jueves

OCÉANOS DE NÉCTAR (LA NOVELA CAPITAL DE LA CIENCIA FICCIÓN URUGUAYA) 13 - TARIK CARSON


1ª edición WEB: Axxón / 1992
2ª edición WEB: elMontevideano Laboratorio de Artes / 2019

ONCE


-Fue compañero mío en la Universidad, es un latino, como yo. Desde entonces lo conozco -afirmó el Viceministro-. Y como le dije, me prestó más de un servicio. Ignoraba que esto iba a tomar este desmesurado camino. Es un exceso.

-Me temo, señor -dijo Necat-, que el asunto se ha escapado a su órbita.

Los hombres estaban en la oficina del Viceministro, sentados en las butacas, con una botella de licor de por medio. Necat no miraba al Viceministro, pero estaba preocupado por una uña que se le había roto. Luego sacó su pipa de un pequeño estuche de cuero.

-Le ruego, por favor, que no fume acá -pidió el Viceministro.

-Comprenda que me han dado carta blanca en el asunto. Soy un profesional que jamás hace trabajo extra que sea inútil.

-De acuerdo. Sé de su fama con los sindicalistas, o con Fuchs, los infelices Rosemberg y otros, pero este caso es distinto. El hombre no tiene nada que ver. No constituye el menor peligro para ustedes ni para nadie. Apenas quería una ventaja, como todo el mundo… Nada más.

-Usted no percibe el punto, señor -dijo Necat, llevándose la pipa vacía a los dientes-. El punto no es ese.

-¿Y cuál es el punto?

Necat tomó un sorbo de bebida y miró de reojo al funcionario.

-El punto es la seguridad. No pueden haber filtraciones. De ningún tipo. Nadie debe saber qué ocurrió.

-Pero este individuo no dirá nada. Al contrario, es de su interés el ocultamiento del asunto. Si la comunidad médica, o la gente llegara a saberlo, perdería todo, ¿entiende? ¿O conoce usted un mejor motivo para guardar un secreto que el caer en pecadillos de ese tipo?

-Lo aceptaría, si pudiéramos correr riesgos. Pero la política no es esa, y usted lo sabe -Necat guardó la pipa algo exasperado.

El Viceministro suspiró abatido. Se sirvió más bebida, sin mirar el vaso de Necat. Al fin, dijo con una mueca parecida a una sonrisa.

-¿Usted no es un político?

-Dígame usted si es bueno o es malo no serlo.

El Viceministro volvió a sonreír.

-¿Quién sabe qué ocurrirá mañana?... Usted podía ser más razonable en este caso. ¿Qué le cuesta, Necat? Tal vez, mañana yo le podré devolver la flexibilidad. Sigo en carrera, con buenas posibilidades…

Necat lo miró con un gesto socarrón. Volvió a sacar la pipa y se puso de pie. Repitió:

-Tengo órdenes. Tengo órdenes. Pero… ¿quién sabe? Lo mantendré informado, si puedo. Excúseme, pero existen muchos motivos para justificar lo que hemos hecho.

-Lo sé, lo sé. Pero haga lo que pueda.

-Trataré -afirmó Necat-. Lo trataré por usted, pero no me comprometo con algo positivo. Soy absolutamente dependiente. No dispongo nada a mi criterio. Usted lo sabe.

-Haga lo que pueda. Sé que puede -dijo el Viceministro en voz baja, tratando de que el otro lo mirara a los ojos-. Ya estableceremos un trueque, apreciable que a usted le sirva.

-Hum -gruñó el oficial, concentrándose en la pipa, sin mirar al otro en ningún momento.

No hay comentarios:

Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...
Google+