crónica ficcionada del golpe de estado y de la Huelga General
Fin de mes. Escasean los recursos en los
hogares de los trabajadores, que cuentan los días para el cobro mirando el
almanaque, mientras a la alta sociedad la consterna la noticia del fallecimiento
en un accidente aéreo de un joven matrimonio. Todos la recuerdan a ella, como
una joven dama de delicada belleza y extraordinarias condiciones espirituales,
formada en un colegio de EEUU, país en el que conoció a su esposo, con el que
construyó una perfecta pareja, con una identidad de sentimientos, que los
indujo a hacer una “obra social intensa”. Es el comentario que durante el
correr del día, junto con los sucesos del momento, excitan a las damas por
teléfono, produce consternación entre los que aunque sea de nombre los
conocieron y convoca a la oración de los creyentes, pero María Micaela no está
dispuesta a que nada opaque su fiesta. Es el día de su boda con Roberto y todo
su ser está pendiente del momento. Para la celebración ha engalanado con sutileza
y muy buen gusto su residencia en Pocitos; en el salón principal colocó el
altar, que tiene como motivo religioso una valiosa talla antigua de marfil, con
la virgen y el niño arrinconados por ramos y crisantemos blancos y hiedra, que
son completados por candelabros de plata y velas del mismo color que las
flores. Excitada, Silvia, su madre, no para de dar órdenes a la servidumbre y
de correr por los pasillos rezongando, es que para ella también es un día
especial, no solamente por las nupcias de su hija, sino porque la bendecirá
nada menos que el padre Ramiro, a expreso pedido de su futuro yerno. Llegada la
hora los invitados, entre los que está lo mejor de la sociedad, se agrupan en
torno a la escalera por la que baja la novia, que luego de hacerse esperar para
generar suspenso, se presenta ante los demás, provocando una asombrada
exclamación. Es que María Micaela está fantástica con su modelo de ceremonia
línea che mise, de organza azul noche con diseño laminado y un conjunto de
alhajas de perlas.
-Es una pareja muy estimada en nuestros
círculos sociales. Y hoy está recogiendo la simpatía de que disfruta-le comenta
a la madre Esther, una de las invitadas, una vez culminada la ceremonia.
La veterana mujer mira al techo y hace la
señal de la cruz.
-Gracias a Dios ha salido todo bien-
responde Silvia, mientras controla que a ningún invitado le falte nada.
-A propósito. Me imagino que a pesar de
que te ha absorbido por completo el casamiento de María, estás enterada que el
Consejo Federal de Acción Católica, con la participación de más de 150
parroquias, convocó a una marcha de silencio en 18 de julio, en defensa de los
auténticos principios católicos y en protesta por las persecuciones del
Arzobispo Partelli -comenta exultante la invitada.
-Estoy al tanto. Y me alegro. Pero no
quiero que nada me distraiga del disfrute del casamiento de María.- retruca
Silvia.
***
No lejos de adonde intercambian las dos
veteranas, conversa animadamente un grupo de hombres, cada uno con un whisky en
la mano. Son empresarios. Como no podía ser de otra manera los ocupa la
situación del país y la marcha de sus emprendimientos. Quien lleva la voz
cantante es un individuo más bien bajo, calvo, de lentes dorados. Con lujo de
detalles les comenta a los otros que en los últimos días una delegación de
inversores extranjeros mantuvo importantes encuentros con el Ministro de
Economía, el Cr. Moisés Cohen, el Presidente del Banco Central, Cr. Ricca, el
Secretario del Consejo de Seguridad Nacional, Gregorio Álvarez y otros mandos militares,
ante quienes protestaron por las intensas movilizaciones gremiales y
promovieron la necesidad de implantar la “reglamentación sindical”.
-Demás está decir que los mandos
castrenses apoyaron sin dudar las propuestas. Es que las organizaciones sindicales,
la enseñanza en general y hasta los poderes del estado, padecen de penetración
y sufren la conspiración de la subversión y el terrorismo, por eso no queda
otra alternativa que disolver las Cámaras. Brindemos por que así sea.-concluye
amenazante el empresario, mientras acerca la copa a sus labios.
Y los demás lo imitan.
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