CANCIÓN SEGUNDA (8)
¡Oh cauterio suave!
¡Oh regalada llaga!
¡Oh mano blanda! ¡Oh
toque delicado.
que a vida eterna sabe
y toda deuda paga!
Matando, vida en muerte
la has trocado.
DECLARACIÓN (14)
25
/ Los trabajos, pues, que padecen los que han de
venir a este estado son en tres maneras, conviene a saber: trabajos y
desconsuelos, temores y tentaciones de parte del siglo, y esto de muchas
maneras: tentaciones y sequedades y aflicciones de parte del sentido;
tribulaciones, tinieblas, aprietos, desamparos, tentaciones y otros trabajos de
parte del espíritu; por que de esta manera se purifique según las partes
espiritual y sensitiva, de la manera que dijimos en la declaración del cuarto
verso de la primera canción. Y la razón por que son necesarios estos trabajos
para llegar a este estado es por que, así como un subido licor no se pone sino
en un vaso fuerte, preparado y purificado, así esta altísima unión, no puede
caer en el alma que no sea fortalecida con trabajos y tentaciones y purificada
con tribulaciones, tinieblas y aprietos; por que por lo uno se purifica y
fortalece el sentido, por lo otro se adelgaza y purifica y dispone el espíritu.
Porque, así como para unirse con Dios en gloria los espíritus impuros pasan por
las penas del fuego en la otra vida, así para la unión de perfección en esta
han de pasar por el fuego de estas dichas penas; el cual en unos obra más y en
otros menos fuertemente, en unos más largo tiempo, en otros menos, según el grado
de unión a que Dios los quiere levantar y conforme a lo que ellos tienen que
purgar.
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