miércoles

ALBERT HOFMANN LSD: CÓMO DESCUBRÍ EL ÁCIDO Y QUÉ PASÓ DESPUÉS EN EL MUNDO (3)



El cornezuelo de centeno (1)

Aquí vienen a cuento unos datos retrospectivos sobre esta seta. (1) El cornezuelo es producido por una seta inferior (Claviceps purpurea), que prolifera sobre todo en el centeno, pero también en otros cereales y en gramíneas silvestres. Los granos atacados por esta seta evolucionan transformándose en conos entre marrón claro y marrón-violeta, combados (esclerótidos), que se abren paso en las espeltas en vez de un grano normal. Desde el punto de vista botánico, el cornezuelo de centeno es un micelio duradero, la forma invernada de la seta. Oficialmente, es decir, para fines curativos, se emplea el citado cornezuelo del centeno (Secale cornutum).

Su historia es una de las más fascinantes del mundo de las drogas. En el transcurso del tiempo, su papel e importancia han ido invirtiéndose: temido al comienzo como portador de veneno, se transformó, con el correr del tiempo, en un rico filón de valiosos medicamentos.

El cornezuelo ingresa en la historia en la Alta Edad Media, como causa de envenenamientos masivos que se presentan a modo de epidemia y durante los cuales mueren cada vez miles de personas. El mal, cuya conexión con el cornezuelo no se descubrió durante mucho tiempo, aparecía bajo dos formas (ergotismus gangraenosus) y como peste convulsiva (ergotismus convulsivus) A la forma gangrenosa del ergotismo se referían denominaciones de la enfermedad del tipo de mal des ardents, ignis sacer, fuego sacro. El santo patrono de los enfermos de estos males era San Antonio, y fue la orden de los antonianos, sobre todo, la que se ocupó de cuidarlos. En la mayoría de los países europeos y también en determinadas zonas de Rusia se consigna la aparición epidémica de envenenamientos por el cornezuelo hasta nuestra época. Con el mejoramiento de la agricultura, y después de haberse comprobado en el siglo XVII que la causa del ergotismo era el pan que contenía cornezuelo, fueron disminuyendo cada vez más la frecuencia y el alcance de las epidemias. La última gran epidemia afectó en los años 1926/27 a determinadas regiones del sur de Rusia. (2)

La primera mención de una aplicación medicinal del cornezuelo -como ocitócico- se encuentra en el herbario del médico municipal de Francfort Adam Lonitzer (Lonicerus) del año 1582. Pese a que las comadronas, según se desprende del herbario, habían usado desde siempre el cornezuelo como ocitócico, esta droga sólo ingresó en la medicina oficial en 1908, merced a un trabajo de John Stearns, un médico americano, llamado “Account of the pulvis parturiens, a Remedy for Quickenning Child-births. (*) Sin embargo, la aplicación del cornezuelo como ocitócico no satisfizo las expectativas. Ya muy temprano se reconoció el gran peligro para el niño, debido sobre todo a la dosificación poco segura y demasiado alta, lo cual llevaba a espasmos del útero. Desde entonces, la aplicación del cornezuelo en obstetricia se limitó a la cohibición de las hemorragias posteriores al parto.

Después de la inclusión del cornezuelo en diversos libros de medicamentos en la primera mitad del siglo XIX comenzaron también los primeros trabajos químicos para aislar las sustancias activas de esta droga. Los numerosos científicos que se ocuparon de este problema durante los primeros cien años de su investigación no lograron identificar los verdaderos vehículos de la acción terapéutica. Sólo los ingleses G. Barger y F. H. Carr aislaron en 1907 un preparado de alcaloides eficaz pero no uniforme, según pude demostrar 35 años después. Lo llamaron ergotoxina, porque presentaba más los efectos tóxicos que los terapéuticos del cornezuelo. De todos modos, el farmacólogo H. H. Dale descubrió ya en la ergotoxina que, al lado del efecto contractor del útero, ejercía una acción importante para la aplicación terapéutica de ciertos alcaloides del cornezuelo, antagónica a la adrenalina, sobre el sistema neurovegetativo. Sólo con el ya citado aislamiento de la ergotamina por A. Stoll, un alcaloide del cornezuelo ingresó en la medicina y halló amplia aplicación.

Notas

(1) Quien esté interesado en el cornezuelo de centeno puede consultar la monografía de G. Barger, Ergot and Ergotism (Gurney and Jackson, London, 1931), y la de A. Hofmann, Los alcaloides del cornezuelo de centeno (F. Enke, Sttutgart, 1964). En el primero de estos libros la historia de esta droga halla su descripción clásica; en el segundo, el aspecto químico ocupa el primer plano.

(2) La intoxicación masiva en la ciudad francesa meridional de Pont-St. Esprit en el año 1961, que en muchas publicaciones se atribuyó a pan que contenía cornezuelo de centeno, no tenía, sin embargo, nada que ver con el ergotismo. Se trataba más bien de una intoxicación provocada por un compuesto orgánico de mercurio, empleado para la desinfección de cereales de simiente.

(*) Informe sobre la vulva de las parturientas, un remedio para acelerar los nacimientos.

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