martes

CLARISSA PINKOLA ESTÉS - DESATANDO A LA MUJER FUERTE (49)


Cómo la herida generacional de ser despojados de
la Madre provoca que generaciones subsiguientes
vivan agachadas como si aun los estuvieran
aplastando cuando ahora son, de hecho, libres (10)

Para colmo de males… pero déjennos ver, realmente ver (2)


Mientras escribo esto, la parroquia sigue sin responder llamadas que preguntan y a veces ruegan poder ir a visitar a Nuestra Señora detrás del muro, pues no olvidamos a los que están solos. Pero casi todos fuimos criados con estas palabras del dulce Jesús, Hijo de María, redactadas por el joven escriba Mateo en tiempos remotos. El Niño de María le dice a sus seguidores:

Tuve hambre y no me dieron de comer
tuve sed y no me dieron de beber,
fui forastero y no me recibieron,
estuve desnudo y no me vistieron
estuve enfermo y en la cárcel y no me visitaron.

Está intentando enseñar a Sus seguidores una forma de vida de devoción al Creador y también a las vidas de las almas en la Tierra de la manera más maternal que hay. Pero Sus seguidores no lo entienden, y dicen: “Pero, Señor, ¿cuándo te vimos con hambre o con sed, o como un forastero, o desnudo, o enfermo o en la cárcel, y no te cuidamos?”.

Y el gentil Hijo de la Madre María, Jesús les dice:

En verdad os digo
que cuando no hicieron estas cosas
por los más pequeños
entonces tampoco lo hicieron por mí.

El Hijo de María quiere decir que si no le otorgamos estas gentilezas a todos… alimentar a otro amable y espiritualmente, saciar su sed espiritual, dar calor a lo que se ha vuelto frío en el espíritu, sanar el corazón, mantener cercana camaradería con el espíritu encarcelado… entonces no vale si uno sólo cuidó a Jesús en las tribulaciones. Nada más importa cuando uno extiende la mano no a los reconocidos. No al círculo interior, sino a los hambrientos, a los sedientos, los desconocidos; los que no tienen ropa, están enfermos, presos, los conozcas o no, los entiendas o no, sean los que más quieres o no.

Así, los resultados de la cuestión de Nuestra Señora en la cárcel detrás del muro están por verse. Pero creo que si una persona puede ordenar que se la cubra, también creo con todo mi corazón que por lo menos una persona puede ordenar que se la revele otra vez.

Mientras tanto, Nuestra Señora está completamente a la vista de nuestros corazones y en nuestras almas, pues a semejanza del amor entre los familiares que tienen parientes en la cárcel, ningún muro puede separar al amor del Amor.

Sabemos dónde está, como el radar del corazón entre los que están encarcelados juntos, uno tras barrotes y los otros alejados por circunstancias más allá de su control… siempre sabemos dónde está Nuestra Señora; como el Amor mismo, no puede ser retraída por barrotes ni por muros. Ella está en este momento, bajo tierra juntando energía, y fluye hacia todas partes… por medio de nosotros. En todos lados está cuidando, para alimentar a los demás espiritualmente, para saciar la sed espiritual de los seres humanos, inclinándose para dar calor a lo que se enfrió en el espíritu, para sanar el corazón, para acompañar de cerca al espíritu encarcelado, en particular a aquellos con quienes ahora comparte un destino: las almas en las prisiones de verdad.

Ella es por eso Nuestra Madre y la Madre de todos los Cautivos. Ella es la Madre de los Libres. Es la Madre Detrás del Muro y, todavía, Ella sigue siendo la Madre Inconquistable de Todos.

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