miércoles

JOSEPH CAMPBELL EL HÉROE DE LAS MIL CARAS (108)


2. EL CICLO UNIVERSAL (2)

Los jainistas conciben el tiempo como un ciclo sin fin. El tiempo se representa como una rueda con doce radios, o edades, clasificados en dos grupos de seis. El primer grupo es llamado la serie “descendente” (avasarpini), y empieza con la edad de las superlativas parejas gigantes. Ese período paradisíaco dura diez millones diez millones cien millones cien millones de períodos de años sin cuento y luego cede lentamente al sólo a medias bienaventurado período en que los hombres y las mujeres tienen sólo cuatro millas de alto. En el tercer período -el de Rishabhanatha, el primero de los veinticuatro salvadores del mundo- la felicidad se mezcla con un poco de congoja y la virtud con un poco de vicio. A la conclusión de ese período los hombres y las mujeres ya no nacen en parejas para vivir juntos como marido y mujer.

Durante el período cuarto, el deterioro gradual del mundo, y de sus habitantes continúa firmemente. La duración de la vida y la estatura del hombre disminuyen lentamente. Nacen veintitrés salvadores del mundo; cada uno repite la doctrina eterna de los jainistas en términos apropiados a las condiciones de su tiempo. Tres años y ocho meses y medio después de la muerte del último de los salvadores y profetas, Mahavira, el período termina.

Nuestra propia época, la quinta de la serie descendente, empezó en 522 a. C. y ha de durar veintiún mil años, ningún salvador jainista ha de nacer en ese tiempo, y la religión eterna de los jainistas desaparecerá gradualmente. El más alto de los seres humanos tiene siete codos y la vida más larga no pasa de los ciento veinticinco años. Los hombres no tienen más que dieciséis costillas. Son egoístas, injustos, violentos, lujuriosos, orgullosos y avaros.

Pero en la sexta de estas edades descendentes el estado del hombre y de su mundo ha de ser aun más horrible. La más larga de las vidas será de veinte años, la más alta estatura será de un codo y el hombre ha de tener ocho costillas. Los días serán calientes, las noches frías, las enfermedades serán abundantes y la castidad no existirá. Las tempestades azotarán la tierra y todo empeorará al concluir este período. Al final, toda vida, humana y animal, y todas las semillas vegetales, se verán forzadas a buscar refugio en el Ganges, en cuevas miserables y en el mar.

La serie descendente terminará y comenzará la serie “ascendente” (utsarpini) cuando la tempestad y la desolación hayan llegado a un punto insoportable. Lloverá entonces durante siete días y caerán siete diferentes clases de lluvia; la tierra se refrescará y las semillas empezarán a crecer. Se aventurarán fuera de las cuevas las horribles creaturas enanas de la tierra árida y amarga y muy gradualmente se hará perceptible una ligera mejoría en su moral, en su salud, en su belleza y en su estatura; hasta que vivan en un mundo como el que ahora habitamos. Luego nacerá un salvador llamado Padmanatha y anunciará de nuevo la religión eterna de los jainistas; la estatura de la especie humana se aproximará de nuevo a lo superlativo y la belleza del hombre sobrepasará el esplendor del sol. Finalmente, la tierra se endulzará y las aguas se convertirán en vino, los árboles proveedores de deseos proporcionarán su abundancia de deleites a una población feliz de gemelos perfectamente desposados, y la felicidad de esta comunidad será duplicada otra vez y la rueda, a través de diez millones diez millones cien millones cien millones de períodos de años sin cuento, se aproximará al principio de la primera revolución descendente que de nuevo conducirá a la extinción de la religión eterna y al aumento gradual del ruido del júbilo insano, de las guerras de los vientos pestilentes. (13).


Notas

(13) Ver Mrs. Sinclair Stevenson, The Heart of Jainism (Oxford University Press, 1915), pp. 272-278.

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