿Sabe lo que me preocupa a mí? Me angustia que cuando yo camino hacia adelante siento que camino hacia atrás’. Entonces yo le dije: ‘Usted camina hacia adelante como nosotros, están en un espacio tridimensional, pero a la vez usted se siente en un espacio multidimensional, en el que está confundido con las cosas, adherido a las cosas, cuando usted avanza, usted retrocede con las cosas, usted va avanzando pero al mismo tiempo las cosas van para atrás’. Como él está confundido con las cosas, también se va para atrás con las cosas. Después de esto nunca más me habló del síntoma. Entonces, el paciente quedó conforme con esa explicación; yo no sé si es verdadera o no, pero que el paciente quedó conforme y suprimió el síntoma es así, y ya es bastante, me parece.

 

El decirles a estos pacientes que están en otra dimensión les permite entenderse mucho más a sí mismos; se vuelven menos locos, menos alienados, más próximos a nosotros”.

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