¡Oh cauterio suave!
¡Oh regalada llaga!
¡Oh mano blanda! ¡Oh
toque delicado.
que a vida eterna sabe
y toda deuda paga!
Matando, vida en muerte
la has trocado.
DECLARACIÓN (13)
23
/ Esto dice el alma porque en el sabor de vida
eterna que aquí gusta siente la retribución de los trabajos que ha pasado para
venir a este estado; en el cual no solamente se siente pagasa y satisfecha al
justo, pero con grande exceso premiada, de manera que entiende bien la verdad
de la promesa del Esposo en el Evangelio que daría ciento por uno (Mt.
19,23), de manera que no hubo tribulación, ni tentación, ni prenitencia, ni
otro cualquier trabajo que haya pasado, a que no corresponda ciento tanto de
consuelo y deleite en esta vida: de manera que puede muy bien decir el alma: y
toda deuda paga.
24
/ Y para saber cómo y cuáles sean estas deudas de
que aquí el alma se siente pagada, es de saber que de vía ordinaria ningún alma
puede llegar a este alto estado y reino del desposorio, que no pase primero por
muchas tribulaciones y trabajos; porque, como se dice en los Actos de los
Apóstoles, por muchas tribulaciones conviene entrar en el reino de los
cielos (14,21), las cuales ya en este estado son pasadas, porque de aquí en
adelante, porque el alma está purificada, no padece.
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